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La Versión Reina-Valera de la Biblia 1569—1602

Del número de abril de 1995 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


España Estaba Bajo las garras de la Inquisición cuando los esfuerzos para traducir la Biblia al español estaban ganando gran impulso. Los hombres de letras que consideraban las ideas de la Reforma, tenían que hacerle frente a la pena de muerte o al exilio.

Sevilla, que ya había sentido la influencia de la Reforma, en ese entonces era el hogar de muchos sacerdotes de inclinación luterana. La influencia de los mismos se había hecho evidente especialmente en el monasterio de San Isidoro del Campo en Sevilla. Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera eran hombres de letras en el monasterio. Ellos, junto con otros monjes, huyeron del país a tiempo para escapar de la persecución de la Inquisición.

Cuando Reina se fue de España, fue primero a Génova, luego a Francfort y de ahí continuó a Londres. Encontró numerosos desafíos como traductor. Felipe II confiscó la versión del Nuevo Testamento que se publicó en Francia y que Reina pensaba usar. Después de esto, Reina empezó su propia traducción del Nuevo Testamento, pero los teólogos luteranos en Basilea rehusaron autorizar su versión porque no sabían nada del autor, ni de la lengua española. Se sumaron más problemas al proyecto cuando confiscaron su dinero y murió su editor. Doce años después, en 1569, la traducción estuvo lista, y entraron ejemplares de contrabando a España.

Cipriano de Valera revisó la Biblia de Reina y la publicó de nuevo en Amsterdam en 1602. Valera suprimió los libros apócrifos y las abundantes notas de texto, pero en su mayor parte dejó sin tocar la excelente traducción.

El trabajo monumental de esta traducción nos ha dado una Biblia que ha sobrevivido cuatro siglos y que es en la actualidad, con pequeñas modificaciones, la misma edición que usan todas las iglesias protestantes de habla hispana.


LA COLECCION DE BIBLIAS DE MARY BAKER EDDY


La Sra. Eddy amó y estudió la Biblia toda su vida. Después de una seria lesión que tuvo en 1866, al leer las palabras de Jesús, encontró tal iluminación espiritual que sanó instantáneamente. El resto de su vida lo dedicó a encontrar en la Biblia las leyes espirituales que habían producido su curación, y a compartir luego esas leyes con el mundo.

Por lo tanto, no es de sorprender que la Sra. Eddy tuviera varias Biblias; más de cincuenta de ellas están en la colección de Biblias de La Iglesia Madre. La mayoría están llenas de notas, evidencia de que la Sra. Eddy se apoyaba firmemente en la Biblia en busca de inspiración y guía. Aunque la mayoría de las Biblias con notas son de la Versión King James, algunas de ellas son traducciones modernas y ediciones de estudio.

La Sra. Eddy también poseía algunas Biblias de colección: una traducción de Julia Smith, la primera mujer que tradujo la Biblia; una edición del siglo XVI de la Biblia de Mateo; una Biblia islandesa, que se refiere a Dios como "mente"; y un facsímil de la Biblia de Wiclef, en la cual, en el primer capítulo de Lucas, usó la frase "ciencia y salud".

Estudiantes, miembros de la iglesia y conocidos le obsequiaron a la Sra. Eddy muchas de sus Biblias. Pero sin duda, ella misma compró la mayoría de las Biblias que poseía. Incluso regaló algunas Biblias dedicadas a amigos y parientes, incluso a su hijo, su marido y colaboradores cercanos tales como Calvin Frye y Adam Dickey. A su vez, algunas de estas personas entregaron las Biblias a la Iglesia luego del fallecimiento de la Sra. Eddy. Como en el pasado, ocasionalmente se exhiben algunas de las Biblias de la Sra. Eddy.

La vida de la Sra. Eddy y sus escritos dan testimonio elocuente de su profundo amor por la Palabra de Dios. Como ella escribe en Ciencia y Salud: "La Biblia ha sido mi única autoridad" (pág. 126).

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