Hogar. ¡Qué Variedad de cuadros puede pintar esta sola palabra! Para algunos, el hogar está pintado en colores cálidos que expresan gozo, bienestar y amor. Para otros, el hogar es visualizado en colores fríos y ásperos porque sus hogares fueron limitados, abusivos, restrictivos. Aun para otros, el lienzo se queda en blanco. Probablemente habría tantos cuadros diferentes de lo que es un hogar como el número de personas que hay.
Ya sea que nuestros hogares humanos hayan sido relativamente felices o tristes, o actualmente estemos viviendo nuestro “castillo soñado,” con todas sus comodidades, o en un albergue muy modesto, no habremos realmente encontrado nuestro verdadero hogar hasta que comprendamos que el hogar está en el Espíritu, Dios. Hasta entonces nuestro sentido de hogar es como un castillo de arena, sujeto al azar y a los cambios de la existencia material, tales como: una economía fluctuante, cambios de empleo o de relaciones personales, y desastres naturales.
La Biblia dice que en Dios, el Espíritu, “vivimos, y nos movemos, y somos”. Cuanto más claramente entendamos que el hogar, como todo lo que es perdurable y verdadero, es espiritual, encontraremos un hogar que estará edificado sobre la roca, seguro y de nuestro agrado, que ninguna circunstancia material puede tocar.
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