La Gente Está preocupada por su estándar de vida. No quieren bajar el nivel de vida que disfrutan ellos y sus hijos. Pero dada la deuda gigantesca que enfrentan varias naciones, los desafíos que muchos tienen con el cuidado de la salud, y el alto nivel de desempleo, la mayoría de la gente tan solo quiere mantenerse en el nivel de vida ya alcanzado.
En vez de vivir sin esperanza, con mala salud, sin oportunidad ni gozo, deberíamos experimentar en mayor grado el bien en la vida diaria. El propósito de nuestro Padre celestial es que todos Sus hijos experimenten el bien. Cristo Jesús dijo: "Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia". Juan 10:10. ¿Acaso no deberíamos aprender a acudir a Dios más firmemente en busca de todo por lo que vale la pena vivir? Esto está de acuerdo con Sus deseos: "Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más". lsa. 45:22.
¿Cómo podemos lograr que el poder transformador de Dios nos ayude a solucionar nuestros problemas? Aprendiendo y aplicando en nuestra vida los hechos espirituales acerca de Dios y del hombre que Cristo Jesús enseñó. Lo que necesitamos saber para comenzar a experimentar este poder del Cristo, lo podemos encontrar en el significado espiritual de la Biblia. Ciencia y Salud escrito por Mary Baker Eddy nos ayuda a familiarizarnos más ampliamente con este mensaje. Explora todo lo que el Maestro vio y probó en la creación de Dios: que el hombre es siempre completo y libre, y que ya posee las infinitas bendiciones de Dios.
Es obvio que Jesús hizo una clara diferencia entre el concepto mortal del hombre, con sus carencias y sufrimientos, y el hijo genuino de Dios. Jesús veía la perfección espiritual del hombre donde los ojos mortales solo podían ver problemas. Esta percepción del Cristo restableció su salud y bienestar original a quienes lo necesitaban. Este entendimiento acerca de Dios y del hombre está disponible hoy para todo aquel que anhela que el poder del Cristo se manifieste en su vida.
El Cristo, la Verdad, que Jesús vivió y enseñó, aún está presente para que el pensamiento se eleve por encima de las condiciones discordantes y tome consciencia de la omnipotencia de Dios. El Cristo está siempre revelando la perfección invariable de Dios y Su creación. Y nuestra creencia en la validez de las condiciones adversas disminuye a medida que obtenemos algo del punto de vista espiritual que Jesús tenía del hombre.
Examinemos un componente muy importante que la mayoría de la gente está de acuerdo en que debe ser parte de la vida que queremos tener: la buena salud. Al igual que todo lo demás que concierne a nuestro bienestar diario, el Cristo, la Verdad, puede producir un notable mejoramiento de la salud. Al aprender y aplicar las verdades espirituales y liberadoras que encontramos en las palabras y obras de Jesús, podemos probar para nosotros mismos que el sufrimiento no es parte del plan que Dios tiene para Sus hijos.
Cada uno tiene el derecho divino de vivir sin temor a enfermarse. ¿Cómo vamos a darnos cuenta de que tenemos el derecho de ser sanos? Un paso importante es comprender el efecto que la calidad de nuestro pensamiento tiene en cada aspecto de la vida diaria. Podemos purificar y elevar nuestro pensamiento, armonizándolo con el modelo espiritual del hombre. A medida que hacemos esto, somos guiados a poner en práctica en nuestra vida lo que la Biblia revela acerca de nuestro verdadero ser como linaje de Dios. La enfermedad, la discapacidad y el dolor no son las realidades inamovibles y objetivas, que parecen ser. Son falsos estados del pensamiento mortal que sanan a través de la oración basada en la Ciencia del Cristo.
Es un hecho en esta Ciencia que usted y yo expresamos solamente cualidades que el Espíritu, Dios, imparte, tales como salud, gozo, paz, dominio, etc. El temor y el sufrimiento que en ciertas ocasiones pueden parecer un verdadero desafío, no tienen verdadero poder sobre nosotros. Como el Maestro lo probó en su obrasanadora, son conceptos equivocados, creencias falsas, y no condiciones creadas por Dios. Y por ser conceptos erróneos, pueden y son corregidos a través de la oración espiritualmente iluminada, a través de nuestra receptividad para escuchar y obedecer a la Verdad. Equipados con el conocimiento que el Cristo nos revela sobre nuestro derecho a sentirnos siempre saludables como amados hijos de Dios, podemos vivir cada vez más sin temor alguno a la enfermedad.
En Escritos Misceláneos la Sra. Eddy escribe acerca del poder sanador que Jesús utilizó: "Para Jesús, el bien era el estado normal del hombre, y el mal el anormal; para él la santidad, la vida y la salud representaban mejor a Dios que el pecado, la enfermedad y la muerte. El Metafísico por excelencia comprendió que la omnipotencia es Todo-poder: porque para él, el Espíritu era Todo-en-todo, la materia era palpablemente un error de premisa y conclusión, mientras que Dios era la única sustancia, Vida e inteligencia del hombre".Esc. Mis., pág. 200.
Supongamos que alguien tiene un desafío físico que por largo tiempo lo ha perturbado, un problema que quizá pueda parecer incurable. ¿Puede el Cristo hacer algo acerca de esto? El estudio concienzudo del libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud, ha traído curación a miles de personas que necesitaban de la ayuda de Dios. En mi propia vida, se han producido curaciones físicas bien claras, una y otra vez. Al ceder al Cristo, la Verdad, he podido comprobar que la discordancia del cuerpo es solamente una creencia del pensamiento mortal, y no una realidad creada por Dios. Hubo varios momentos muy vívidos en los que pude reconocer que Dios no sabe nada del sufrimiento y deterioro físico, y como Su hija enteramente espiritual, no podía ser ni era tocada por la enfermedad. El cambio de la creencia errónea por el entendimiento me liberó de la enfermedad. Innumerables estudiantes de la Ciencia Cristiana hoy pueden corrobar lo que afirmo acerca del poder sanador de la Verdad.
El camino para liberarse de toda limitación humana, incluso de la mala salud, ha sido claramente demostrado a la humanidad. Cristo Jesús enfrentó todo desafío de la mente carnal y mostró el camino hacia la victoria para todos los que le seguirían. Ciencia y Salud afirma: "Todos tienen que plantarse tarde o temprano en Cristo, la idea verdadera de Dios".Ciencia y Salud, pág. 54. A medida que nos afirmemos en Cristo, manifestaremos en nuestra vida diaria más de las bendiciones ilimitadas que Dios ha preparado para que disfrutemos.
¿Acaso quiero decir con esto que cuando dirigimos nuestra vida de acuerdo con las enseñanzas de Cristo, y acudimos a Dios para todo lo que hace la vida maravillosa, cesan de repente todos los desafíos? De ninguna manera. Sin duda se presentarán grandes desafíos. Pero a través del Cristo, nuestra experiencia diaria se vuelve más feliz, más sana y más libre. La vida se convierte en una verdadera aventura. En situaciones donde antes hubiéramos sido derrotados, ahora sabemos que tenemos dominio.
Siembra firme tu semilla, nunca admitas el temor,
porque un fruto de alegría nacerá en tu corazón.
En el campo que verdea mira el grano germinar;
mira ahora, ya blanquea, tiempo es de cosecha r.
Himnario de la Ciencia Cristiana No. 97, 2° estrofa.