De acuerdo con la tradición, todo comenzó alrededor de 1515, en la Posada del Caballo Blanco, cerca de la Universidad de Cambridge, en Inglaterra. Un grupo de jóvenes universitarios, conferenciantes sobre la teología y los estudios de la Biblia, se reunían allí con regularidad para hablar sobre las ideas "heréticas" de Lutero.
De este grupo saldrían algunos de los líderes más destacados del movimiento Protestante en Inglaterra, hombres como el traductor de la Biblia, Miles Coverdale, y el futuro arzobispo de Canterbury, Thomas Cranmer. Pero ninguna de las figuras de este grupo dejaría una marca más indeleble en el futuro de la Iglesia de Inglaterra, que un joven y sincero estudioso de las Escrituras llamado William Tyndale.
Nacido en Gloucestershire, Tyndale obtuvo su maestría en Oxford, donde estudió hebreo y griego. Fue entonces que se desarrolló en él el amor que durante toda su vida sintió por la Biblia. Alrededor de 1515, dejó Oxford para estudiar griego en Cambridge con el famoso erudito Erasmo. Allí los radicales de la Posada del Caballo Blanco encendieron en él la pasión de que la Palabra de Dios llegara a todos los habitantes de Inglaterra, y no sólo a unos pocos privilegiados. Tal como les prometió a sus adversarios: "Si Dios me perdona la vida, en pocos años yo haré que el muchacho que conduce un arado sepa sobre las Escrituras más que vosotros".
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!