Gracias, señorita Woodson, esté donde esté.
La Srta. Woodson fue una de mis maestras de la Escuela Dominical. Era muy exigente con respecto a hacernos encontrar y memorizar las promesas de Dios en la Lección Bíblica semanal de la Ciencia Cristiana que aparece en el Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana. “Ustedes las necesitarán”, nos decía siempre. “Muchas veces se van a encontrar en un predicamento” (una de sus palabras favoritas, que significa “problema”). “Pero podrán aferrarse a las promesas de Dios, si las memorizan ahora”. Repetía esto casi todos los domingos.
Era severa; si nosotros no habíamos hecho nuestra tarea antes de ir el domingo, nos hacía buscar una promesa durante la clase y memorizarla allí mismo. Luego hacía que se la repitiésemos tres veces seguidas antes de irnos ese día de la Escuela Dominical. De modo que tratábamos de elegir las que eran cortas y fáciles.
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