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"¿Quién está realmente durmiendo allí?"

Del número de febrero de 1996 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Un Fin De semana el programa religioso de la televisión, Das Wort zum Sonntag (La palabra para el domingo), trató sobre la increíble experiencia que tuvieron los discípulos de Jesús cuando luchaban contra la tormenta mientras Jesús dormía en la barca. Véase Mateo 8:23—27. El orador comparó la experiencia de los discípulos con los temores y situaciones extremas con las que lucha tanta gente. Destacó el hecho de que los discípulos no podían entender en ese momento cómo podía Jesús dormir en medio de tal peligro.

El programa me recordó un artículo que había leído en The Christian Science Journal, que exploraba la pregunta de quién estaba realmente dormido en la barca, Jesús o los discípulos. Los discípulos estaban impresionados por el "sueño", o temor, de que alguna circunstancia material podía poner en peligro el ser del hombre. Jesús, por otro lado, estaba descansando en su consciencia de la verdad del ser, de la poderosa omnipresencia de Dios. Aunque la Biblia nos cuenta que los discípulos "lo despertaron", ¿no podríamos en cambio decir — considerando la experiencia desde el punto de vista del sentido espiritual — que Jesús los despertó a ellos? Al silenciar sus temores, él les estaba demostrando el poder de Dios. El Evangelio según Mateo relata que les preguntó: "¿Por qué teméis, hombres de poca fe?" ¿No pone en claro esta pregunta que él quería que ellos despertaran y comprendieran la acción armoniosa de su divino Padre?

Innumerables pruebas dan testimonio repetidamente de este poder divino y protector. Revelan que es el sentido espiritual que hay detrás de la letra de la historia lo que constituye la parte esencial de lo que ocurrió en el Mar de Galilea. Refiriéndose a la Ciencia Cristiana, la Sra. Eddy dice en Ciencia y Salud: "La Ciencia invierte el falso testimonio de los sentidos físicos, y por esa inversión los mortales llegan a conocer los hechos fundamentales del ser".Ciencia y Salud, pág. 120. Estos hechos fundamentales — la omnipresencia y la omnipotencia de Dios — son ilustrados a través de sucesos que ocurren en toda la Biblia: José cautivo en Egipto; Moisés enfrentado al Mar Rojo y con el ejército Egipcio acercándose; Daniel en el foso de los leones; los tres jóvenes arrojados en el horno ardiente; Pablo mordido por la serpiente en la isla Malta. Tales experiencias del poder sanador de Dios son una muestra de la falta de fundamento de los temores humanos, y son posibles aun hoy. Dios, o el Amor divino, no está muerto como creen muchos, sino que está presente, y nosotros podemos confiar en Su ayuda eficaz.

Claro, usted puede estar preguntándose "¿Pero entonces cómo puede explicarse que haya tantos accidentes, catástrofes, actos de violencia y demás desastres?" "¿Quién está realmente durmiendo allí?" ¿Acaso no es la humanidad en general la que está dormida al aceptar los falsos conceptos humanos que dicen que el mal es poderoso, y a menudo superior, en lugar de reconocer la omnipotencia de Dios? ¿Acaso no pasó Jesús por la crucifixión porque la humanidad necesitaba despertar de su creencia en que el mal tiene poder?

Durante su lucha en el jardín de Getsemaní— antes de ser hecho prisionero y condenado a muerte — el Maestro se sometió por completo a la voluntad de Dios, el bien, y confió totalmente en el poder de su Padre celestial. Refiriéndose a esto Ciencia y Salud dice: "Jesús podía haberse apartado de sus enemigos. Tenía el poder de renunciar a un sentido humano de la vida por su identidad espiritual a semejanza de lo divino; pero permitió que los hombres intentaran la destrucción del cuerpo mortal, para que pudiera dar la prueba de vida inmortal. Nada podía matar esa Vida del hombre".Ibid, pág. 51.

En estos tiempos es muy importante que padres e hijos no se "duerman" sino que conscientemente reconozcan en sus vidas la poderosa presencia de Dios. Éste es el mejor y más seguro tipo de protección personal que padres e hijos pueden aprender a utilizar. Los pensamientos temerosos, sea cual fuese la forma que tomen, deberían ser rechazados y destruidos. Igualmente las conversaciones de adultos sobre noticias sensacionalistas de todo tipo pueden ser elevadas por medio de nuestras declaraciones silenciosas — o audibles — del poder y la bondad de Dios. Si esto no parece posible, podemos por lo menos corregirlos luego en nuestro propio pensamiento, orando para reconocer más de la presencia de Dios en nuestra vida.

Nosotros también podemos alegrar nuestros días comenzando en la mañana con pensamientos dirigidos por Dios. Sobre todo, entendamos que hay solo una Mente, que tiernamente gobierna todo por doquier en todo momento y nos protege y guía en todo nuestro andar. También vigilemos cuidadosamente nuestro pensamiento para no volvernos a otros dioses como el dinero, la ambición, el orgullo, el sensualismo, sino que reverenciemos y obedezcamos solo a la Mente. El estudio de la Lección-Sermón que aparece en el Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana, es especialmente valioso porque nos ayuda a escuchar la voz de Dios en todo momento. Las vislumbres espirituales que obtenemos de dicho estudio nos guiarán y nos prepararán para dejar que el efecto sanador del Cristo resplandezca sobre los acontecimientos del día.

Las responsabilidades y estilos de vida de la sociedad de consumo moderna seducen a mucha gente a usar alcohol, nicotina, píldoras para dormir y otras drogas que presumiblemente los ayudan a escapar de la tensión. Quienes no resisten esas tentaciones están "dormidos" en la noción de que dichas sustancias los ayudarán a obtener alivio temporario, descanso y renovada energía.

Aunque los efectos negativos de este estilo de vida sobre el comportamiento humano todavía no se toman lo suficientemente en serio — como lo demuestran cosas como el pronunciado aumento de la criminalidad y el empobrecimiento de vastos sectores de la población — así y todo están siendo reconocidos cada vez más claramente. Esto también abre la puerta para que opere la Ciencia Cristiana, que rechaza por completo esos medios, porque enseña y demuestra que la paz interior y la curación permanente se alcanzan solo volviendo el pensamiento a la Mente divina y reconociendo la naturaleza espiritual del hombre.

Hoy hasta la desastrosa creencia en el poder del mal en sus muchas formas está empezando a disminuir aquí y allá en el mundo. La humanidad está lentamente comprendiendo que debe oponerse a las organizaciones que basan su poder en el terror y la opresión de la libertad del hombre. Pero se necesita una gran vigilancia para evitar que las variadas formas del egotismo — manifiestas a medida que las naciones y gentes aprenden a vivir en paz — no pongan a la humanidad a dormir otra vez.

Dormir — en el sentido de no ser vigilante — es solo uno de los métodos sutiles de la mente carnal que nos impediría realizar un significativo, quizás hasta un muy importante, esfuerzo. "Ahora estoy muy cansado" o "Primero tengo que acostarme un poco y luego comer algo. ¡Después todo estará mejor!" Tales declaraciones y otras parecidas alejan nuestros pensamientos de Dios y centran la atención en el descanso físico y la nutrición material.

Despertarnos del ajetreo de la actividad humana para entender la vida con Cristo en Dios nos da la verdadera paz que todos anhelamos. También nos libera del temor y las necesidades asociadas con éste. Comprendemos "quien está realmente durmiendo allí" y somos vigilantes.

Experimentaremos en efecto seguridad y armonía perfecta, similar a la que conocieron los discípulos en la barca cuando Jesús se levantó y reprendió a los vientos y al mar. La Biblia nos cuenta, "y se hizo grande bonanza". Mateo 8:26.

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