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Un enfoque para estudiar la Lección Bíblica

Del número de abril de 1992 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Supongamos Que Usted va al almacén, lo recorre, ve todo lo que hay allí, y sale sin comprar nada. Sin duda podrá recordar algunas de las cosas que vio; pero no tendrá nada para la cena. Sólo llevará a su casa una noción superficial de lo que había en el almacén. Para llevar los comestibles a su casa primero debe seleccionar los que necesita y luego pagar por ellos; dar algo a cambio del valor recibido.

Los estudiantes de la Ciencia Cristiana estudian durante la semana la Lección Bíblica que aparece en el Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana, y que el domingo siguiente se lee en las Iglesias de Cristo, Científico. La Sra. Eddy afirma en el Manual de La Iglesia Madre que es una “lección de la que depende grandemente la prosperidad de la Ciencia Cristiana”.

Por lo tanto, el estudio de la Lección-Sermón también debe tener mucho que ver con nuestra propia prosperidad. Cuando emprendemos este estudio, ¿tomamos en consideración nuestra verdadera necesidad y determinamos lo que estamos dispuestos a pagar por esta provisión?

Nuestra necesidad puede ser de más inspiración, de iluminación espiritual, de comprender cómo aplicar la verdad del ser en la curación, de confiar en el amor de Dios y en nuestra propia filiación espiritual, de fortalecer nuestra confianza en la realidad del bien y la irrealidad del mal, o simplemente de sentir el gozo de familiarizarnos más con Dios y despertar a la verdad que Cristo Jesús enseñó, tal como hoy la presenta su Ciencia.

Con este enfoque ya no haremos la lección de prisa, sino que le prestaremos detenida atención. Haremos una pausa, atentos para percibir nuevas ideas, nuevos significados de pasajes muy familiares, y estaremos alerta a una nueva luz y a su aplicación práctica en nuestra vida.

Antes de comenzar el estudio es importante meditar sobre el inspirado origen de la lección: la Mente divina, Dios. Quizás estemos más conscientes de nuestras verdaderas necesidades: curación específica, espiritualización del pensamiento, un entendimiento más profundo, más amor y una mayor habilidad para sanar.

¿No sería apropiado comenzar por un sincero sentido de gratitud porque tenemos esta fuente diaria y constante de respuestas a nuestras necesidades?

La revelación de la verdad del ser en la Biblia y en el libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud por la Sra. Eddy, está siempre desarrollándose en forma renovada. Aunque los veintiséis temas de las lecciones se repiten cada seis meses, el enfoque y las referencias de los mismos son diferentes. Traen nueva luz y mayor profundidad a cada tema, lo cual ayuda a nuestro crecimiento y demostración progresivos al vivir las verdades vitales de la Ciencia Cristiana.

Una mañana, al considerar algunos de estos pensamientos, dediqué, sin proponérmelo, una hora entera al Texto áureo. Los resultados fueron maravillosos. Durante todo el día tuve las ideas y la inspiración que necesitaba.

El Texto áureo incluía este versículo de la Biblia: “Bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob”. ¿Por qué “el Dios de Jacob”?, me pregunté. Al buscar la interpretación espiritual de Jacob en el Glosario de Ciencia y Salud, leí: “Inspiración; la revelación de la Ciencia, en la cual los llamados sentidos materiales se someten al sentido espiritual de la Vida y el Amor”. Mantener en ese momento y durante todo el día el “sentido espiritual de la Vida y el Amor” me trajo gran inspiración y felicidad.

Ciencia y Salud nos dice: “Estúdiese a fondo la letra y embébase el espíritu”. ¿Ha buscado alguna vez la palabra estudiar en el diccionario? Entre sus significados se hallan los siguientes: “investigar.. . examinar cuidadosamente.. . pensar detenidamente.. . meditar, reflexionar”. “Embeber” significa “recibir y asimilar mentalmente”.

A medida que hacemos este estudio a fondo no debe sorprendernos si llegamos a un punto en que nos es difícil comprenderlo todo. Pero estaremos alerta para superar cualquier resistencia a las lecciones que estamos aprendiendo.

El libro de texto de la Ciencia Cristiana es ampliamente leído aun fuera de los círculos de Científicos Cristianos declarados. La enseñanza que presenta de la totalidad del Espíritu, Dios, y la nada de la materia, expone la falacia de muchas creencias ampliamente aceptadas tanto médicas como teológicas y personales. Podemos ayudar a que esta revelación sea aceptada anulando, a través de la oración, las creencias de resistencia. Podemos saber que el hombre, creado a la semejanza de Dios, ama la Verdad y que ni la falsa educación, ni la ignorancia pueden impedirle a nadie que despierte a su identidad genuina y disfrute de las bendiciones de la Verdad.

La Lección Bíblica no es algo que está aparte de los desafíos y las necesidades personales que enfrentamos a diario. Proporciona las respuestas que necesitamos cada día. Quizás necesitemos escudriñarla más profundamente para encontrar estas respuestas. Pero éste es su propósito.

Su inspiración es nuestra inspiración. Independientemente del nivel de crecimiento espiritual en que estemos, siempre habrá algo en la lección, cada día, que responda exactamente a nuestra necesidad actual. Comencemos con una oración de agradecimiento por esta dirección, inspiración y provisión diarias para nuestro crecimiento espiritual y para la curación de la humanidad y conducción de las naciones.

La revelación de la verdad en cada lección está destinada a responder a la necesidad inmediata de la humanidad, a cada hora, día, o semana. “Antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído” es la promesa de Dios en el libro de Isaías. No sólo podemos captar mucho más de cada Lección-Sermón y progresar en nuestro entendimiento y demostración espirituales, sino que también podemos constatar los efectos sanadores de nuestra oración y estudio en nuestro mundo.

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