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EXTRACTOS DE LAS fransmisiones de radio DE EL HERALDO DE LA CIENCIA CRISTIANA

En todas partes del mundo, las transmisiones de radio por onda corta del Heraldo están llegando a un extenso público. Pensamos que a los lectores que no han escuchado estas transmisiones les gustaría leer extractos de algunos de estos programas radiales.

“He aquí ahora el tiempo aceptable”

Del número de mayo de 1992 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Anunciador: Este es El Heraldo de la Ciencia Cristiana, producido por La Sociedad Editora de la Ciencia Cristiana, la agencia de divulgación mundial de La Primera Iglesia de Cristo, Científico, en Boston, Massachusetts, E.U.A.

Derek: Hola, les habla ...

Moji: Y

Derek: Moji, ¿no nos sentimos, a veces, como si todos estuviéramos gobernados por el reloj?

Moji: Así es, Derek. Creo que es un problema común a todos, que el tiempo no nos alcanza, o que a veces nos sobra... Pero, por cierto, Derek, esto no quiere decir que debiéramos deshacernos de los relojes, ¿no?

Derek: Por supuesto que no. Todavía tenemos que usar el tiempo como una medida, para ayudarnos a ser puntuales y traer orden a nuestra vida, pero tenemos que tener cuidado de no dejar que el tiempo nos dé órdenes.

Moji: Y eso significa que no tenemos que sentir que perdemos algo al tomarnos el tiempo, por así decirlo, para ayudar a los demás.

Derek: No. De hecho, nuestra invitada, , le cuenta a nuestro compañero lo importante que fue para ella que alguien haya dedicado tiempo para cuidar de su bienestar.

Priscilla: Cuando era pequeña, fui adoptada por una mujer y su esposo que sabían cuál era nuestra situación familiar y que realmente dedicaron tiempo para cuidarnos a mi hermano y a mí.

Elliott: ¿Cuál era su situación?

Priscilla: Mi madre tenía un apartamento muy pequeño. Sólo tenía una habitación, y en esa época ella tenía problemas; no tenía mucho dinero ni medios de conseguirlo, y nos dejaba muy a menudo solos a mi hermano y a mí.

Elliott: ¿Solos en el apartamento?

Priscilla: Sí.

Elliott: ¿Así que ustedes se atendían a sí mismos?

Priscilla: Yo era demasiado pequeña para eso. Tenía dos años, y mi hermano era simplemente un bebé. Nuestra madre nos dejaba en la cuna.

Elliott: Entonces, era una situación muy grave de falta de atención.

Priscilla: Así es. He visto fotos del apartamento, y se veía un desorden total. Se había comunicado a las autoridades acerca de la situación. Había una decisión de la corte judicial que dejaba la situación de mi hermano y mía un poco indeterminada. Teníamos una amiga; en realidad pertenecía a la familia, y era Científica Cristiana. Ella sabía que mi madre estaba pasando por momentos muy difíciles, y que mi hermano y yo no nos hallábamos en un ambiente saludable... Sabiendo la situación de nuestra familia y sintiendo amor por mi madre, por mi hermano y por mí, ella se sintió impulsada a orar... Ella [sabía] que el amor de Dios está en operación y que Dios gobierna. Y pienso que ésta es la forma en que todos podemos orar por la humanidad con compasión; y esto es lo que esta señora hacía.

Elliott: ¿Ocurrió algún incidente en particular?

Priscilla: En efecto. Ella estaba manejando su auto, camino a su trabajo. Se le había hecho tarde para una entrevista. Y sintió que mi hermano y yo estábamos en peligro. En ese momento, decidió escuchar y salió de la autopista. Llamó a su esposo para decirle que sentía que estábamos en peligro, y que debían encontrarse en donde estábamos mi hermano y yo para ver qué sucedía...

Elliott: ¿A qué distancia quedaba?

Priscilla: Con poco tráfico, tardaría unos cuarenta minutos. No fue muy fácil decidirse a ir. De modo que había una verdadera dedicación... para escuchar.

Elliott: ¿Qué quiere decir con “escuchar”?

Priscilla: Bueno, ella estaba escuchando a Dios. Creo que estaba confiando en la oración, sabiendo que Dios es Amor y que Dios es Espíritu, y que el hombre es el reflejo espiritual de Dios. Y debido a esa oración, ese sentimiento de que algo [ocurría] contrario al [bien], le vino a ella como una señal verdadera de que algo malo estaba pasando. Y que era necesario estar alerta... Y que ella debía ser obediente.

Elliott: Entonces, ¿qué encontró cuando llegó al apartamento?

Priscilla: Esta señora y su esposo nos encontraron a mi hermano y a mí en una cuna, prácticamente abandonados. No había ningún adulto en el apartamento; el apartamento estaba cerrado con llave y la llave del gas estaba abierta.

Elliott: Así que, si ellos no hubieran venido ustedes hubieran muerto de asfixia.

Priscilla: Exactamente. Las autoridades nos sacaron a mi hermano y a mí permanentemente de ese ambiente... [Yo estoy] muy agradecida por el tiempo que esta señora se tomó...

Elliott: Y usted no está hablando solamente del tiempo que a ella le tomó llegar al apartamento.

Priscilla: Claro. Al final, resultó ser para toda la vida puesto que nos adoptó... De modo que esto llegó a ser mucho más que un simple hecho humano durante un ocupado día en la vida de alguien. Debido a esto llegué a ser Científica Cristiana. Tengo cuatro hijos, y la Ciencia Cristiana ha llegado a ser en gran medida parte de la vida con nuestros hijos.

Elliott: ¿Qué ocurrió con su madre natural? ¿Mantuvo alguna relación con ella?

Priscilla: Le dieron la oportunidad de vernos, y ella eligió no hacerlo. Siendo ya adulta tuvimos la oportunidad de encontrarnos y, a partir de ese momento, la relación ha crecido. Y sé que ella ha visto una bendición en esto.

Elliott: ¿Para todos?

Priscilla: Para todos, en absoluto. Para mí, no ha sido suficiente saber que me han amado y que seré amada, sino que me ha impulsado a querer amar. A tomarme el tiempo para hacer más de lo necesario.

Elliott: No vamos a perder nada al dedicar tiempo para hacer algo.

Priscilla: Así es. No vamos a perder nada al dedicar tiempo para orar, para amar realmente, y para escuchar en cualquier actividad que nos ocupemos. Estoy agradecida porque no sólo mi madre adoptiva se tomó el tiempo, sino que... también estoy agradecida a la gente de todo el mundo de la que nunca oímos, los héroes anónimos... que dedican tiempo para expresar esa bondad en su actividad diaria.

Elliott: Priscilla, gracias por haber venido.

Priscilla: Me alegra haber tenido la oportunidad de estar aquí, Elliott.

Moji: Sabes, lo que hemos oído hoy me ha hecho pensar que lo importante no es el mucho o poco tiempo que tenemos, sino lo que hacemos con el tiempo.

Derek: Absolutamente, y, por supuesto, el ejemplo máximo es nuestro Maestro, Cristo Jesús. Simplemente pensemos en todo el bien y en la maravillosa labor sanadora que llevó a cabo en sólo tres años, según es medida por el sol o el reloj.

Moji: Y, aun así, el bien que hizo a la humanidad realmente no se puede calcular con ninguna medida física. Está mucho más allá de ello, ¿no es así?

Derek: Ciertamente. Y nosotros hoy seguimos el ejemplo de nuestro Maestro al interesarnos por el bien de los demás, al amar, al orar por la humanidad, y al escuchar la dirección de Dios sobre cómo ayudar a los demás.

Moji: Y esto nos va a venir naturalmente a medida que comencemos a obtener una nueva perspectiva de Dios como el bien eterno y del hombre como Su expresión espiritual.

Derek: Y esto nos da una nueva percepción del tiempo. No tenemos que estar limitados o controlados por el tiempo, porque en realidad vivimos en el “ahora” eterno de Dios. Como nos dice la Biblia: “He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación”.

Si desea escuchar un programa completo de El Heraldo de la Ciencia Cristiana, puede escribir para recibir una lista de las frecuencias de onda corta en su localidad: El Heraldo de la Ciencia Cristiana; P.O. Box 58, Boston, MA, E.U.A. 02123.

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