Pensamos que a los lectores de nuestro Heraldo en español les interesaría este articulo que fue publicado en The Christian Science Journal de Agosto de 1994. Aunque se refiere principalmente a los Estados Unidos, su mensaje es universal. Invitamos a los lectores a compartir sus experiencias e ideas relacionadas con los temas tratados en este artículo.
Durante Los Ultimos años, ha tenido lugar un cambio sustancial en la forma en que la Ciencia Cristiana y los Científicos Cristianos son considerados en la “arena pública” del debate humano. Los síntomas de este cambio pueden verse en:
• las decisiones adversas u ominosas de los tribunales, tanto civiles como criminales, en varios estados [en los Estados Unidos];
• la amplia cobertura que realizan los medios de comunicación de la actividad legislativa y judicial negativa, por ejemplo, el ampliamente difundido juzgamiento de padres que confían en la oración para la curación de sus hijos;
• las representaciones estereotipadas y distorsionadas de los Científicos Cristianos en la televisión, y las demasiado frecuentemente erróneas historias e informes de la prensa sobre nuestra religión y nuestra Iglesia.
En medio de este escepticismo y de conceptos falsos tan difundidos, hay otros indicios:
• el surgimiento de un debate valiente respecto al choque entre los derechos religiosos e individuales, por un lado, y el interés apremiante del estado moderno y la ciencia médica, por el otro;
• un debate histórico sobre el cuidado de la salud y los sistemas de atención a la salud;
• una búsqueda creciente de explicaciones y demostraciones de curación más allá de lo que ofrece la medicina convencional. Como en la época de Jesús, hoy en día hay muchos que están dispuestos a ir más allá de las “.. . doctrinas y sistemas consagrados por el tiempo.. . Mary Baker Eddy, Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, pág. vii. para tocar el borde de su manto.
En su carta del 22 de abril a los miembros de la Iglesia en los Estados Unidos, La Junta Directiva de la Ciencia Cristiana señala que estos desafíos convocan a los Científicos Cristianos a “informar con mayor eficacia y más abiertamente a nuestros vecinos y a nuestra comunidad, acerca de lo que realmente somos, y de lo que la Ciencia del ser ofrece genuinamente a la humanidad”.
El espectro de oportunidades para dar testimonio de la revelación de la Verdad y de su demostración ha sido denominado “Nuevas Oportunidades”, tomado del poema de James Russell Lowell en inglés (adaptado y musicalizado como Himno N.º 258 en el Christian Science Hymnal). Sin embargo, no se trata de un eslogan caprichoso, ni de una nueva corriente de pensamiento, ni de una manera de distraerse de los desafíos que actualmente enfrentan la Iglesia de Cristo, Científico, y la humanidad. Tampoco es algo separado de nuestra actividad, nuestro propósito y nuestra responsabilidad diarios.
Como también subraya el poema de Lowell, “New occasions teach new duties.. .” (las nuevas oportunidades traen nuevas obligaciones.. .) y las “nuevas oportunidades” que enfrentamos hoy en día indican la necesidad de que existan tres dimensiones esenciales en el apostolado, que surgen de la declaración de la Sra. Eddy del propósito de su vida: “.. . inculcar en la humanidad el genuino reconocimiento de la Ciencia Cristiana práctica y eficaz”. Mary Baker Eddy, Escritos Misceláneos, pág. 207. Ellos son:
1. Permanecer alerta, activo.
2. Permanecer en armonía, escuchando.
3. Ser genuinamente evangélicos.
1. Frente a los desafíos actuales que enfrentan la libertad religiosa, la curación espiritual en general, y la práctica de la Ciencia Cristiana en particular, es necesario mantener una vigilancia continua: el precio de la libertad. El continuo desgaste de las disposiciones sobre religión, cuidadosamente redactadas en las leyes estatales en todos los Estados Unidos, no se ha producido a través de un solo acto o edicto, sino a través de matices, suposiciones, interpretaciones y disimulaciones. El antídoto es una Iglesia alerta y activa. Una organización que junto con sus miembros está preparada para mantenerse alerta toda la noche y apresurarse a enfrentar al opresor en la mañana. Esto significa que tenemos que estar presentes. Estar en los vestíbulos del Congreso, en la casa de gobierno del estado, en los tribunales y en la Casa Blanca.
2. Recientes artículos aparecidos en diarios y revistas, así como libros de mayor venta, destacan la búsqueda de la religión en los Estados Unidos de América y en todo el mundo, la búsqueda de alternativas a la medicina convencional, la relación que existe entre la oración y la curación, la resistencia a que el estado suprima la religión, la búsqueda de valores y estructura. Cada uno de ellos representa una mano tendida desde la multitud hacia el manto del Cristo, la Verdad. ¿Acaso estamos cumpliendo con nuestra parte para llegar a aquellos que están entre la multitud? ¿Acaso recibimos con agrado y consolamos ese anhelo mental? Esta es una oportunidad para que los Científicos Cristianos estén en mayor armonía con esas voces y mejor preparados para responder.
3. Se ha hecho evidente que en demasiadas ocasiones la Iglesia de la Ciencia Cristiana y los miembros individualmente en cierta forma, han permitido que el público los defina, en lugar de definirse a sí mismos frente al público. Esto tiene algo que ver con el deseo de no ofender o de no hacer proselitismo. En otro sentido, tiene que ver con el temor de ser mal interpretado o, lo que es peor, censurados. Pero es posible que esta reticencia se encuentre en su mayor parte en el corazón, y en no permitir que se revele en ese corazón la práctica vivificante del espíritu del evangelismo, predicando el evangelio del “.. . Cristianismo primitivo y su perdido elemento de curación”. Mary Baker Eddy, Manual de La Iglesia Madre, pág. 17.
Una vez más, el poema de Lowell declara: “Las nuevas oportunidades traen nuevas obligaciones.. .” Hymnal, Himno N.º 258. Tenemos el propósito de publicar con regularidad en The Christian Science Journal, y también en las ediciones del Christian Science Sentinel y en El Heraldo de la Ciencia Cristiana, las oportunidades y obligaciones que hoy en día exigen que la Iglesia y sus miembros permanezcan alertas. Además, informar sobre los pasos que estamos dando para responder a estos desafíos y oportunidades. A continuación encontrarán dos ejemplos recientes.
Un miembro alerta y activo
Jean Carl percibió que era necesario dar una respuesta, y actuó. Ella es abogada y ex ayudante del fiscal en el estado de Michigan, condado de Genesee. No hace mucho tiempo, The Flint Journal publicó un artículo en su columna de opinión cuestionando el cuidado que los padres Científicos Cristianos brindan a sus hijos. Los puntos de vista expresados en el artículo no resultaron verdaderos en relación con la experiencia de Jean — ni como fiscal especializada en el abuso de niños y casos de negligencia, ni como alguien que ha tenido claras curaciones por medio de la oración en la Ciencia Cristiana — así que escribió un artículo para la misma sección en el diario.
Su experiencia fue mencionada en la Asamblea Anual de La Iglesia Madre en el mes de junio (véase el informe en el número de Julio de 1994 de The Christian Science Journal), pero pensamos que les gustaría leer el artículo tal como fue publicado en The Flint Journal.
De The Flint Journal (Michigan) 10 de abril de 1994
SI USTED ME PREGUNTA A MI
La curación espiritual es una opción eficaz
“Un comentario reciente en esta misma sección cuestionó la compasión de los Científicos Cristianos hacia sus hijos.
“Me entristeció leerlo, porque tales sentimientos están muy lejos de la verdad. Nosotros, los Científicos Cristianos, amamos a nuestros hijos. Y nos cuidamos a nosotros mismos y a nuestros hijos a través de la oración en nuestra religión, la cual es racional y amorosa porque es muy eficaz, segura y benigna.
“Mientras fui ayudante del fiscal para el condado de Genesee, quien durante nueve años se especializó en el abuso de niños y la negligencia, no hubo un solo caso que involucrara a un niño Científico Cristiano.
“Esta clase de cuidado quizás no resulte familiar a todos los lectores de The Flint Journal, pero es un sistema de cuidado en el que los Científicos Cristianos han confiado durante más de 125 años. Nunca hubiésemos permanecido en él si no hubiera funcionado.
“De hecho, existen referencias de numerosas familias sanas que durante varias generaciones han confiado únicamente en la oración por medio de la Ciencia Cristiana para el cuidado de su salud. Hemos verificado cuidadosamente relatos de curaciones de niños con meningitis espinal, diabetes juvenil, neumonía, hernia de apéndice y piernas torcidas.
“Me doy cuenta de que para aquellos que han llegado a confiar en la medicina material, sin cuestionamiento, es difícil aceptar estas curaciones. Pero muchos otros que no son Científicos Cristianos han tenido experiencias similares y están satisfechos del cuidado sanador que Dios nos brinda.
“Fui sanada de un tumor en el seno. Naturalmente, sentí mucho temor, pero llamé a un practicista de la Ciencia Cristiana. Trabajamos juntos, y el tumor desapareció.
“Aunque ha habido pocas y poco frecuentes muertes de niños Científicos Cristianos, las personas razonables comprenden que hay muertes inesperadas y trágicas en todo sistema de atención a la salud. Pero es el registro global el que importa, y el de la Ciencia Cristiana es excelente.
“De hecho, no hay ninguna evidencia objetiva que indique que los niños Científicos Cristianos corren más riesgos que los niños que reciben tratamiento médico. En realidad, quizás corran menos riesgo.
Es a causa de ese magnífico registro, así como por razones constitucionales, que los legisladores en Michigan, y en casi todos los demás estados, han dado cabida en las leyes estatales a la curación espiritual responsable.
“Es evidente que los legisladores están más interesados en establecer una norma elevada para la atención a la salud que en consagrar legalmente un solo sistema para el cuidado de la salud.
“Aquellos que confían en la medicina tradicional han llegado a hacerlo a través de su experiencia. Lo mismo ocurre con los Científicos Cristianos. Pero nosotros no nos resignamos a estar enfermos o a morir como si ésa fuera la voluntad de Dios.
“Además, nosotros nunca desearíamos que la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos de América fuera usada como una defensa para descuidar la atención a la salud de nuestros hijos. Lo que hacemos es confiar en que aquellos que están interesados en este tema verán con objetividad el magnífico registro de curaciones de la Ciencia Cristiana, y reconocerán que esta religión, así como el cristianismo primitivo, está borrando el sufrimiento de las vidas de miles de personas, muchas de las cuales no podían encontrar otra esperanza para sanar”.
Copyright © 1994 The Flint Journal. Reimpreso con permiso.
Merece que se reitere aquí uno de los resultados de la publicación de este artículo, del informe de la Asamblea Anual que se publicó en The Christian Science Journal de Julio de 1994: “Alguien que leyó el artículo y tenía preguntas sobre la Ciencia Cristiana se comunicó con la escritora. Ella le hizo llegar a esta buscadora un ejemplar de Ciencia y Salud, ejemplares de nuestras publicaciones periódicas y una invitación a una conferencia. El sincero interés de esta persona la llevó a hablar con un practicista de la Ciencia Cristiana. Otra voz en la multitud, que tiende la mano en busca de ayuda”.
Evangelista de las carreteras del estado de Arizona
Muchos miembros que asistieron el año pasado a una de las reuniones del movimiento que trató especialmente sobre Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por Mary Baker Eddy, regresaron a sus hogares inspirados para hacer algo nuevo: leer el libro desde una perspectiva completamente diferente.. . dar un ejemplar a un amigo o a un familiar.. . o quizás poner en práctica ideas percibidas a través del estudio renovado para solucionar un problema físico o personal de larga data.
Mary Roland llevó su inspiración a la carretera. Regresó de la reunión en Phoenix, Arizona, a su hogar en Prescott, meditando acerca de un pasaje en Ciencia y Salud: “Hoy día casi no hay ciudad, pueblo o aldea donde no se encuentren testigos y monumentos vivientes a la virtud y al poder de la Verdad, tal como se aplican en ese sistema cristiano de sanar la enfermedad”.Ciencia y Salud, pág. 149–150. Tuvo la inspiración de visitar las diecisiete bibliotecas públicas del condado y ofrecer un ejemplar de Ciencia y Salud a cualquiera que no lo tuviera en su colección.
Mary sirve a la iglesia filial de su comunidad como Ayudante del Comité de Publicación, y hace un tiempo, cuando era Ayudante del Comité en Ohio, visitó vientidós bibliotecas cumpliendo un proyecto similar. Por lo tanto, visitar diecisiete le pareció razonable.
Al principio, Mary habló acerca de la idea con la comisión directiva de su iglesia filial para ver si ellos podrían proveer los libros. También se comunicó con un director de bibliotecas del condado que era “extremadamente amable y entusiasta”, quien le proporcionó información sobre la ubicación de las bibliotecas, los horarios de atención, los nombres de los bibliotecarios y otros datos.
Equipada con el baúl de su auto colmado de libros y copias de una noticia referida a la designación de Ciencia y Salud como uno de los veinticinco libros escritos por mujeres cuyas palabras han cambiado el mundo, se dirigió a las carreteras.
En muchos pueblos pequeños de Arizona, la biblioteca es el centro de la comunidad. Quizás haya una antena parabólica detrás de cada finca de campo y casa rodante, pero muchas personas aún recorren grandes distancias para ir a las bibliotecas a estudiar, con fines de esparcimiento y para reuniones sociales. Mary dice que: “Tener nuestros libros allí es como tener una Sala de Lectura de la Ciencia Cristiana en su comunidad”.
Colocar el libro de texto en las bibliotecas locales a veces ha dado como resultado que los Científicos Cristianos se enteraran de que cerca de ellos había otras personas que estudiaban el libro. Mary también dice que algunos de ellos están ahora más abiertos respecto a su religión porque se sienten más aceptados por la comunidad.
Nada sustituye la búsqueda en los estantes. Mary se dio cuenta de que en una biblioteca había varios libros de la Ciencia Cristiana, algunos en español, pero ningún Ciencia y Salud en inglés. Un Científico Cristiano local le comentó que esto ocurría porque la biblioteca se negaba a colocar el libro en sus estantes. Recordando que en la reunión sobre Ciencia y Salud se había sacado a relucir que la resistencia al Consolador no tenía poder, ella se comunicó con la comisión directiva de su iglesia y pidió el apoyo de los miembros por medio de la oración. Más tarde, charlando con el bibliotecario, Mary le dijo: “¿Sabe usted que tiene un Ciencia y Salud en español en el estante, pero no un ejemplar en inglés?” El bibliotecario respondió: “Bueno, entonces necesitamos uno”.
Mary Roland no cree en un público limitado. “Hay oportunidades ilimitadas de tender la mano y poner a disposición de nuestras comunidades la Ciencia Cristiana y Ciencia y Salud. Pero esto debe ser impulsado por la oración. Debemos amar al Consolador y amar a la comunidad de la que formamos parte.. . De otra manera simplemente estamos colocando libros en los estantes para que se cubran de polvo”.
Ella también destaca la necesidad de continuar orando y dando nuevos pasos. Regresa a las bibliotecas para ver si la gente usa los libros, y de esta forma se mantiene en contacto con los bibliotecarios. Hace poco, estaba trabajando en la Sala de Lectura de su filial cuando entró una de las bibliotecarias que había visitado. Ella le dijo que además de los libros que ya habían recibido, necesitaban un ejemplar de Ciencia y Salud con letras más grandes, para la sección de lectura fácil
El trabajo de Mary Roland ha resultado tan eficaz que ha tenido que recurrir más de una vez a la comisión directiva de su iglesia para obtener dinero para comprar libros. Un bibliotecario le mencionó que en una ocasión ellos se habían suscrito a The Chrisitan Science Monitor, pero que ya no tenían presupuesto para hacerlo. La iglesia filial de Mary decidió obsequiarles una suscripción.
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