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La misión de La Iglesia Madre

Del número de julio de 1996 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


¡El 12 De Abril De 1879 fue un día muy importante! Ese día una iglesia fue organizada para convertirse en una fuerza vital en el desarrollo religioso de los siglos XIX y XX. Ese día, Mary Baker Eddy, la Fundadora de la Iglesia, propuso exitosamente una resolución en una reunión de la Asociación de Científicos Cristianos: “...Organizar una iglesia destinada a conmemorar la palabra y las obras de nuestro Maestro, la cual habría de restablecer el Cristianismo primitivo y su perdido elemento de curación”. Mary Baker Eddy, Manual de La Iglesia Madre, pág. 17. Como resultado, la Iglesia de Cristo, Científico, fue organizada, y se ha desarrollado continuamente, y crecido en número. Trece años y medio después, bajo la jurisdicción de la Sra. Eddy, fue reorganizada con el nombre de “La Primera Iglesia de Cristo, Científico”, manteniendo la misma misión descrita cuando fue fundada en 1879.

Esa declaración sigue siendo siendo la misión de La Primera Iglesia de Cristo, Científico. De modo que es adecuado que The Christian Science Journal, fundado por la Sra. Eddy como el primer órgano oficial de la nueva Iglesia, haya dedicado el número de marzo de 1996 a la dirección que está llevando la Iglesia hoy, y examine algunos aspectos de la importancia actual que tiene la misión.

“...Organizar una iglesia destinada...”

Algo que es “destinado” es planeado mentalmente, concebido como un todo, tiene un sentido de estructura. La resolución votada en esa reunión en 1879 también afirmaba que la iglesia debería ser organizada, sistematizada, puesta en orden. En la novela inglesa contemporánea de Joanna Trollopes El Coro, la estructura organizada que el deán deseaba preservar era la estructura física de la catedral, y éste es a menudo el caso en los conceptos tal vez más tradicionales de iglesia. Sin embargo, el sentido inherente de estructura a estas primeras palabras de la misión que la Sra. Eddy estableció para su Iglesia, no es de este tipo. Su naturaleza se aclara considerablemente en la interpretación metafísica de Iglesia que la Sra. Eddy da en Ciencia y Salud, el libro de texto de la Ciencia Cristiana. La primera parte de la interpretación dice: “Iglesia. La estructura de la Verdad y el Amor; todo lo que descansa en el Principio divino y procede de él”. Ciencia y Salud, pág. 583. En ese mismo libro de texto, la Sra. Eddy clasifica la Verdad, el Amor y el Principio como sinónimos de Dios. Por lo tanto, es claro qué tipo de estructura ella imaginaba que sería la Iglesia: una estructura de Dios, de la Verdad, el Amor, el Principio, una estructura espiritual, no material. Aun más, la Sra. Eddy no sólo define a la Iglesia con un sentido de estabilidad y permanencia (“todo lo que descansa en el Principio divino”), ella también indica que incluye acción (“todo lo que... procede de él”). Del mismo modo que uno no puede organizar algo sin estar activo, así la estructuración no es una actividad pasiva. Un diccionario define estructuración como la acción de construir. Un sentido correcto de acción — la acción de la Verdad, el Amor y el Principio — es parte integral de la Iglesia.

Se puede ver que este sentido de estructura espiritual hace eco de la visión que tuvieron los primeros cristianos, como lo explicó Pablo en su segunda epístola a los corintios: “Sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos”. 2 Cor. 5:1. Para esos primeros cristianos en sus lugares dispersos de Corinto, Filipos, Éfeso, Galacia, Colosas, Tesalónica, el entendimiento de que la estructura de sus vidas era realmente espiritual —“de Dios”— debe de haber sido un consuelo tremendo, alentando un gran sentido de confianza total en Dios y su poder siempre presente y omnipotente.

Una clara indicación del concepto no material de edificio que tenían los primeros cristianos, es la palabra griega oikodome, la cual es traducida en el versículo citado de 2 Corintios y en muchos lugares del texto original, por medio de la palabra castellana edificio. Probablemente la traducción más aproximada en español sea “edificio”, pero oikodome es una clase diferente de edificio que el que normalmente se asocia con madera, ladrillo o piedra. Oikodome realmente significa, no un edificio físico, sino edificación, edificante, fortalecimiento, o como uno de los comentaristas de la Biblia lo ha explicado: “El acto de alguien que promueve el desarrollo de otro en sabiduría, piedad, santidad, felicidad cristiana”. Joseph Henry Thayer, A Greek-English Lexicon of the New Testament, (New York: Charles Scribners Sons, 1958), pág. 440. !Qué sentido tan maravilloso de edificio no material! ¡Y qué sentido magnífico de misión para cualquier iglesia “organizada” y “diseñada” con un propósito!

Una pregunta que tal vez los recién llegados a la Iglesia Cristiana primitiva se hacían así mismos acerca de este “edificio de Dios”, este sentido de estructura totalmente espiritual, era: “¿Dónde se ubica? ¿Dónde puedo encontrarla?” Durante la Edad Media, las iglesias eran diseñadas con agujas altas, construidas sobre lomas y ubicadas en lugares prominentes de modo que pudieran ser localizadas con facilidad. Pero, ¿qué decir de una estructura espiritual, dónde puede uno encontrarla? Al escribir a la Iglesia primitiva de Colosas, Pablo responde a esta pregunta, como se traduce en The Amplified Bible: “Por lo tanto como ustedes han recibido al Cristo, a Jesús el Señor, así anden, vivan con arreglo y compórtense en unión y conforme con Él. Tengan las raíces de su ser plantadas firme y profundamente en Él — fijas y fundadas en Él — siendo construidas continuamente en Él, volviéndose cada vez más confirmados y establecidos en la fe, del mismo modo en que fueron enseñados, y abundando y rebosando en la fe con gratitud". Col. 2:6, 7.

"Edificado en Él", en "el Cristo". En el libro de texto de la Ciencia Cristiana, la Sra. Eddy explica que el Cristo es: "La divina manifestación de Dios, la cual viene a la carne para destruir al error encarnado". Ciencia y Salud, pág. 583. Podríamos decir que es en esta "divina manifestación de Dios" que se organiza, diseña, ubica y encuentra el sentido totalmente espiritual de la estructura de la Iglesia. El Cristo es el fundamento de la verdadera Iglesia. Tal vez ésta sea una de las razones por la cual la Iglesia que fue fundada como resultado de la aprobación de esa resolución de 1879, fue llamada la "Iglesia de Cristo, Científico". ¿Pero porqué Científico?

"... a conmemorar la palabra y las obras de nuestro Maestro"

En cualquier estructura, la organización y el diseño son importantes, pero deben estar subordinados a la misión y al propósito del diseño, de otra manera el objetivo no se puede alcanzar. En un automóvil diseñado para superar el récord de velocidad terrestre, no se diseñaría nada que pudiera afectar su propósito. Todo en ese diseño — las ruedas, el motor, las ventanillas, la forma de la carrocería — tiene el propósito de contribuir a que ese auto rompa el récord de velocidad terrestre. ¡Sería tonto y contraproducente diseñar cualquier otra cosa en ese auto! En el caso de la resolución aprobada en la reunión de 1879, la iglesia fue diseñada para "conmemorar la palabra y las obras de nuestro Maestro..." No hay nada diseñado o construido en esa iglesia que pueda alguna vez impedir que se cumpla ese propósito.

Cuando conmemoramos algo, ¡hacemos más que simplemente recordarlo! Recordar algo no necesariamente va acompañado de alguna acción. Frecuentemente es sólo un proceso mental. La conmemoración, sin embargo, implica acción, un discurso, algo escrito, un suceso o celebración. La iglesia que fue iniciada en 1879 era — y aún es — una iglesia vital y activa que preserva algo al celebrarlo, al realizarlo públicamente. Y lo que esta iglesia preserva activamente es la palabra y las obras de nuestro Maestro, Cristo Jesús.

El compromiso de la Iglesia de Mary Baker Eddy de conmemorar las "obras" de nuestro Maestro nos recuerda esta promesa que Jesús hizo a sus discípulos: "El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre". Juan 14:12. Al explicar en Ciencia y Salud el significado de esta última frase, la Sra. Eddy escribe: " '...porque yo voy al Padre' —[porque el Ego está ausente del cuerpo y presente con la Verdad y el Amor]". Ciencia y Salud, pág. 14. Todo sentido de un ego que está presente con el cuerpo y ausente de la Verdad y el Amor, nunca puede llevar a cabo las obras sanadoras de nuestro Maestro. "El que en mí cree" — quien pone firmemente su confianza en el Cristo, en la espiritualidad que la vida de Jesús demostró tan claramente — conmemorará las obras de nuestro Maestro, realizará las obras de curación que él hizo.

Cabe destacar aquí que la Iglesia de la Sra. Eddy fue diseñada para conmemorar, no las palabras (plural) de nuestro Maestro, sino su palabra (singular). ¡La palabra, la verdad de Dios, obviamente necesita preceder a las obras! En un estilo similar, Jesús, en el libro de Juan, capítulo 8, pone una condición antes de que sus seguidores cumplan su muy conocida promesa: "Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres". Juan 8: 32. Aquí, Jesús está seguramente prometiendo a sus seguidores la misma libertad que sus propias obras sanadoras otorgaban a los leprosos, los ciegos, los mudos, los enfermos y los pecadores. Tal vez pueda decirse que como Jesús mismo "conoció" la verdad de Dios — como él la percibió, la entendió, estaba seguro de ella, la sintió— la libertad llegó a todos aquellos a quienes sanó. ¡Y este mismo medio de curación es lo que él promete aquí a sus seguidores! La condición previa que Jesús pone a este logro de curación es: "Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos". Juan 8:31.

El propósito de esta Iglesia era entonces y es ahora conmemorar... las obras de nuestro Maestro.

En su libro New Testament Words, William Barclay escribe lo siguiente acerca de la Palabra: "En el pensamiento judío una palabra era más que un sonido expresando un significado, una palabra realmente hacía cosas. La palabra de Dios no es simplemente un sonido; es una causa eficaz. En el relato de la creación, la palabra de Dios crea. 'Dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz'. Gén. 1:3. 'Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos,... Porque él dijo, y fue hecho'. Salmo 33:6, 9. 'Envió su palabra, y los sanó'. Salmo 107:20. La palabra de Dios hará lo que Dios quiere. Isa. 55:11. Siempre tenemos que recordar que en el pensamiento judío la palabra de Dios no solamente decía cosas; hacía cosas".New Testament Words, (Londres: SCM Press, Ltd., 1964), pág. 185.

Para esta nueva Iglesia fundada por la Sra. Eddy en 1879, había entonces y hay ahora una relación indisoluble entre la palabra y las obras, y el propósito de esta Iglesia era entonces y es ahora conmemorar, llevar a cabo en la práctica pública, las obras de nuestro Maestro, que fluyen inevitablemente de su palabra.

"...la cual habría de restablecer el cristianismo primitivo y su perdido elemento de curación"

Por medio de su estudio del Nuevo Testamento y lo que eso le dijo acerca de la temprana Iglesia Cristiana, la Sra. Eddy seguramente se dio cuenta de que el cristianismo primitivo se caracterizaba por muchos rasgos que se habían perdido, y que su restablecimiento beneficiaría a las iglesias de su tiempo, y también del nuestro. Primera entre estas características estaba el elemento de la curación cristiana, cuyas leyes ella había descubierto después de su propia curación de los efectos de un accidente del cual no se esperaba que se recuperara.

La historia del cristianismo primitivo, como se registra en el Nuevo Testamento, indica que la curación era un resultado natural de este cristianismo, del cual era inseparable. La curación era la actividad natural de ser un cristiano. Tal vez una de las razones para esto era el punto de vista que tenía el cristiano primitivo acerca de dónde estaba su ser, dónde vivía realmente. Por ejemplo, en el famoso discurso de Pablo en el Areópago en Atenas, él se refiere a Dios cuando hace esa declaración radical de ubicación: "En él vivimos, y nos movemos, y somos". Hechos 17:28.

La Descubridora de la Ciencia Cristiana probó la validez y sustancialidad de esta ubicación de la existencia cuando ella tuvo esa primera curación de los efectos de un accidente. Al escribir en Ciencia y Salud acerca de cómo se llevó a cabo esta curación, ella dice: "Cuando evidentemente me encontraba cerca de los confines de la existencia mortal, estando ya en la sombra del valle de muerte, aprendí estas verdades en la Ciencia divina: que todo ser verdadero está en Dios, la Mente divina, y que la Vida, la Verdad y el Amor son todopoderosos y están siempre presentes..."Ciencia y Salud, pág. 108.

En los términos de Pablo, ¿no aprendió tal vez la Sra. Eddy que ella vivía, se movía y tenía su ser en Dios? Pero esta curación le enseñó otra lección del cristianismo primitivo. Tal como el cristiano primitivo, Pablo, escribió a los Romanos: "Los que viven según la carne no pueden agradar a Dios", Rom. 8:8. así la Sra. Eddy continúa su descripción acerca de lo que ella aprendió en ese tiempo: "... que lo opuesto de la Verdad — a lo cual se llama error, pecado, enfermedad, dolencia, muerte — es el falso testimonio del falso sentido material de que la mente está en la materia; que ese falso sentido desarrolla, en creencia, un estado subjetivo de la mente mortal al cual esa misma llamada mente denomina materia, excluyendo así el verdadero concepto del Espíritu". Tal vez pueda decirse que para la Sra. Eddy la afirmación que hacía el cristiano primitivo de que el ser estaba "en él [Dios]", y la negación de que el hombre pudiera estar "en la carne", fueron la base para el restablecimiento del perdido elemento de curación del cristianismo en su Iglesia.

En el Nuevo Testamento, de los Hechos en adelante, otra frase, "en Cristo", que describe dónde se encontraba el cristiano primitivo, aparece más de ochenta y cinco veces. Y casi siempre está esa pequeña palabra "en", en los textos originales, la preposición griega "en". El uso de esta preposición en relación con Cristo indica una permanencia dentro de Cristo con reposo y continuidad, siendo el Cristo, la Verdad, el lugar único, el espacio único, la única esfera de acción del cristiano primitivo. Este sentido de estar "en Cristo" bien pudiera haber surgido inicialmente cuando dos hombres, que habían sido discípulos de Juan el Bautista, encontraron a Jesús por primera vez y le preguntaron: "Rabí..., ¿dónde moras?" El relato bíblico continúa: "Les dijo: Venid y ved. Fueron, y vieron donde moraba, y se quedaron con él aquel día". Juan 1:38, 39. El efecto inmediato que tuvo en uno de esos hombres, Andrés, al ver donde moraba Jesús y quedarse con él ahí, fue buscar y decirle a su hermano simón Pedro: "Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el Cristo)". Juan 1:41.

En numerosas ocasiones en sus escritos, la Sra. Eddy se refiere a una ubicación "en la Ciencia", un término que, como ella escribe en el libro de texto "... se refiere únicamente a las leyes de Dios y a Su gobierno del universo, incluso el hombre".Ciencia y Salud, pág. 128. La vida de un cristiano primitivo "en Cristo" hoy es aquella que está demostrando la verdadera identidad del hombre como la manifestación divina de Dios; una vida situada "en la Ciencia" hoy es aquella que está demostrando que el hombre está incluido en las leyes de Dios. Por lo tanto, la "Iglesia de Cristo, Científico", restablece el entendimiento que tenía el cristiano primitivo de que el ser estaba "en Cristo", y al mismo tiempo restablece el perdido elemento de curación por medio de las leyes de Dios "en la Ciencia". La curación cristiana demuestra que la manifestación de Dios está estructurada en la ley y habilitada por la ley. El título "Iglesia de Cristo, Científico", dice a la humanidad que "la divina manifestación de Dios, ... [que viene] a la carne para destruir al error encarnado" expresa una ley inquebrantable de Dios, presente aquí y ahora para sanar.

La "Iglesia de Cristo, Científico", restablece el entendimiento que tenía el cristiano primitivo de que el ser estaba "en Cristo".

Si usted tuviera dicha ley de Dios, ¿acaso no sería tal vez una tentación guardársela sólo para usted, apreciarla, ponerla en un estante para usarla cuando usted la necesitara? ¡Los cristianos primitivos ciertamente tenían esa opción! Se les presentaba en la forma de palabras alternativas que podían usar para describir la actividad de su iglesia. La primera provenía del hebreo, una palabra traducida como sunagoge, la cual se refiere a reunir una sociedad u organización ya existente, excluyendo a todos los demás; era la palabra asociada permanentemente con la adoración judía. Es interesante notar que los primeros cristianos muy pronto descartaron esta palabra para aplicarla a sus actividades. En su lugar, eligieron la palabra griega ekklesia, la cual tiene el significado mucho más amplio de llamar e invitar a toda la gente, incluso a "forasteros" de todas partes, a reunirse. La inclusión del nombre del pueblo o ciudad como parte integrante del título de cada filial de la Iglesia de Cristo, Científico, se puede decir que es un eco de esta visión de iglesia, ekklesia. ¡En el Manual de La Iglesia Madre, de hecho no hay tal cosa como la Iglesia de los Científicos Cristianos, que sería el sentido de Iglesia "sunagoge"! Por otra parte, el título "Primera Iglesia de Cristo, Científico, Madrid", por ejemplo, podría considerarse como una declaración de que la misión de esta iglesia es ser testigo de la presencia del Cristo, Científico, que ya está ahí en Madrid; el Cristo manifestando las leyes de Dios ahí mismo en la consciencia humana; y esta iglesia llama e invita a la gente de todas partes a unirse a este punto de vista. ¿No sería tal vez ésta la actividad en la cual los cristianos primitivos estaban ocupados, orando y sanando en su comunidad, como se describe en Hechos: "Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo"? Hechos 5:42.

Tal vez únicamente la Descubridora y Fundadora de la Ciencia Cristiana, la Sra. Eddy, previó cuáles serían los efectos finales de la resolución aprobada el 12 de abril de 1879. Quienes aprobaron esa resolución eran "un pequeño grupo de sinceros buscadores de la Verdad," quienes formaron "una iglesia sin credos, que habría de llamarse 'Church of Christ, Scientist' [Iglesia de Cristo, Científico]".Manual, pág. 17. Hoy, en muchas partes del mundo, se conmemora la palabra y las obras de nuestro Maestro, y el cristianismo primitivo y su perdido elemento de curación son restablecidos. ¡Cuán agradecido puede estar el mundo por la visión y la misión que la Sra. Eddy estableció para su Iglesia!

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