A Través De los años he tenido muchas oportunidades de estar agradecida por la Ciencia Cristiana, y ahora es el momento de dar gracias por una curación que llevó algún tiempo en manifestarse. No sé cual fue el diagnóstico médico del problema, pero algunas veces me sentía extremadamente débil. Esto ya no me sucede, y siento mucha alegría de verme libre de esas limitaciones.
Esta curación no se produjo por un gran destello de entendimiento, sino a través de la oración persistente, del estudio diario de la Biblia y Ciencia y Salud, juntamente con la lectura de The Christian Science Journal y el Sentinel, y paralelamente al haber tomado instrucción en clase. De esta oración y estudio aprendí que puesto que Dios es absoluto, perfecto, el hombre a Su imagen, es completo e íntegro, que la enfermedad es una creencia errónea, y que jamás podemos caer de nuestro estado de pureza y bienestar, que la Mente divina controla y gobierna al hombre armoniosamente, y que mantener el concepto correcto del hombre produce la curación.
Como resultado de una constante y creciente comprensión de la perfección de Dios y del hombre, lo que había sido un problema para mí durante muchos años, ha desaparecido. Hace tiempo que se produjo esta curación, aunque no sé exactamente cuando aconteció. Lo que si sé, es que siento profunda gratitud a Dios y a Su Cristo, porque no queda vestigio alguno de este problema.
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