Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

Estoy Profundamente...

Del número de marzo de 1997 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Estoy Profundamente agradecida porque desde muy niña me enseñaron el poder sanador que tiene Dios, y por haber tenido la oportunidad de asistir a la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana.

Fue de inmenso consuelo ver la cara de mi madre; nunca mostró ningún tipo de temor.

Cuando tenía ocho años, tuve una experiencia que me demostró con mucha claridad el poder sanador de Dios. Mis hermanas y yo éramos muy traviesas. Nos gustaba dar volteretas en las camas y luego caíamos en el suelo duro. Una mañana en particular cuando se suponía que debía estar lista para ir al colegio, di mi último salto antes de salir. Lo hice muy apurada y mi mamá no alcanzó a ayudarme; me tambaleé en la cama, perdí el equilibrio y caí con fuerza sobre la nuca en el piso. Oí un ruido como que se quebraba algo y grité de dolor. Luego nos enteramos de que me había quebrado la nuca y no me podía mover.

Iniciar sesión para ver esta página

Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / marzo de 1997

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.