Fui Criada Por padres que sólo sabían vivir una vida sincera, íntegra y recta. Más adelante me casé y diez años después tuvimos nuestro primer hijo. En ese entonces no creía en Dios y tenía una fe total en la voluntad humana. Me empeñaba con todas mis fuerzas en seguir en la dirección errada.
Cuando mi hijo tenía cuatro años, nació mi pequeña hija. Al año siguiente me di cuenta de que necesitaba algo más que voluntad humana para solucionar mis problemas, y me acerqué a Dios, a pesar de lo poco que conocía de El. Pensé que lo mejor sería llevar a nuestro hijo a la Escuela Dominical de una iglesia cristiana. De modo que le pregunté a una amiga si conocía una iglesia en el vecindario y me dijo que podía llevarme a su propia iglesia si lo deseaba.
Con el corazón palpitando de esperanza y temor, visité con mis dos hijos Primera Iglesia de Cristo, Científico, en Tokio. Aún recuerdo vivamente la inspiración que recibí cuando leí la inscripción en la pared que dice: “Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”, palabras de Cristo Jesús del libro de Juan, y la de Ciencia y Salud por la Sra. Eddy: “El Amor divino siempre ha respondido y siempre responderá a toda necesidad humana”.
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