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A Través De los años he...

Del número de octubre de 1997 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


A Través De los años he tenido muchas oportunidades de estar agradecida por la Ciencia Cristiana, y ahora es el momento de dar gracias por una curación que llevó algún tiempo en manifestarse. No sé cual fue el diagnóstico médico del problema, pero algunas veces me sentía extremadamente débil. Esto ya no me sucede, y siento mucha alegría de verme libre de esas limitaciones.

Esta curación no se produjo por un gran destello de entendimiento, sino a través de la oración persistente, del estudio diario de la Biblia y Ciencia y Salud, juntamente con la lectura de The Christian Science Journal y el Sentinel, y paralelamente al haber tomado instrucción en clase. De esta oración y estudio aprendí que puesto que Dios es absoluto, perfecto, el hombre a Su imagen, es completo e íntegro, que la enfermedad es una creencia errónea, y que jamás podemos caer de nuestro estado de pureza y bienestar, que la Mente divina controla y gobierna al hombre armoniosamente, y que mantener el concepto correcto del hombre produce la curación.

Como resultado de una constante y creciente comprensión de la perfección de Dios y del hombre, lo que había sido un problema para mí durante muchos años, ha desaparecido. Hace tiempo que se produjo esta curación, aunque no sé exactamente cuando aconteció. Lo que si sé, es que siento profunda gratitud a Dios y a Su Cristo, porque no queda vestigio alguno de este problema.

Otra curación por la cual estoy agradecida sucedió recientemente. Estuve dos días en cama enferma con gripe. Durante ese tiempo me aferré a la idea de que como era la hija perfecta de Dios, mi identidad era inmortal, recta, pura, y que en ningún momento podía ser un mortal enfermo. Al tercer día me levanté completamente sana. No hubo necesidad de recuperación.

También estoy agradecida por saber que la Mente divina está siempre presente y gobierna todo, hasta los negocios. Hace unos años, mi esposo y yo, quisimos vender la parte principal de nuestro negocio, en una época en que la economía del país estaba en mala situación. Oré para saber, que como los negocios son una actividad de la Mente, seríamos guiados a hacer lo correcto. Estábamos ocupados en los negocios del Padre, expresando todo lo que era correcto y bueno. El azar no tenía lugar en la economía divina.

De pronto, nos pagaron el dinero que nos adeudaban.

Una noche, un cliente de muchos años, con quien teníamos una buena y sincera amistad, inesperadamente nos llamó ofreciéndonos comprar el negocio, si es que pensábamos venderlo. En pocas semanas la venta se cerró armoniosamente.

En otra ocasión, habíamos estado esperando muchos meses recibir un dinero que nos debían. Oré, sabiendo que los hijos de Dios no pueden carecer de lo necesario. Sabía que teníamos una abundancia de ideas correctas para satisfacer todas nuestras necesidades. Reconocí que así como no pueden existir limitaciones en el reino de Dios, tampoco podían existir para nosotros. Debemos expresar el bien ilimitado. De pronto, nos pagaron el dinero que nos adeudaban, y recibimos un anticipo para cubrir los pedidos futuros.

Nunca dejaré de dar gracias a Dios por Sus infinitas bendiciones y a la Sra. Eddy por escribir Ciencia y Salud. Es maravilloso recoger la cosecha de curaciones que se obtienen al reconocer que la Mente divina es la única que sana en toda circunstancia.


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