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El enfermero de la Christian Science y el cuidado que Dios brinda al hombre

Del número de abril de 1998 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


El Trabajo Del Enfermero de la Christian Science es compatible con el método espiritual de curación tal como es comprendido en la Ciencia del Cristo. El Científico Cristiano cuida a otras personas basándose en la realidad espiritual. Este cuidado requiere que el enfermero considere su trabajo partiendo del hecho de que Dios satisface todas las necesidades humanas.

La Christian Science enseña que Dios, el bien, es Espíritu, el único poder; y que el hombre real, la verdadera identidad de cada uno de nosotros, no es material sino totalmente espiritual, hecho a la imagen y semejanza de Dios. Cada demostración de cuidado genuino que experimentamos es, hasta cierto punto, la evidencia del cuidado de Dios hacia nosotros. Él nos mantiene permanentemente como Su imagen y semejanza, y este hecho se hace más y más evidente a medida que aceptamos la verdad de Su totalidad y de nuestra unidad con Él. El cuidado de Dios se manifiesta en nuestra experiencia de incontables maneras —como una curación física mediante la oración, el amor que se expresa a través de un amigo, las oportunidades para desarrollar nuestros verdaderos talentos, alguna idea respecto a cómo tomar una decisión correcta— y este cuidado siempre fomenta nuestro verdadero propósito, que es expresarlo a Él.

El ejemplo de Cristo Jesús

La comprensión que tenía Jesús de la relación del hombre con Dios lo capacitó para ayudar a otros a sentir el cuidado de Dios. Jesús sanó los más variados problemas físicos y mentales, liberando a innumerables individuos de la enfermedad, la incapacidad y el pecado. También ayudó a satisfacer otras necesidades humanas, como cuando alimentó a la multitud, o cuando, en la cruz, dejó a su madre bajo el cuidado de uno de sus discípulos.

El libro de Juan relata que Jesús dijo: “No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre.” Juan 5:30. Los Científicos Cristianos se esfuerzan por seguir el ejemplo de Jesús, quien tenía una confianza absoluta en Dios. Ellos están aprendiendo a recurrir a Dios para satisfacer todas sus necesidades. Del mismo modo, el enfermero de la Christian Science se esfuerza por comprender y confiar en que es Dios quien provee de todo al hombre, y aplica esta comprensión al trabajo de los enfermeros. Esto capacita al enfermero para ver progresivamente su trabajo como la revelación del cuidado de Dios, en lugar de verlo como una actividad basada en conocimientos materiales.

Mary Baker Eddy escribe: “La enfermera ha de ser alegre, ordenada, puntual, paciente, llena de fe —sensible a la Verdad y al Amor”.Ciencia y Salud, pág. 395. Las cualidades de pensamiento necesarias para brindar un cuidado humano adecuado, son cualidades que expresan que lo divino abarca la experiencia humana. La manifestación del Cristo en el trabajo del enfermero trae un mensaje de seguridad espiritual, al recordarle al paciente la bondad y el amor de Dios. El cuidado que brinda el enfermero no trae curación por sí mismo, pero contribuye a que se efectúe la curación en la medida en que demuestra estas cualidades que favorecen la aceptación de la verdadera identidad del hombre como hijo de Dios.

La receptividad del enfermero a la Verdad y el Amor crece en obediencia al Noveno Mandamiento: “No hablarás contra tu prójimo falso testimonio”. Éx. 20:16. Ser receptivo capacita al enfermero para trabajar en oración para poder ser testigo, en su pensamiento y en su vida, de la unidad espiritual del hombre con Dios. Esto promueve el desarrollo del bien espiritual, que trae curación. Cuando el enfermero ora por sí mismo debería incluir la afirmación de las realidades espirituales específicas a la situación que enfrenta. Por ejemplo, si está preparando la comida para un paciente, el enfermero podría reconocer en oración que el verdadero nutrimento es espiritual; o si está ayudando a alguien a usar algún elemento para movilizarse, el enfermero podría mantener en su pensamiento el concepto verdadero respecto a la perfecta salud del hombre ya establecida, que incluye fortaleza y actividad.

Los enfermeros de la Christian Science deben demostrar en su trabajo la capacidad para discernir y responder a la guía de Dios. El enfermero ora para seguir la dirección divina, para poder saber qué clase de cuidado es el mejor para satisfacer las necesidades de los pacientes, mientras éstos confían en Dios para la curación. Este cuidado no debería limitar innecesariamente la independencia de los pacientes ni motivarlos a ir más allá de lo que estén preparados en ese momento.

Es necesario que el enfermero tenga en cuenta las preocupaciones y los deseos del paciente, y que no trate de imponer su punto de vista personal respecto al cuidado apropiado para el paciente. Además, el paciente no debe pensar que el enfermero es un agente personal que proporciona un cuidado, separado de la provisión de Dios. El estudiante de Christian Science se ha embarcado en un viaje de descubrimiento espiritual, aprendiendo que la verdadera identidad es espiritual, y que sólo Dios provee todo lo necesario. Cada uno de nosotros tiene una relación directa con Dios, quien es la única fuente verdadera de la salud. Cada individuo está capacitado para responder al Cristo. Reconocer este hecho ayuda al enfermero y al paciente a asumir sus propias responsabilidades y a trabajar juntos armoniosamente bajo la dirección de Dios.

El trabajo del enfermero: una aventura espiritual.

En ocasiones no se evidencia inmediatamente si un paso hacia una mayor o menor independencia humana es el resultado de escuchar la voluntad de Dios en oración, o el producto de la voluntad humana. Es importante subordinar el sentido personal respecto a cuáles son los pasos específicos que deberían tomarse, y someterse a Dios como la única fuente de inteligencia que lo gobierna todo y que es expresada por todo. Cuando el enfermero ora de este modo, percibe cómo actuar o qué decir en la forma más correcta posible, y le ayuda a fomentar la confianza en la constante guía de Dios, y a ser receptivo a ella.

La revelación de la realidad espiritual es diferente para cada experiencia individual. Asimismo, el desarrollo del cuidado basado en el Espíritu, es singular para cada individuo. Limitar el trabajo del enfermero a un plan predeterminado de cuidados humanos sería como limitar el cuidado que Dios brinda al hombre, e impedir al enfermero ejercer apropiadamente el dominio espiritual —que incluye cualidades como vigilancia, disciplina y habilidad— y que es necesario para cuidar al paciente más eficazmente. Aprender a atender las necesidades humanas de una manera metódica y con gracia, es parte integral del crecimiento espiritual. Cuanto más claramente se comprende y se practica el cuidado que brinda un enfermero bajo la luz de la realidad de que Dios cuida constantemente del hombre, se manifiesta la gracia espiritual en todos los aspectos del trabajo.

El trabajo de los enfermeros de la Christian Science es de hecho parte de una aventura espiritual, en la cual cada individuo da testimonio más completo de la totalidad de Dios. El autor del libro de lsaías expresa la naturaleza del cuidado de Dios en estas palabras: “Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído”. Isa. 65:24. Cuando el cuidado de otras personas está basado en la comprensión de la totalidad de Dios y de la actual y absoluta unidad del hombre con Él, el cuidado deja de estar delineado humanamente y se somete más a Dios. Entonces el enfermero está mejor capacitado para percibir y actuar de acuerdo con el cuidado que Dios ya está proveyendo.

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