¿nos Trae Algún Beneficio perdonar a nuestros semejantes? Después de todo Jesús siempre perdonó, inclusive en sus últimas horas en la cruz, pero eso no pareció protegerlo contra la traición, la burla y la crucifixión. Sin embargo, ese perdón le sirvió a Jesús para preparar el camino de su victoria final sobre el mal y la materia, la ascensión.
¿Qué capacitó a Jesús para perdonar la traición y el odio, para efectuar curaciones en el mismo momento de su arresto en el jardín de Getsemaní, y hasta en su momento de mayor sufrimiento en la cruz? Él comprendía claramente que el perdón está basado en la ley divina, que es una exigencia imperiosa de Dios, el Amor. Él sabía que la obediencia a las leyes de Dios trae paz, armonía y protección. Lo demostró cuando calmó el viento y las olas, y cuando escapó ileso de la violencia de las multitudes. Las armas del mundo —la envidia, el odio y hasta el asesinato— no podían penetrar su armadura de protección divina, su entendimiento de que ningún acto material de odio o envidia podía tocar jamás su verdadero ser, el hombre espiritual creado por Dios a Su imagen.
El perdón cristiano se basa en este entendimiento de la verdadera naturaleza del hombre. Silencia el sentido material de la vida y nos da una vislumbre de nuestra verdadera identidad como hijos del Amor divino, puros y perfectos, intocables por cualquier ataque que el pensamiento mundano, o la mente mortal, lance contra nosotros.
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