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El Heraldo de la Ciencia Cristiana habla una nueva lengua

Del número de julio de 1996 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Afines Del Siglo Pasado, la Iglesia de la Ciencia Cristiana en Boston, Estados Unidos, había crecido tanto y la congregación había aumentado a tal punto, que fue necesario construir un nuevo edificio al lado del Edificio Original de La Iglesia Madre. El mismo pasó a ser conocido como la Extensión de La Iglesia Madre. Cuando comenzó la construcción en 1904, Mary Baker Eddy ya había también fundado tres publicaciones periódicas de la Ciencia Cristiana: The Christian Science Journal, el Christian Science Sentinel y Der Herold der Christian Science. Véase The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany, pág. 18–19.

Dentro de la piedra angular del nuevo edificio se colocaron, junto con otras obras, ejemplares de estas revistas. Esas publicaciones iban a ser los instrumentos con los cuales esta Iglesia llegaría a la humanidad, dando las buenas nuevas de que el hombre es, ahora mismo, espiritual y perfecto. Esas revistas presentan también ejemplos específicos de cómo se puede demostrar este hecho, o sea, cómo se puede hacer evidente.

En la Biblia encontramos una historia de cuando se construyó una estructura maciza, llamada la torre de Babel. El relato describe a un Dios lleno de ira, que está descontento con el punto de vista material que prevalecía en esa época. Dice: "Por esto fue llamado el nombre de ella Babel, porque allí confundió Jehová el lenguaje de toda la tierra". Véase Gén. 11:1–9. El cuadro de confusión y separación parece típico de toda discordia humana y de la falta de comprensión entre los hombres.

A pesar de ello, el Dios que es Amor no es el autor de una creación donde impera el caos. Y es propio de la naturaleza del Amor establecer y mantener la armonía. La venida del Cristo, la idea espiritual de Dios a la consciencia humana, introduce la posibilidad de alcanzar la armonía y vencer el caos y la confusión de la existencia mortal.

Esta revista tiene el propósito... de anunciar esta Verdad en diferentes idiomas.

En el Nuevo Testamento hay otro episodio bíblico, que presenta el remedio para la confusión de las lenguas. En el Día de Pentecostés, los discípulos de Jesús "estaban todos unánimes juntos". Véase Hechos 2:1–6. Allí recibieron al Espíritu Santo. Y según la narración "... cada uno les oía hablar en su propia lengua".

Hoy, la revista que la Sra. Eddy tituló Der Herold der Christian Science, o sea, El Heraldo de la Ciencia Cristiana, que ahora se publica en varios idiomas, está rompiendo las barreras de lenguas y culturas, anunciando, proclamando que toda la gente en el mundo entero puede captar la idea espiritual. El Heraldo nos habla de un Dios amoroso y de la relación inseparable que existe entre Dios y el hombre. Hasta cierto punto, el Heraldo lleva el influjo de la experiencia del Día de Pentecostés a pueblos de diferentes culturas.

Esta revista tiene el propósito de dar a conocer el hecho de que la Verdad está al alcance de todos, universalmente. Tiene el propósito de anunciar esta Verdad en diferentes idiomas. La palabra "Heraldo", de acuerdo con un diccionario, quiere decir "una persona que proclama o anuncia noticias importantes".

Durante los primeros años de su expansión, la Ciencia Cristiana se diseminó principalmente en los países de habla inglesa. Mientras tanto, a medida que se conocía internacionalmente, el primer país, fuera del mundo de habla inglesa, donde comenzó a echar sus raíces, fue Alemania. Por consiguiente, la Sra. Eddy sintió la necesidad de llegar a ese pueblo en alemán. En 1903 ella inició el Heraldo en alemán, Der Herold der Christian Science. Algunos años más tarde, fue lanzado el Heraldo en francés, Le Héraut de la Science Chrétienne, y después la revista fue publicada en otros idiomas.

Como vehículo impreso, el Heraldo atraviesa océanos y continentes, llegando a los lugares más remotos del mundo, donde los lectores lo aprecian, leen y releen. El Heraldo anuncia la Verdad a los corazones receptivos del mundo entero. Y proclama la "actividad y disponibilidad universal" Véase Miscellany, pág. 353. de la Verdad, llevando la voz de la Ciencia Cristiana a los países donde no se habla inglés.

El Heraldo contiene una sección de testimonios de curación, que se produjeron como resultado del estudio y de la práctica de la Ciencia Cristiana. Esos relatos acerca del poder sanador de la ley de Dios son de ámbito internacional, y atestiguan el hecho de que muchos pueblos están siendo bendecidos.

Hoy, el Heraldo alcanza un público mayor por medio de sus programas radiofónicos transmitidos por onda corta. Éstos son producidos directamente en las lenguas de las regiones a que son destinados, respondiendo específicamente a sus necesidades. Actualmente, la edición radiofónica del Heraldo se produce en español, alemán, francés, portugués y ruso. Los programas presentan entrevistas sobre asuntos de interés y del momento, y las curaciones son relatadas por personas de esos mismos lugares. Esas curaciones comprueban el poder restaurador de la Ciencia Cristiana.

Mucho antes de que El Heraldo de la Ciencia Cristiana fuera transmitido por onda corta, yo acostumbraba servir de ujier durante los cultos de La Iglesia Madre, en Boston. Al saludar a las personas que entraban, muchas veces pensaba que las ideas expresadas desde el púlpito llegaban mucho más allá de las paredes del edificio propiamente dicho, a muchas más personas que las que asistían a aquellos cultos. Yo me sentía muy consciente de la fuerza y de la universalidad de las enseñanzas de la Sra. Eddy, y de los efectos de largo alcance que tienen las actividades de la Iglesia que ella fundó.

Ahora La Iglesia Madre y La Sociedad Editora de la Ciencia Cristiana son, literalmente, escuchadas en el mundo entero a través de las transmisiones por onda corta de los cultos dominicales de La Iglesia Madre, las Lecciones Bíblicas y las transmisiones de los programas de radio del Christian Science Sentinel y El Heraldo de la Ciencia Cristiana en varios idiomas. El deseo de la Sra. Eddy, de ayudar al mundo, se sigue cumpliendo hoy. En un momento dado, ella escribió: "Desde el interior de África hasta los confines de la tierra, los enfermos y los que sienten nostalgia por el cielo, o los corazones hambrientos, están pidiéndome ayuda, y yo los estoy ayudando".Ibid., pág. 147.

El Heraldo introduce una nueva manera de pensar, presenta la realidad espiritual del reino de Dios. Hace que el lector conozca la armonía de la creación de Dios. Muestra cómo encontrar consuelo y curación por medio del Cristo, la Verdad, de la manera como Jesús enseñó.

Con frecuencia el Heraldo hace que las personas descubran la importancia de leer el libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, escrito por la Sra. Eddy, también traducido a varios idiomas. La espiritualización del pensamiento humano, que se produce con la lectura de ese libro de texto, proporciona un punto de vista más elevado que ofrece soluciones para los problemas humanos, y tiene como consecuencia regeneración y curación. El Heraldo constituye una forma de educación espiritual porque ayuda a desarrollar el sentido espiritual.

La Sra. Eddy dice en Ciencia y Salud: "El sentido espiritual es una capacidad consciente y constante de comprender a Dios. Demuestra la superioridad de la fe mostrada mediante obras sobre la fe expresada en palabras. Sus ideas se expresan sólo en 'nuevas lenguas'; y éstas se interpretan por medio de la traducción del original espiritual al lenguaje que el pensamiento humano pueda comprender".Ciencia y Salud, pág. 209.

Podríamos decir que el Heraldo habla esa nueva lengua. Esta revista es una gran amiga de la humanidad, trayendo las buenas nuevas de la curación espiritual y de la paz a todos los que abren las puertas del pensamiento y dan la bienvenida a este mensaje. La voz del Heraldo trae armonía, educación espiritual y esclarecimiento a todo hogar donde es recibido.



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