vive en Portsmouth, Rhode Island, en los Estados Unidos. Es mediadora en su escuela secundaria; ayuda a resolver los problemas que surgen entre los estudiantes. Hace poco habló con un miembro del Heraldo.
Amanda, ¿qué es un mediador?
Un mediador es un estudiante que interviene cuando dos o más estudiantes tienen un conflicto. Los adultos no siempre pueden resolver estos problemas. Pero los otros estudiantes por lo general pueden entenderlos mejor, porque enfrentan ellos mismos problemas parecidos.
¿Cómo funciona la mediación?
Normalmente, los estudiantes van a ver al consejero y éste los remite a nosotros. Luego vamos juntos a la biblioteca para resolver el conflicto. Tomamos notas sobre cuál es el problema, y conversamos para determinar cómo pueden resolverlo.
¿Es como cuando en una familia un hermano ayuda a otro?
Si. Y queremos aseguramos de que estos chicos no se lastimen entre ellos, ni a otras personas, cuando tienen un enfrentamiento. Si la situación se vuelve demasiado seria se lo decimos a un consejero. Si no, lo mantenemos entre nosotros y los estudiantes.
Entonces hay cierta confidencialidad.
Así es. Tenemos que mantenerlo confidencial, a menos que haya una amenaza de agresión física o suicidio.
¿Podrías describir alguna situación que haya sido difícil de resolver?
En una ocasión dos estudiantes nos pidieron ayuda. Se trataba de un caso en que los padres de un chico lo habían echado de la casa. Se estaba quedando con otro estudiante, que era una buena amiga. Ella comenzó a sospechar que este muchacho robaba cosas. A ella le faltaban el reloj pulsera y cierta cantidad de dinero. Él le dijo: "Te prometo que yo no te saqué nada".
Entonces lo hicimos salir fuera de la sala donde nos estábamos reuniendo con ellos dos, y le preguntamos: "¿Estás seguro de que no tomaste nada?" Y descubrimos que evidentemente había tomado esas cosas. Dijo que lo lamentaba mucho. Después de eso, tuve que mantener mis pensamientos muy claros de que los dos estudiantes eran perfectos ante los ojos de Dios, que eran los hijos de Dios. Tuve que comprender que Él cuidaría de ellos.
¿Qué ocurría entre ellos?
Eran muy agresivos el uno con el otro, se miraban con mucha ira. No obstante, yo traté de mantener muy buenos pensamientos hacia ellos, y era cortés con los dos. Sabía que Dios estaba con ellos. Y con el tiempo la situación se resolvió.
¿Duró el acuerdo?
Sí. Después de un tiempo hablamos con ellos para ver cómo iban las cosas, y son amigos otra vez.
¿Cuál es la causa de los problemas entre los jóvenes, y cómo puede uno ayudar?
Creo que debe existir cierto grado de confianza mutua. Por lo general los problemas surgen cuando se que branta la confianza que había. Entonces uno trata de restablecerla.
¿Cómo lo logras?
Bueno, generalmente, les pedimos que hablen de la amistad que tenían antes del incidente. Casi siempre nos dicen que existía una gran amistad. Les preguntamos: "¿Quieres arruinar esa amistad?" Y por lo general dicen que no.
¿Entonces ustedes los ayudan a volver a los buenos tiempos?
Sí. Nosotros no juzgamos a la gente. Y tampoco les resolvemos los problemas a ellos, sino que los ayudamos a que los resuelvan ellos mismos.
¿Te gusta ser mediadora?
Sí. Y te da mucha tranquilidad saber que se tiene este tipo de ayuda en la escuela; saber que hay otros estudiantes con los que puedes hablar. No tienes necesidad de embotellar los problemas dentro de ti.
Amanda, ¿te gustaría agregar algo para nuestros lectores?
Sí. Deberían comenzar un programa como éste en su escuela, si aún no lo tienen.