"En una sencilla puerta pintada de blanco en un edificio de oficinas en Sukh Sagar, se leía esta inscripción: Jer Master, C.S. En cierto tiempo, en la misma puerta y bajo el mismo nombre (precedido por el prefijo Dra.) aparecía la palabra 'pediatra'. El consultorio estaba compuesto de un conjunto de cuartos, modestamente amueblados, sin mesa de examen y desprovistos de las cosas que pertenecen a la profesión médica, tales como voluminosos libros sobre enfermedades infantiles. En cambio, ahora había libros escritos por Mary Baker Eddy, Fundadora de la Ciencia Cristiana. Fundada en el siglo XIX, la Ciencia Cristiana brinda a la humanidad una comprensión de Dios y del efecto práctico de esta comprensión en nuestra vida. No es una religión basada en una fe ciega, no es algo así como usar una varita mágica; es una religión basada en un razonamiento científico y al alcance de todos. Los siguientes extractos son una compilación de lo que llevó a la Dra. Jer Master a abandonar su práctica médica y a adoptar:
"La Ciencia que sana"
"Algunos años antes de renunciar a mi profesión como pediatra, una amiga me había regalado alguna literatura de la Ciencia Cristiana y el libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por Mary Baker Eddy. Realmente, al principio no tuve interés. Pero como pediatra veía a muchos niños enfermos que no podían recibir ayuda médica. Todo lo que se conocía en la medicina se había aplicado, y aun así, no mejoraban.
"En aquellos casos me preguntaba: ¿Cómo me sentiría yo si fuera la madre de este niño? ¿Si me dijeran que mi hijo va a morir dentro de unos meses? ¿O que nunca va a poder caminar o pensar o estudiar?' Antes de conocer la Ciencia Cristiana me preguntaba qué clase de Dios existía y casi llegué a la conclusión de que tal vez no existía ninguno. Había leído libros [religiosos]... Palabras maravillosas, muy consoladoras, pero nada sustancial que yo pudiera usar para ayudarme a mí misma o para ayudar a otros.
"Tuve muchos casos de niños que iban de mal en peor, en los que toda la pericia médica se había usado y, no obstante, parecía como si el desenlace fatal fuera inevitable. Después que comencé a leer Ciencia y Salud, comencé a preguntarme: '¿Cómo debo contemplar esta situación a la luz de la Ciencia Cristiana? ¿Hay algo aquí que pueda ayudar en este caso...?'
"A medida que leía fui obteniendo algunas respuestas — comenzando con el razonamiento [bíblico] de que Dios es el único Creador, que El es el Padre-Madre de todos... que nada puede vencer a Dios, comprendiendo que El es la vida de ese niño, la fuente de su sostén, de su crecimiento y desarrollo. A medida que razonaba de acuerdo con estas lógicas, encontré que los resultados eran maravillosos.
"Un ejemplo que ocurrió muy al comienzo de mi estudio de la Ciencia Cristiana fue en la maternidad de un hospital donde habíamos establecido una pequeña enfermería especialmente para atender a bebés prematuros... Contábamos con un excelente personal de enfermeros. La jefa de los enfermeros se encargaba especialmente de los bebés con mucho amor. Una mañana, mientras visitaba a los pacientes, vi a un pequeño bebé que había nacido pesando sólo 850 gramos. Nació diez años después que sus padres se habían casado.
"Era el tercer día de su nacimiento, y había una gran tensión y desaliento entre el personal de la enfermería. Cuando le pregunté a la jefa de los enfermeros sobre este caso, me respondió que todos en el hospital, desde el médico principal hasta los muchachos de servicio, esperaban que el niño muriera. Un empleado tras otro venía de vez en cuando a ver si el niño todavía estaba vivo. Mi primer pensamiento fue de conmiseración humana: 'Pobre bebito todos están esperando que mueras'. Entonces, de manera bastante espontánea, sin ningún esfuerzo de mi parte, me vino el pensamiento: 'No, esto no es verdad, tú representas la vida eterna, está sosteniéndote toda la vitalidad del Todopoderoso'.
"Recuerdo vívidamente aquella mañana, aun cuando esto ocurrió hace muchísimos años. Sentí la profunda convicción dentro de mí de que este bebé estaba bien y que iba a salir adelante. Y así fue. Seguimos observándolo hasta que cumplió un año de edad; creció completamente normal.
"Muchos ejemplos como éste ocurrieron a lo largo del camino...
"Durante el transcurso de los años fui obteniendo una comprensión cada vez más clara de que Dios era el único sanador. En mi práctica médica había descubierto que algunas medicinas sanaban a algunos niños y a otros no... En momentos de tensión, cuando un niño está enfermo, por lo general se ve que hay temor. La gente pregunta: '¿Cómo un niño puede sentir temor?'... El niño está en el pensamiento de los padres muy vívidamente, y es el temor de los padres el que se manifiesta... De manera que lo que realmente se necesita sanar es el temor... de los padres.
"No podría decir que fue una sola experiencia determinada la que me llevó al final a dedicarme totalmente a la práctica de la Ciencia Cristiana... sino que fue el conjunto de muchos incidentes como el descrito.
"La Ciencia Cristiana es la ley de Dios... Aunque toda ciencia se basa en leyes y sistemas, la Ciencia Cristiana es la ley absoluta de Dios, una ley de amor, una ley con la cual uno puede contar frente a cualquier dificultad. Si recurrimos a Dios de todo corazón, si nos disponemos a aceptar el hecho de que Su bondad es ley, que Su amor es ley, esta ley puede sacarnos de cualquier problema en que nos encontremos. Esto no es meramente una fe ciega... No es meramente una oración que dice: 'Oh, Dios, sana a mi niño'. Es reconocer que la creación de Dios fue hecha perfecta y nunca ha sido alterada...
"Cuando un estudiante de la Ciencia Cristiana necesita ayuda, el practicista [de la Ciencia Cristiana]... ora para que tal persona se vea a sí misma como totalmente espiritual, libre de cualquier elemento de error y que no continúe aceptando el problema como una realidad... No es la mente humana del practicista, sino Dios, la Mente divina, lo que produce la curación...
"Una de las curaciones que mencioné en mi conferencia del año pasado fue la de un hombre que se cayó y se lastimó una rodilla. Un cirujano ortopédico diagnosticó el caso como un cartílago desgarrado de la rodilla y recomendó una operación. El hombre estaba muy asustado. Un familiar, que era estudiante de la Ciencia Cristiana, le sugirió que recurriera a Dios, lo que él hizo. El problema no era tanto la herida en la rodilla sino que se relacionaba con su negocio que estaba pasando por momentos muy difíciles: este hombre estaba al borde de la quiebra... Tenía que comprender que Dios era la fuente de su provisión, la base de su negocio. Lo que necesitaba en su negocio eran las cualidades espirituales de honradez, diligencia y perseverancia. Estudió Ciencia y Salud y comenzó a asistir a la iglesia. A medida que fielmente se apoyaba en Dios, dejó de apoyarse en los banqueros y en los proveedores. Esto ocurrió hace muchos años; ahora camina normalmente y es una persona muy activa. Se ha mantenido honrado... y consagrado a Dios...
"La Ciencia Cristiana está a disposición de todos. Usted no necesita haber nacido cristiano. Es un mensaje maravilloso de esperanza, y no tiene importancia que usted se considere valioso o despreciable; que sea un adicto o un convicto; o que pertenezca a cualquier otra religión o que no tenga educación... La Ciencia Cristiana está disponible para todos...
"A veces hay personas que han preguntado: '¿Cómo puede un niño saber acerca de Dios y del amor?' A este respecto me gustaría narrar la historia de una niñita que había estado asistiendo a la Escuela Dominical de una Iglesia de Cristo, Científico. Esta niñita estaba sola en casa con su abuela, quien cayó enferma. La abuela no podía ni siquiera moverse o llegar hasta la puerta para llamar a alguien. No había nadie más en la casa, excepto su nieta. De modo que la abuela pidió a la niña que orara por ella. La niña dijo a su abuela: 'Dios te ama, abuelita, y El no te hizo enferma'. La comprensión de esta niñita ayudó a la abuela a recuperarse. A veces la gente se siente desconcertada porque cree que la Ciencia Cristiana es una filosofía profunda, superior a lo que puede comprender. Pero no es así. Cualquiera puede comprender la Ciencia Cristiana.
"El pensamiento se está abriendo en el mundo entero... Se está aceptando el poder de la oración y es más eficaz que la violencia.
La Ciencia Cristiana no es abstracta, requiere un compromiso con la presencia y el poder de Dios. Podemos esperar ver cambios mediante el poder de Dios... El poder de Dios... funciona por vías a veces tan silenciosas que no nos damos cuenta de ello. Pero los cambios están allí, ocurriendo en el mundo entero”.
Reimpreso con permiso.
Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que según su grande misericordia
nos hizo renacer para una esperanza viva,
por la resurrección de Jesucristo de los muertos,
para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible,
reservada en los cielos para vosotros,
que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe,
para alcanzar la salvación que está preparada
para ser manifestada en el tiempo postrero.
1 Pedro 1:3–5
