Mi Amiga Era una cristiana devota, dedicada por completo a ayudar a los demás. Se apoyaba en Dios porque es su Padre, listo para ayudarla en toda oportunidad.
Un día de desafíos fuera de lo común (y días así abundaban), ella se sintió agobiada, rechazada, y que nadie la comprendía. Sentada junto a ella, yo podía sentir lo oscura que era la nube de desaliento que llenaba la atmósfera.
Mientras la observaba con mucho amor, ella extendió su mano como buscando consolación de Dios. "¿Estás ahí?", preguntó a Dios con voz ansiosa. Luego se sentó y se quedó quieta.
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