Una noche descubrí que mi gatita Mimosa había estado en una pelea. Tenía una cortadura profunda en la espalda y no podía caminar normalmente. Me preocupé mucho y la seguí hasta la habitación de mis padres, donde ella fue a descansar. Me senté cerca de la gata con mi Biblia y Ciencia y Salud, escrito por la Sra. Eddy, y mientras ella dormía, yo oraba por ella. (Leí pasajes en esos dos libros porque sabía que las ideas que hay en ellos ayudan y sanan.)
Busqué el Salmo noventa y uno y pensé en la parte que dice: “Con sus plumas te cubrirá”. Salmo 91:4. Me gustó mucho esa parte porque explica que Dios, el Amor divino, cuida de todas las cosas. Noté después que la gata se había despertado y que había dejado sangre sobre la mesita de noche en donde había estado durmiendo. Entonces continué orando. Comencé a pensar que, puesto que Dios ha hecho todas las cosas espirituales y perfectas como El, en verdad, no podía haber lugar para algo malo como una cortadura. Luego encontré el lugar en Ciencia y Salud donde la Sra. Eddy da la interpretación espiritual de cada línea del Padre Nuestro. De la línea que dice: “Y no nos metas en tentación, más líbranos del mal”, ella explica: “Y Dios no nos mete en tentación, sino que nos libra del pecado, la enfermedad y la muerte”.Ciencia y Salud, pág. 17. Esto me ayudó a comprender que Dios nos libra de todo aquello que es malo, y que, por consiguiente, mi gata no podía estar herida. Dios es todopoderoso.
Mi papá llegó a la habitación, después de acostar a mi hermanita, y me preguntó qué estaba haciendo. Le expliqué que estaba orando por nuestra gata porque tenía una cortadura en la espalda por haber estado en una pelea. El se alegró mucho de que yo estuviera orando. Me preparé para ir a la cama sabiendo que Dios sana.
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