La Hechiceria Pretende que la cooperación con el mal o el diablo otorga poder sobrenatural a quienes ejercitan su supuesta autoridad. Pero por medio del Cristo, la verdad de Dios, el Amor divino, podemos reconocer la naturaleza errónea de esta creencia y protegernos de ella.
La creencia en la hechicería actúa a través del temor y el odio. Aparece de diferentes maneras. Por ejemplo, en Africa donde yo vivo, una de las creencias asociadas con la hechicería es la creencia de que los padres son deidades. Pero cualquiera sea la forma que adopte la hechicería, un entendimiento correcto acerca de Dios pone al descubierto la naturaleza ilusoria de su supuesto origen y nos muestra que debido a que Dios, el bien, es el único poder, el mal no tiene origen ni poder verdaderos.
Dios, la Mente, es el único Principio del hombre, Su idea espiritual. En realidad, el hombre es el hijo de Dios, creado a Su imagen y semejanza. La imagen de Dios no es un creador personal ni un dios. Dios es nuestro Padre-Madre. Por lo tanto, creer que nuestros antepasados son dioses es quebrantar el Primer Mandamiento que figura en Exodo: “No tendrás dioses ajenos delante de mí”. Ex. 20:3.
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