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"Conoceréis la verdad. . . "

Del número de febrero de 1996 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Ya Sea Que leamos el periódico, o escuchemos la radio, o miremos televisión, todos nos hablan sobre la represión política, el hambre y el desempleo, además de informarnos sobre el número de personas que enferman y mueren de distintas enfermedades. Sin embargo, si leemos la Biblia, encontramos este relato: "Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres". Juan 8:31, 32.

¿Cuál es esta verdad que librará a la humanidad de sus penas? En realidad la Biblia comienza su "informe" diciéndonos que Dios creó al hombre a Su imagen y semejanza, y que vio a toda Su creación "buena en gran manera". Gén. 1:31. Todo lo que es malo, material o discordante nunca puede pertenecer a la creación de Dios, el Espíritu divino, que es bueno y del todo armonioso. Como la Biblia hace notar: "¿Puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos?" Sant. 3:12. Dios, el bien, nunca pudo haber creado el mal. Siendo Dios el único Creador, el mal debe ser una ilusión ocasionada por la falsa creencia de que la creación es material y mortal, separada de Dios.

Examinemos lo que sucede con el hipnotismo. Una persona hipnotizada sufre los efectos de aceptar las sugestiones que le hace el hipnotizador. En ese estado hipnótico, la persona percibe un mundo diferente del que percibía antes de ser hipnotizada. Este estado continúa hasta que se produce un despertar, un cambio de consciencia.

Una regla similar se puede aplicar a la creencia mesmérica en la enfermedad o en cualquier otra situación discordante. Cuando se comprende que determinados hechos espirituales con respecto a Dios y Su creación perfecta son verdaderos, es decir, que nos muestran las cosas tal como son en realidad, sentimos la presencia del Cristo, la Verdad, en el pensamiento, y la curación es el resultado inevitable. La diferencia entre el hipnotismo y la curación cristiana está en que en vez de ser un simple capricho de sugestión hipnótica, la curación cristiana es una demostración de la realidad divina, y tiene un efecto regenerador y permanente tanto en el sanador como en el paciente.

Nuestro Maestro, Cristo Jesús, nos dio muchos ejemplos del poder de la verdad para sanar la enfermedad. En el Evangelio según Juan leemos acerca de un oficial del rey cuyo hijo estaba enfermo. Véase Juan 4:46—53. Fue a Jesús y le rogó que fuera a su casa y sanara a su hijo, que estaba a punto de morir. Jesús no fue a casa del oficial y, por lo tanto, no lo vio ni puso sus manos sobre él para sanarlo; pero le dijo al oficial del rey que su hijo estaba vivo, y el muchacho se recuperó de inmediato. La comprensión que tenía Jesús de la verdad de que el hombre es inmortal porque es la idea de Dios, produjo la curación.

En Africa del Sur hoy en día, encontramos varias iglesias y los denominados "profetas" que cuentan con un gran número de seguidores que practican la curación por medio de métodos diferentes a los utilizados por la medicina. Pero además de emplear la oración según ellos la comprenden, utilizan sustancias tales como agua, ceniza de carbón, té, e incluso cintas de lana de distintos colores, las que se atan a las partes afectadas del cuerpo, o en el cielo raso de la habitación, para espantar a los malos espíritus, como dicen ellos. Ciertamente que éste no es el método de curación que nuestro Salvador, Cristo Jesús, utilizó.

Mary Baker Eddy, la Descubridora y Fundadora de la Ciencia Cristiana, escribe en Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras: "Nuestro Maestro sanó a los enfermos, es decir, practicó la curación cristiana, y enseñó a sus discípulos las generalidades del Principio divino de dicha curación, pero no dejó una regla precisa para demostrar ese Principio de la curación y prevención de la enfermedad. Esa regla habría de descubrirse en la Ciencia Cristiana".Ciencia y Salud, pág. 147. La Ciencia Cristiana explica el método de curación empleado por Jesús, y muestra que la comprensión espiritual de Dios y el hombre sana hoy en día como en los tiempos de Jesús.

En el libro Historical Sketches (Bosquejos históricos) escrito por Clifford Smith, se relata que "cuando la Sra. Eddy vivía en la Avenida Columbus en Boston, se encariñó con la hija de una vecina, una niñita que nunca había podido caminar. Después que pasaron varias días sin ver a la niña, la Sra. Eddy fue a su casa a preguntar por ella. Con mucho pesar, la madre le contestó que la niña había enfermado, y que acababa de morir. La Sra. Eddy le pidió ver a la niña a solas. La señora consintió con renuencia y afirmó que ya nada se podía hacer; que era demasiado tarde. Cuando la Sra. Eddy quedó a solas con la niña, con su cuerpo sin vida, la tomó en sus brazos y comenzó a orar. Al estar consciente solo de la Vida, la Verdad y el Amor infinitos, se olvidó de la situación material hasta el momento en que la niña la hizo volver a la realidad del entorno humano, al sentarse y preguntar por su madre. Luego, cuando la madre acudió al llamado de la Sra. Eddy, la pequeña corrió hacia ella. Además de haber vuelto a la vida, podía utilizar sus piernas".Historical Sketches, págs. 79—80. Esta verdad de las Escrituras está vigente hoy en día también.

Después que mi esposo y yo nos casamos, alquilamos una habitación en Soweto, donde luego nació nuestro primer hijo. Una mañana, justo un momento antes de que yo saliera para mi trabajo, nuestro hijo enfermó de gravedad. Permanecí un momento en silencio, orando, consciente de que Dios es la Vida del hombre. Recordé un versículo de Proverbios: "En el camino de la justicia está la vida; y en sus caminos no hay muerte". Prov. 12:28. El efecto de esta verdad fue tan inmediato, que la enfermedad desapareció, y el niño se durmió serenamente. Yo llegué a mi trabajo a tiempo, y esta curación ha sido permanente.

Cristo Jesús nos mostró el camino, y Mary Baker Eddy lo explicó. Nosotros también podemos conocer la verdad y demostrar Su poder sanador.

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