El Mundo Entero es testigo de cómo ha comenzado a quebrarse el hielo de los regímenes totalitarios. Los habitantes de Europa Oriental han vivido intensamente la liberación de las ataduras del pasado, y han sido testigos de cambios casi milagrosos. Las reformas democráticas, que muchos imaginaron que tardarían varias generaciones en alcanzarse, se han producido con la rapidez del relámpago. Mi propio país, Checoslovaquia, ha tenido un cambio semejante prácticamente de la noche a la mañana, como tocado por una varita mágica. Fue una hermosa experiencia.
Pero el hecho es que no tenemos el paraíso que todos esperábamos como resultado. La unidad revolucionaria que tantos imaginaron para nuestra nación, hoy es sólo un sueño, y en muchos aspectos parece estar surgiendo su opuesto. Todos parecen tener ideas diferentes sobre como actuar. Mientras tanto, el crimen va en aumento y los precios suben más y más.
Sin embargo, aun en medio de estas circunstancias, los Científicos Cristianos están convencidos de que al seguir las enseñanzas y el ejemplo de Cristo Jesús, es posible realmente contribuir a la resolución de los problemas en este mundo. Jesús mostró a la humanidad la posibilidad práctica — y la necesidad — de vivir bajo el gobierno de Dios, el Espíritu, sin tener en cuenta el entorno económico y político. En Juan leemos que Jesús dijo claramente: “Mi reino no es de este mundo”. Sin embargo, el hecho de que él sanó y alimentó a multitudes demuestra enfáticamente el poder que tiene el reino de los cielos para gobernar y cuidar al hombre.
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