A través de las páginas del Heraldo, tenemos la oportunidad de participar en un seminario de trabajo a nivel mundial sobre la Escuela Dominical. En realidad, el seminario ha estado en proceso desde hace mucho tiempo. Incluye sus oraciones y la oraciones de los miembros de la Iglesia en todo el mundo que anhelan ayudar a los jóvenes de hoy a descubrir el potencial que tienen como activistas espirituales y sanadores. Como resultado de esta oración — y las continuas oraciones de quienes trabajan en la Oficina de la Secretaria de La Iglesia Madre, en el departamento de Global Outreach and Healing Ministry— surgió la idea de hacer una reunión especial en la Escuela Dominical de La Iglesia Madre en octubre del año pasado.
Científicos Cristianos de Europa, Africa, Australia, Sud y Norteamérica se reunieron para explorar la base de la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana según está establecida en el Manual de La Iglesia Madre por la Sra. Eddy, y para desafiar los puntos de vista rutinarios y bien aceptados sobre esta actividad. Entrelazado entre los intercambios de ideas que duraron todo el día, estuvo el tema de cómo percibir más claramente el dinámico propósito espiritual de la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana. ¿Cuál es su misión y razón de existir? ¿Qué nos exigen los estatutos del Manual respecto a enseñar a jóvenes y niños las Sagradas Escrituras? Se estuvo de acuerdo en que para encontrar las respuestas a estas preguntas, hay que empezar por reconocer que la Escuela Dominical no es una actividad que tiene lugar además de la Iglesia, sino que es parte integral de la Iglesia y comparte la misma misión de “restablecer el cristianismo primitivo y su perdido elemento de curación” (Manual, pág. 17). La curación espiritual. El tomar conciencia de ella; amarla; el gozo de practicarla; de aprender a dar sus bendiciones al mundo.. . ¿no es ése el propósito que los niños y jóvenes pueden encontrar en la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana a medida que obtienen una comprensión espiritual de las Escrituras?
A continuación ofrecemos una muestra de las ideas que se compartieron. Esperamos que ustedes tomen esto como el punto de partida para su propio inspirado descubrimiento de otras ideas, las que son muy apropiadas para su Escuela Dominical y los niños y jóvenes de su comunidad. Las observaciones que hicieron las personas que participaron en la reunión, tienen el propósito simplemente de alentarnos a que nos consagremos una vez más a la Escuela Dominical y aportemos ideas nuevas.
, miembro de La Junta Directiva de la Ciencia Cristiana y Secretaria de La Iglesia Madre, abrió la reunión con un relato de su reciente visita a una nueva Sociedad de la Ciencia Cristiana en Europa Oriental.
„Estas personas tienen muy pocas posesiones mundanas. Apenas si tienen libros. Ni siquiera tienen un edificio. No tienen sobre qué pararse. Solamente tienen sus corazones y su amor. Y tienen una Escuela Dominical muy activa, que abarca toda la gama de edades. Le pregunté a la señora que tiene más contacto con los alumnos: '¿Qué hacen?’ Me respondió: 'Simplemente los amamos’. Me contó cuánto le interesan esos jóvenes. Y está muy contenta porque ellos vienen y hablan con ella sobre cualquier tema, sobre lo bueno, lo malo, lo feo y todo lo demás.
“Allí está sucediendo algo muy especial, muy positivo, muy bueno. Tuve que reírme cuando me preguntaron: '¿Estamos haciendo las cosas bien? ¿Qué tenemos que hacer ahora?’ Y les dije: 'Es evidente que ustedes no tienen que preguntarme a mí. Y les ruego que no le pregunten a nadie más’. Tomé en mis manos el Manual de la Iglesia y les dije: 'Ustedes tienen todo lo que necesitan aquí. El Manual les dice qué hacer, pero no les dice cómo hacerlo. Esto es algo que ustedes tienen que resolver con Dios’. Y, con todo mi corazón les dije: 'Por favor, hagan lo que hagan, no sientan que tienen que tratar de imitar lo que están haciendo en alguna otra parte. Respeten su propio desarrollo. Simplemente resuelvan todo contando con Dios’ ”.
Después, en el transcurso de la reunión, se hicieron los siguientes comentarios.
UN CIMIENTO PARA TODA LA VIDA
„Los estatutos del Manual relativos a la Escuela Dominical son bastante sencillos, pero ello no significa que tengamos que ayudar al Manual o agregarle algo. Más bien, tenemos que dejar que las ideas infinitas expresadas en el Manual se expandan en la consciencia y cambien nuestro pensamiento. Si ignoramos el Manual, estamos propensos a desobedecerlo; por eso debemos comenzar por familiarizarnos bien con ”.
„Se dice que la clase ideal es Sócrates en un extremo de un tronco y el alumno en el otro. !Dos en un tronco! Pensamos que la organización es algo que tiene que ser complicado y, sin embargo, todo lo que necesitamos son dos personas que realmente deseen compartir su gozo y su amor por la verdad. Esto lo ilustra el primer ejemplo de la Escuela Dominical cuando la Sra. Eddy le enseñaba al pequeño Warren. Ella decidió darle clases particulares y lo entrenó para decir un poema en voz alta. Y tuvo mucho cuidado al entrenarlo; lo adaptó para alguien de su edad. Ella no le predicaba todo el tiempo, sino que adaptaba su enseñanza a lo que él podía disfrutar y recordar y a lo que convertiría en parte de su vida diaria”. (Véase la biografía de Lyman P. Powel, Mary Baker Eddy: A Life Size Portrait, pág. 335. [Pertenece a la serie de biografías titulada “Twentieth-Century Biographers Series”].)
„Nuestra percepción de lo que es enseñar, en realidad es radicalmente distinta a la percepción que tiene el mundo de lo que es la enseñanza. El concepto del mundo a menudo es que uno tiene alumnos y uno le pone conocimientos en la cabeza. Pero nosotros aprendemos a ver al hombre como el reflejo de Dios, como la imagen y semejanza de Dios. Debiéramos ver que nuestro prójimo, y esto incluye a los alumnos de la Escuela Dominical, tienen todo el conocimiento, puesto que cada idea individual de Dios comprende todo lo que Dios concede. Todo está allí. Es nuestro privilegio aprender esto. No tenemos que poner algo adentro de alguien; juntos descubrimos lo que ya está allí”.
„Uno de los 'problemas’ con la Ciencia Cristiana es que ya tenemos las respuestas, nuestros libros de texto, la Biblia y Ciencia y Salud, tienen las respuestas. Nuestra situación, entonces, es quizás más como el programa de la televisión estadounidense Jeopardy, en el que uno tiene que determinar las preguntas. Eso es lo que tenemos que hacer cuando se trata de la juventud. Tenemos que determinar cuáles son las preguntas apropiadas a medida que seguimos las instrucciones del Artículo XX, Sección 3, del Manual, de enseñar usando el método de preguntas y respuestas. Creo que eso es lo que hace que la vida sea vital, no es cuestión de edad, sino de tener las preguntas correctas”.
„Un programa de televisión reciente presentó a dos profesores de matemáticas que tenían métodos de enseñanza completamente opuestos. A los alumnos de ambos les iba maravillosamente en sus clases porque cada profesor creía en su método y creía que los jóvenes responderían a él. Hacían que sus alumnos creyeran en ellos mismos. Por eso no era tanto el método lo que producía el éxito. Los profesores tenían una visión; creían en ella, era dinámica. Todo se reduce a: ¿Cómo mantenemos el poder del Cristo vivo en la consciencia? Eso es lo que va a hacer que la Escuela Dominical cumpla o no cumpla con su función”.
„Podemos acudir a la sustancia misma de 'las primeras lecciones’ para que nos sirva de guía. Podemos permitir que los Diez Mandamientos y las Bienaventuranzas estructuren nuestra clase. Por ejemplo, tenemos que rechazar todos los estereotipos de cómo debiera ser un maestro de la Escuela Dominical, un alumno o una clase”.
UNA IDEA EN CONSTANTE DESARROLLO
„AI enseñar en la Escuela Dominical debiera destacarse más que nada el hecho de que debemos emular a Cristo Jesús, incluso su método de enseñanza. Cuando sus discípulos iban caminando hacia Emaús, él vino a ellos y elevó su comprensión de las Escrituras a un concepto más espiritual. Ese espíritu ardía en ellos. Esa es la clase de enseñanza, la clase de elevación espiritual, que deberíamos brindar a nuestros alumnos en nuestras clases. Deberíamos estar tan inspirados que la verdad arda en nuestros alumnos. Eso los hará querer volver a la Escuela Dominical porque, nosotros les causamos una muy buena impresión”.
„La vida de Cristo Jesús es también un ejemplo para los alumnos. Tenemos que enseñarles a identificarse más con él. Los jóvenes de hoy parecen tener pocos ejemplos positivos para imitar. Podemos enseñarles a recurrir a la vida de Jesús para tener un modelo de cómo pensar y actuar. Cuando nuestros alumnos de la Escuela Dominical están enfrentando problemas difíciles, podemos alentarlos a preguntarse: '¿Qué haría Cristo Jesús en esta situación? ¿Cómo oraría él al respecto?’ ”
La gente le enseña a los niños a integrarse al mundo con éxito y confianza, y así lo hacen. Cuánto más necesitamos enseñar a los jóvenes en la Escuela Dominical a acudir a la Mente, a alcanzar una comprensión más profunda de su unidad con su Padre-Madre Dios. De esta forma pueden estar en el mundo pero no ser mundanos. Y esto es lo que Jesús mostró que vence al mundo, y esto ayuda a los jóvenes a cumplir con el propósito que Dios tiene para ellos.
„Es preciso que valoremos la singularidad de la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana. En ella, se les enseña a los niños y jóvenes a aprender a vivir por medio del sentido espiritual; se les enseña con motivos puros y se les enseña a ejercer el poder de los motivos puros, se les enseña la nada de la materia y la poderosa realidad del Espíritu; se los trata como el hombre de Dios, 'no en embrión, sino en madurez’ ”. (Véase Ciencia y Salud, pág. 583.)
Queremos que los niños reconozcan y atesoren la habilidad que Dios les dio para sanar por medio de la oración científica, para experimentar la seguridad, la alegría y la paz que esto trae, y queremos ayudarlos a que comiencen a hacerlo de inmediato. Para ayudarlos a ver que es una parte muy natural de su vida, que no es sólo para los padres y los practicistas listados en el Journal y el Heraldo. Esto traerá resultados significativos: por ejemplo, ayudará a los alumnos a ver que la vida y las enseñanzas de Cristo Jesús no son aburridas ni remotas, sino verdaderamente prácticas e importantes hoy en día; puede ayudarlos a participar en actividades de apoyo y fortalecimiento de los servicios de la iglesia después de terminar la Escuela Dominical, al ayudarlos a saber cómo orar por la congregación en obediencia al Artículo VIII, Sección 5 del Manual. Todo ello prepara a los jóvenes para las lecciones más profundas de la instrucción en clase de la Ciencia Cristiana. Estaremos entrenando “tropas” cristianas; tendremos un “ejército de jóvenes sanadores”, un grupo activo de pensadores cristianamente científicos y puros. ¡Qué fuerza para el bien en nuestro mundo!
En el Heraldo del mes próximo compartiremos más ideas que se plantearon en la reunión de octubre, que pueden darnos alimento para el pensamiento, la oración y la acción en lo que respecta a las muchas facetas de la Escuela Dominical, incluso lo que significa “recibir” a los niños y jóvenes en la Escuela Dominical. También compartiremos lo que piensan los participantes sobre lo que pretendería sofocar el dinamismo de la Escuela Dominical o trataría de lograr que la idea que está en constante desarrollo desde su fundamento espiritual establecido en el Manual de la Iglesia, progresara lentamente.
Gracias por ser un participante activo en este seminario que abarca a todo el movimiento. Sus oraciones y las acciones que éstas impulsan, son de vital importancia para los niños y jóvenes de nuestro mundo.
Amados niños, el mundo os necesita — y más como niños
que como hombres y mujeres: necesita de vuestra inocencia,
desinterés, afecto sincero y vida sin mácula. También
vosotros tenéis necesidad de vigilar, y orar para que
preservéis estas virtudes sin mancha, y no las perdáis en
el contacto con el mundo. ¡Qué ambición más grandiosa
puede haber que la de mantener en vosotros lo que Jesús
amó, y saber que vuestro ejemplo, más que vuestras palabras,
da forma a la moral de la humanidad!
Mary Baker Eddy Escritos Misceláneos
TOMADO DEL MANUAL DE LA IGLESIA MADRE POR MARY BAKER EDDY
Artículo XX ESCUELA DOMINICAL
La Escuela Dominical. Seccion 1. En las clases de la Escuela Dominical de toda Iglesia de Cristo, Científico, se admitirán alumnos hasta la edad de veinte años y, por traslado de otra Iglesia de Cristo, Científico, hasta esa edad; pero ningún alumno puede seguir en la Escuela Dominical de ninguna Iglesia de Cristo, Científico, después de cumplir veinte años. Unicamente el personal oficial, maestros y alumnos deben asistir a los ejercicios de la Escuela Dominical.
Enseñanza para niños. Seccion 2. A los niños de la Escuela Dominical se les enseñará las Escrituras y se les instruirá según su comprensión o habilidad para entender el significado más elemental del Principio divino que se les enseña.
Tema de las lecciones. Seccion 3. Las primeras lecciones para los niños serán los Diez Mandamientos (Exodo 20:3–17), el padrenuestro (Mateo 6:9–13), y su Interpretación Espiritual por Mary Baker Eddy, y el Sermón del Monte (Mateo 5:3–12). Las lecciones subsiguientes consistirán de preguntas y respuestas adaptadas a una clase juvenil, y pueden encontrarse en las lecciones del Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana que se leen en los cultos de la Iglesia. Las enseñanzas que se impartan a estos niños no deben desviarse de la Ciencia Cristiana absoluta que contiene su libro de texto.
„Tenemos que enseñar el significado espiritual de las Escrituras, el significado científico. Esto es lo que es especial y único sobre la enseñanza de las Sagradas Escrituras en nuestra Escuela Dominical. ¿Acaso hemos estado intentando enseñar las Escrituras de acuerdo con la letra? La Sra. Eddy dice que la letra, en su significado literal, es “sin pulso, frío, inanimado” (véase Ciencia y Salud, pág. 113). Si nuestras Escuelas Dominicales parecen muertas, es porque tal vez sólo estemos enseñando la letra en lugar de enseñar el significado científico, que es vital para la curación espiritual”.
„Hace varios años, en nuestra Escuela Dominical organizamos nuestras clases por temas. Informamos de antemano a los estudiantes los temas sobre los que íbamos a hablar, y ellos podían escoger el que desearan. [Los temas no se apartaban del Artículo XX, Sección 3.] Y los maestros podían elegir los temas que querían, ya fuera los temas sobre lo que creían que tenían que aprender más (por eso querían profundizarlos) o los que sentían que tenían mucha experiencia (con los que se sentían más capaces de compartir ideas y ejemplos sanadores tomados de su experiencia personal).
“Tuvimos que trabajar muchísimo más. Y creo que los 'sistemas consagrados por el tiempo’ gradualmente volvieron (véase Ciencia y Salud, pág. vii); las formas tradicionales de 'ésta es la manera en que siempre lo hicimos’ empezaron a hacer que las cosas fueran más lentas. Pero hubo una gran vitalidad en la Escuela Dominical mientras se hizo el compromiso y el esfuerzo”.
„Para un alumno, ¿qué constituye tener una exitosa experiencia en la Escuela Dominical? ¿Es suficiente pensar que un estudiante ha tenido una buena educación en la Escuela Dominical si, después de asistir a ella durante dieciséis o diecisiete años, sólo sabe cómo llamar a un practicista de la Ciencia Cristiana y sabe muy bien cómo ser un buen paciente?
“Supongamos que todos nos sentamos alrededor de una piscina durante diecisiete años y simplemente hablamos sobre cómo se nada. Cuando cumplo veinte años, siento que alguien me empuja y de pronto me encuentro dentro de la piscina. ¿Y ahora qué? No sé nadar; sólo he hablado sobre ello. Y sé el número de teléfono de mi entrenador, pero no he aprendido a nadar. Pues bien, es así como actuamos a veces. No estamos promoviendo la práctica, ilo que más amamos! Naturalmente, no está mal que los niños llamen a un practicista, pero ellos también deben sentir el gozo de aprender a orar y a sanar. Después de todo, ¿qué ha sido lo más sustancial para nosotros sobre la Ciencia Cristiana? Es la práctica; es vivir sus enseñanzas. Y lo que los alumnos tienen que hacer es vivirlas un poquito, y se convertirá en lo más importante de su vida”.
 
    
