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“De lo recibido de tu mano te damos”

Del número de mayo de 1992 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Un Domingo, Cuando estaba sirviendo de ujier en una iglesia filial de la Ciencia Cristiana, las palabras del título vinieron a mi pensamiento cuando comencé a recoger la colecta. Esas palabras fueron expresadas en la época del Antiguo Testamento por el Rey David a toda la gente que se juntó para expresar su gratitud a Dios dando contribuciones para la construcción del templo en Jerusalén. David dijo: “Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos”.

El dar diezmos o contribuciones expresa el consciente reconocimiento de las bendiciones de Dios. Y tenemos el privilegio y el beneficio de dar diezmos muchas veces cada día. Esto no quiere decir necesariamente contribuciones monetarias, sino el dar a otros, al mundo, de una manera espiritual.

El hombre, como el hijo propio de Dios, refleja a Dios; es el producto del Espíritu. Debido a esto, la sustancia del hombre, su inteligencia, sus verdaderos motivos, son el reflejo de su creador. Por lo tanto, en realidad, nada es nuestro. “De lo recibido de [la] mano [de Dios]”, cualidades, atributos, pensamientos, y así sucesivamente, damos por reflejo. Cristo Jesús dijo: “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”.

Una contribución es un acto de gratitud. La primera mención de diezmo o contribución en la Biblia se encuentra en el capítulo 14 del Génesis, versículo 20, cuando Abram dio al sacerdote Melquisedec (quien representaba a Dios y a la religión) diezmos del botín de la guerra después de haber logrado una victoria militar sobre cuatro reyes. Así también, Jacob en Bet-el (Gén. 28:10–22) prometió poner aparte para Jehová la décima parte de todo lo que tenía.

Dar diezmos quiere decir obedecer a Dios, reconocer Su todo-poder, Su actividad perfecta a través de las ideas espirituales que nos da,Su constante provisión del bien. Mostrar gratitud por la provisión del bien que Dios nos de cuando las cosas andan bien es más fácil que estar agradecido en medio de las dificultades. Sin embargo, es mediante el reconocimiento de la bondad y poder de Dios, como lo ilustra en abundancia la Biblia, que superamos los desafíos.

Una de las sugestiones agresivas de la mortalidad que enfrentan muchas iglesias hoy en día, es la creencia en la falta de recursos económicos, especialmente los desafíos para adquirir o renovar un edificio. Pero si los miembros y las congregaciones están alerta para expresar gratitud a Dios mediante una consagración más profunda a El, las iglesias se volverán baluartes de abundancia espiritual, curación y desarrollo espiritual.

El profeta Malaquías dijo: “Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde”.

Durante muchos años de devolver a Dios algo del gran bien que El me ha dado, he tenido innumerables experiencias en que “las ventanas de los cielos” se abrieron y derramaron una bendición.

Justo un domingo, después de haberme graduado de maestra de enseñanza primaria, cuando pasaron la bolsa de la colecta, puse todo el dinero que tenía en mi cartera, de manera espontánea, con secreto regocijo, y sin ninguna expectativa. Simplemente estaba demasiado feliz de dar para servir a Dios. En esa época la iglesia estaba embarcada en un programa para comprar un edificio. Al día siguiente, recibí por correo un nombramiento para un puesto temporal por tres meses. Esto me proporcionó mucho más de lo que yo había puesto en la colecta. Ciencia y Salud, el libro de texto de la Ciencia Cristiana escrito por la Sra. Eddy, explica: “No nos empobrecemos al dar en servicio de nuestro Hacedor ni nos enriquecemos al retener”.

El diezmo o contribución a la iglesia de todo lo que recibimos como recompensa de nuestros esfuerzos, constituye un sincero homenaje a Dios. La expresión consciente y continua de las cualidades y atributos de Dios, al reconocer la expresión infinita de la creación de Dios en todas Sus ideas, o hijos, siempre es la mejor contribución que podemos hacernos a nosotros mismos, a nuestras iglesias, y al bienestar de la humanidad.

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