El conducir un culto correctamente resulta de la oración que se hace en apoyo de lo que se lee. Es dejar que la oración refuerce los cimientos de cada parte del culto — la lectura, la oración en silencio, la oración audible, los himnos. La oración es eficaz; hace que sucedan cosas. Yo he llegado a ver que conducir un culto es dejar que Dios armonice los corazones de todos los presentes. Cuando me preparo para leer la Lección dominical o las selecciones de los miércoles, tengo total conocimiento de ellas... pero en todo momento presto atención a la armonía que Dios brinda. Veo a cada uno en armonía con Dios, ya sea durante la oración en silencio o en la manera en que cantamos un himno.
“Deberes de los Primeros Lectores. Sección 2. Será deber de los Primeros Lectores conducir la parte principal de los cultos dominicales y las reuniones vespertinas de los miércoles”.
Artículo III, Sección 2, Manual de La Iglesia Madre
por Mary Baker Eddy
Yo leo, pero no soy la fuente de las palabras y las ideas. Nuestro Pastor es impersonal y universal. Me ayudó el entender la directiva de la Sra. Eddy de rotar las funciones, y el hecho de que todo miembro de una iglesia filial, que es también un miembro de La Iglesia Madre, puede ser llamado a ser Lector. La hermosa estipulación en el Manual de la Iglesia de que el Lector no es un guía (Artículo III, Sec. 8) es algo a lo que me he aferrado tenazmente. Es fácil que un visitante confunda a quien está leyendo con un ministro, en el sentido ortodoxo del término. Pero no existe intermediario de ninguna clase entre Dios y el hombre. Si comprendemos claramente que Dios es la fuente, que las cualidades particulares necesarias para ser Lector provienen directamente de Dios y no son talentos especiales de una persona, podemos desarrollar maravillosamente la función de Lector, basándola totalmente en Dios y no en la persona.
Da mucha alegría elegir los himnos, parte muy importante en la conducción del culto o la reunión. Hay un mensaje en cada himno que contribuye a la atmósfera sanadora, y cada uno revela algún aspecto del tema que se trata. El primer himno nos inicia con la alegría de cantar. La música no es una parte secundaria del culto o la reunión, sino un elemento de su totalidad. A menudo he escuchado en testimonios cómo un himno trajo curación.
Tener un servicio religioso sin ninguna equivocación.. . no es mi principal objetivo como Lector. Lo que la gente debería acordarse al salir no es que el Primer Lector no tuvo que corregirse ni una sola vez, sino que sintieron el amor de Dios.
“El día en que se predique la omnipotencia de Dios y se proclame que El es absoluto, los sermones cristianos sanarán a los enfermos”. Mary Baker Eddy, Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, pág. 345.
Las mejores experiencias que tuve como Lector fueron cuando los miembros me buscaron después del culto para contarme que habían sido sanados.. . esas fueron las experiencias que más me conmovieron. En un caso fue una curación de la vista; en otros casos, problemas económicos fueron solucionados. Vivo en un país de América del Sur donde hemos pasado por un período de gran inestabilidad económica. Estoy convencido de que las curaciones son una señal de que Dios está actuando, y nosotros podemos reconocer este hecho.
No existe tema alguno que no se pueda considerar en las reuniones de los miércoles, entre ellos la curación del pecado y de los problemas mundiales. La noche del miércoles ofrece una gran oportunidad para considerar juntos las ideas sanadoras. Son para elevar el pensamiento y traer luz, bendición y curación. Yo solía ir a mi estudio cuando era el momento de comenzar mi preparación de la selección y oraba: “Dios, ¿cuál es Tu mensaje sanador para Tus hijos bienamados en este momento: esta semana, en este lugar, para esta congregación? Quiero hacer Tu voluntad”. Escuchaba y me llenaba de alegría al ver la maravilla de Dios en acción.
Los testimonios son el aspecto principal de las reuniones vespertinas de los miércoles. Las selecciones deberían ser una preparación para los testimonios, porque son los testimonios los que dan fe de la verdad práctica de lo que dice el Pastor. Considero que estas reuniones son los seminarios semanales de la iglesia que tratan sobre la aplicación universal de esa verdad. Es una oportunidad para escuchar la demostración de la verdad que ha sido escuchada en la Lección-Sermón dominical.
Cuando empecé a leer, encontré un pasaje en Hebreos 12 que dice que Jesús es “el autor y consumador de la fe”. Esas palabras, autor y consumador, quedaron conmigo por el resto de mi término de Lector. Cada semana pensaba: Dios es el autor y consumador de estas selecciones. Todos los tesoros que debía encontrar y usar estaban en nuestros libros; las ideas ya eran completas. Dios ya se ocupó de que todo estuviera acabado. Me asombraba a veces de ver como se formaban y desarrollaban las selecciones, las conexiones entre las ideas que se manifestaban y las relaciones entre los pasajes. Lo que al comienzo de mi término había parecido trabajo tan duro, el ordenar las citas, se volvió la parte que más me gustaba hacer porque veía ritmo cuando lo confiaba a Dios.
Es una alegría que nos den la oportunidad de hacer este trabajo, y uno no puede más que amar hacerlo, y amar la Iglesia que estableció la Sra. Eddy, la forma que dio a nuestros servicios religiosos, y el Pastor que nos dejó. Leer es una exigencia y una disciplina. Uno asume un compromiso, pero no es una carga. Da mucha alegría comprender que no se trata de la responsabilidad personal de hacer algo. Nuestra responsabilidad consiste en confiar en Dios y en escucharlo y seguirlo.
Tener períodos de silencio durante la sección de testimonios puede ser un desafío para el Lector. En dichos momentos descubrí que lo más importante era orar por la reunión, y no dejarme llevar por consideraciones personales. Mi trabajo era orar, sabiendo que todos eran libres de expresar gratitud por las curaciones.
Durante mi término como Lector, muchos acontecimientos mundiales importantes tuvieron lugar. Si ocurría algo cerca de la noche del miércoles y me sentía llevado a hacer un cambio, me venían nuevas selecciones de manera armoniosa, rápida y en correcto orden. Dios siempre estaba encargándose de todo; la Mente siempre estaba guiándome.