El estudio de la Ciencia Cristiana nos muestra como liberarnos del temor para poder ser más activos y disfrutar plenamente de la vida. Explorando estos pensamientos, conductor del programa de onda corta de El Heraldo de la Ciencia Cristiana, habló con practicista de la Ciencia Cristiana de Buenos Aires, Argentina.
Marjory Gillings: Toda la Biblia nos enseña que no tenemos que temer. Por ejemplo, el mensaje de Dios a Josué fue: "Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas". Josué 1:9. También en los evangelios Cristo Jesús repetidamente dice: "No temáis, ... no se turbe, ... no os afanéis", y toda la Biblia tiene ese mensaje.
Cuando empecé a estudiar Ciencia y Salud escrito por la Sra. Eddy, junto con la Biblia, entendí cómo hacer eso práctico. Los temores vienen porque el mal se arroga autoridad, pero cuando entendemos lo que es Dios, que Dios es Amor divino, Espíritu infinito, y que nosotros somos el linaje del Espíritu, aprendemos a liberarnos de esos temores. Refiriéndose a los Estados Unidos, la Sra. Eddy dice: "Como nuestra nación, la Ciencia Cristiana tiene su Declaración de Independencia. Dios ha dotado al hombre con derechos inalienables, entre los cuales se encuentran el gobierno de sí mismo, la razón y la conciencia. El hombre se gobierna a sí mismo debidamente sólo cuando está dirigido correctamente y gobernado por su Hacedor, la Verdad y el Amor divinos".Ciencia y Salud, pág. 106.
Una manera de lograr tal autogobierno es saber que los pensamientos malos o los temores no provienen de nuestro "Hacedor, la Verdad y el Amor divinos". Por lo tanto, nosotros tenemos la autoridad para desecharlos, saber que "este pensamiento no es mío y que no necesito aceptarlo".
También nos podemos liberar del temor reconociendo que Dios, el Amor, nos libera. La Biblia dice: "En el amor no hay temor". 1 Juan 4:18. Muchas veces tenemos temor porque hay un poco de rencor, ira, envidia u odio todavía en nuestro pensamiento. A medida que nos acercamos más al Amor divino, esos elementos erróneos, que en realidad no pertenecen a nuestra naturaleza como hijos de Dios, pueden ser vencidos.
Esto es muy práctico, y en la Biblia hay muchos versículos que nos ayudan a entender esto. Por ejemplo, cuando Pablo le escribe a Timoteo: "No nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio". 2 Tim. 1:7.
Conocí a una señora mayor que tenía miedo de todo. Tenía una alergia que no le permitía salir al aire libre. Siempre andaba con una bufanda y tapaba su cabeza, aun en el verano. No podía cruzar la calle sola. Tenía temor a las tormentas eléctricas y a los truenos, y no podía quedarse sola en la casa. Pero cuando ella empezó a estudiar la Ciencia Cristiana, ese versículo que cité recién de Timoteo, cambió todo esto.
Ella captó la verdad en esas palabras y se liberó de todos esos temores. ¡Tan completa fue su transformación que hizo un viaje en avión a Bariloche sola y volvió a Buenos Aires también sola! Abrió su casa y la preparó para recibir a su familia que regresaba en coche. Este es solo un ejemplo, pero esta enseñanza acerca de la totalidad del Amor divino, el Espíritu, que es el bien indestructible, puede ayudarnos a aceptar nuestra independencia de esos temores y a echarlos fuera y vivir como linaje del Espíritu. Esta es nuestra herencia verdadera.
Enrique Smeke: Y ciertamente, Marjory, la Ciencia Cristiana es como un abogado impersonal que nos muestra las leyes que nos ayudan a dejar atrás los temores que hemos estado guardando por muchos años. ¿No es cierto?
Gillings: Sí, este abogado nos puede llevar, por ejemplo, al Tribunal del Espíritu, y el Espíritu siempre encuentra que el hombre es inocente, porque Dios no ha creado el mal. Entonces nos podemos liberar de estos temores que nos han sido inculcados, porque Dios siempre nos ve perfectos e inocentes de toda clase de error o mal.
Smeke: Efectivamente. Y usted mencionó al Tribunal del Espíritu, el Tribunal de Dios. Se podría decir que en ese Tribunal de Dios, el hombre jamás es encontrado culpable.
Gillings: Claro. Aquí se encuentra que el hombre es inocente del mal. Y no solamente nosotros somos inocentes, sino también los demás, porque el hombre tiene el derecho inalienable de ser bueno. No necesita traficar con el mal.
Smeke: ¿Cómo nos enseña la Ciencia Cristiana a hacer valer esos derechos inalienables?
Gillings: Nos enseña lo que es Dios. Con este propósito, la Sra. Eddy adoptó varias ideas sobre Dios que están en la Biblia, o implicadas en ella, como la afirmación de Juan: "Dios es amor". 1 Juan 4:16. Hay muchos versículos en la Biblia que demuestran que Dios es el legislador que dicta las leyes. Resumiendo éste y otros aspectos, la Sra. Eddy nos ha dado una definición de Dios que es muy útil: que Dios es Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Amor, Verdad. Y después, ella también nos enseña que el hombre es espiritual, y cuando entendemos un poco de esto, nos liberamos de todas las creencias erróneas que han esclavizado al hombre. Entonces, podemos salir de la prisión de esos pensamientos erróneos.
Smeke: Efectivamente, y ese hombre al que usted se refiere, Marjory, es nuestra verdadera identidad, tal cual la presenta el libro del Génesis. ¿No es así?
Gillings: Sí, hecho a imagen de Dios, espiritual y bueno como Dios lo hizo. A medida que entendemos un poco más del Amor divino, también podemos vernos a nosotros mismos y a todos los demás como semejanza del Amor divino. Cuando eso está en nuestra consciencia, vemos al mundo, y aun al universo, como perfecto, bello, hermoso, y podemos disfrutar de ello.
Smeke: Efectivamente. En realidad, este conocimiento es el reino de Dios dentro de nosotros mismos, como dijo Cristo Jesús. ¿No es así?
Gillings: Absolutamente. Jesús enseñó esto repetidas veces, y ahora estamos encontrando cómo ponerlo en práctica en nuestro diario modo de pensar. No es una filosofía; es un modo de vivir activo, presente, útil y práctico.
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