en The Boston Globe del 21 de julio de 1991.
Entrevistador: Hace poco usted dio una conferencia sobre el futuro de las fuerzas vivas de las iglesias. ¿Qué tienen que hacer estas fuerzas vivas de las iglesias para atraer miembros?
Nordbeck: Lo que ellos tienen que hacer es ser una iglesia.
Entrevistador: ¿Qué significa eso?
Nordbeck: Le comentaré acerca de un caso específico. En los años sesenta y setenta, la iglesia de mi comunidad en la ciudad de Washington, perdió miembros. ¿Qué hicieron ellos? En vez de aclarar lo que significa “iglesia”, en el medio de este embrollo de la muy secularizada Washington, la transformaron en un centro de actividades de interés. Por ejemplo, empezaron con un programa de música y una clase de arte. La idea era atraer a las personas a la esfera de acción de la iglesia, y luego atraparlos. ¿Pero atraparlos con qué propósito?
Hoy esa misma iglesia organiza reuniones para orar, da clases sobre el estudio de la Biblia y ofrece a los nuevos miembros instrucción sobre los aspectos básicos de la fe. En otras palabras, es una iglesia, no una organización social. Lo que distingue a la iglesia es precisamente que tiene un mensaje sobre la vida que es poderoso y fuerte, significativo y verdadero. Cuando las iglesias dejan de ser iglesias, dejan de atraer miembros; pienso que la gente se está dando cuenta de ello. Entonces, para que las fuerzas vivas de la iglesia recuperen su identidad, sólo tienen que empezar a ser otra vez una iglesia.
Reimpreso con permiso de
D.C. Denison, Cambridge,
Massachusetts