Desde Que Comence a estudiar la Ciencia Cristiana, hace más de veinte años, he tenido muchas curaciones y he podido resolver muchos problemas al practicar sencillamente lo que he ido comprendiendo de las enseñanzas de esta religión. Envío este testimonio como ejemplo.
Vivo en una gran área de pesca y voy de pesca con mucha frecuencia. Durante muchos años he pasado la mayor parte del tiempo pescando en un lugar calmado y protegido llamado el Canal del Tiburón, situado entre el Golfo de México y el Océano Atlántico.
Un día, hace ya más de diez años, me encontraba sólo en mi pequeño bote cuando sufrí un ataque cardíaco o una convulsión. Me encontraba sentado en el fondo del bote y aun cuando no sentía ningún dolor me era imposible moverme. Cuando me di cuenta de lo que había pasado, descubrí rápidamente lo más importante: la maravillosa bendición que nos acompaña cuando diariamente oramos para reconocer que Dios es la Vida infinita y perfecta y para reconocer que nosotros mismos somos Su reflejo espiritual.
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