"¿Ha Caído El Hombre de su estado de perfección? Bueno, ¿ha caído o no...?" Me hicieron estas preguntas recientemente cuando estaba enfermo. Es la misma pregunta que aparece en Escritos Misceláneos por la Sra. Eddy (pág. 78).
Yo había gozado de buena salud por muchos años, pero una noche me desperté repentinamente como paralizado y con dificultades para darme vuelta en la cama. La mañana siguiente continué con mi rutina diaria, pero realmente no me sentía totalmente bien.
Al comenzar a darme un tratamiento por medio de la oración, lo cual hago normalmente con éxito, reconocí que como hijo amado de Dios tengo una rica herencia de armonía, que incluye la buena salud. Yo sabía que el padre divino, Dios, no trae a sus hijos nada que sea inoportuno. Él mantiene la verdadera identidad del hombre, Su reflejo espiritual. De hecho, como estudiante de la Ciencia Cristiana yo había sido testigo de numerosas curaciones que se efectuaron por medio de la oración y de una confianza radical en Dios.
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