Un Sabado Por la mañana, cuando estaba dando una caminata por la zona boscosa donde vivo, me di cuenta de que el hombre que manejaba una camioneta andaba extraviado. Al pasar junto a mí por segunda vez, se detuvo y me preguntó dónde quedaba el callejón “Esperanza”. Yo sabía exactamente dónde estaba y le dije exactamente cómo ir. El alivio en su cara fue más elocuente que las palabras que me dijo: “Señora, usted me ha ahorrado mucho y molestias. Le estoy muy agradecido”.
No es nada agradable estar perdido, ni siquiera momentáneamente. Sin embargo, la gente se siente perdida con frecuencia en este mundo. ¿Hay acaso una guía confiable que nos pueda mostrar el camino, una guía en cuya presencia y dirección inequívoca podamos confiar a medida que vamos por el mundo?
Sí, Dios, la Mente divina que lo sabe todo, siempre está presente para guiarnos, y Su dirección es perfecta. “En cuanto a Dios, perfecto es su camino”, leemos en la Biblia. “Y acrisolada la palabra de Jehová; escudo es a todos los que en él esperan”. Salmo 18:30.
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