Hola, ¿cómo estás?
Pensé mandarte un e-mail. Sé que cuando hemos hablado de Dios no pensabas que existía o que la oración diera resultado. Pero escúchame un poco. Tal vez lo que se necesita es un nuevo concepto de Dios y de la oración. Piénsalo. Dios no es un hombre viejo que está sentado en las nubes, esperando que hagamos algo mal para castigarnos. Dios es alguien que está presente para amarnos y ayudarnos en momentos difíciles, sin importar qué hicimos en el pasado.
El primer capítulo del Génesis en la Biblia tiene una historia muy interesante que ofrece un punto de vista más inspirado. Dice que Dios creó a hombres y mujeres a Su semejanza. Esto debe significar que estamos aquí para reflejar las cualidades que provienen de Dios.
Tú y yo no estamos tratando de hacer que nuestro pasado entre en la creación de Dios, ni tratamos de justificar nuestra experiencia con una ley de Dios. Así que empecemos de nuevo. Hoy es un nuevo día.
Volviendo al primer capítulo del Génesis, es muy claro que Dios nos creó a todos sanos y perfectos. Esto te incluye a ti. Tú eres la semejanza de Dios. Tú eres el hijo de Dios, y Dios te ama mucho más que cualquier madre o padre biológico, o que cualquier amigo. Como Dios está en todas partes en todo el universo, nunca puede apartarse de tu lado, aunque trataras de escaparte.
La última parte del relato del Génesis dice: "Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera". ¿Qué significa que algo es bueno?
Significa que no puede hacer daño ni molestar a nadie. Si algo es bueno y perfecto, no puede tener falla alguna. Y tampoco puede tener ninguna falla en el futuro (de otro modo no sería perfecto desde el comienzo).
Una señora que se llamaba Mary Baker Eddy, escribió un libro titulado Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, que ayuda a mucha gente en todo el mundo, dándole un nuevo punto de vista sobre Dios y nosotros mismos. Un punto de vista que trae paz, consuelo, descanso y curación a nuestra vida.
Entre las palabras claves que Ciencia y Salud usa para describir a Dios, están: Mente, Principio, Espíritu, Alma, Vida, Verdad y Amor. Ahora pensemos en lo que significan estas palabras. Alma podría describir la fuente de creatividad y belleza. Mente —inteligencia y sabiduría; Espíritu —energía, goce, movimiento; Vida —existencia, actividad; Verdad —libertad y paz; Amor —el amor tierno que Dios tiene por cada uno de nosotros.
El amor de Dios no cambia de acuerdo con las pasadas acciones, buenas o malas, de alguien. Dios tiene un amor incondicional por ti, lo que quiere decir que no espera nada a cambio. Y Él tampoco requiere que tengas primero un récord perfecto. Ciencia y Salud también usa la palabra Principio para describir que Dios es la fuente del gobierno o ley divinos. Todas estas cualidades previas están sostenidas en unidad por la ley de Dios. Podríamos decir, sostenidas por la ley del bien de Dios.
¿Recuerdas que dije que reflejamos las cualidades de Dios? Bueno, tú reflejas cada una de esas cualidades. Ésta es la ley de Dios que no se puede quebrantar.
Hace mucho tiempo, un hombre llamado Jesús habló del amor que Dios tiene por cada uno de nosotros. Habló acerca de un pastor que tiene 100 ovejas. Un día una de esas ovejas decide dar una vuelta sola. Después de buscar durante todo un día, la oveja de pronto se da cuenta de que está perdida, sola, y quizás un poco triste y asustada. La oveja puede que haya gritado pidiendo ayuda. El pastor, mientras tanto, ya notó que una de sus ovejas se ha ido a explorar. El pastor no deja a la oveja allí afuera en el desierto para defenderse sola de los zorros y lobos, sino que la busca intensamente. Para el pastor esa oveja es muy valiosa porque, sin esa oveja su rebaño no está completo.
Entonces el pastor no espera a que esa oveja pida ayuda. No la deja abandonada en el desierto para darle una lección. La comienza a buscar él mismo de inmediato. Y la encuentra. Se asegura de que la oveja esté limpia y sin lastimaduras. La trae a su casa sobre sus hombros, feliz en el camino de vuelta al rebaño.
El pastor podría representar el amor que Dios siente por ti. Para mí, esta historia demuestra que Dios no nos ha dado la espalda ni a mí, ni a ti, ni a nadie.
He aquí otro ejemplo de lo que valemos. Imagínate una de las notas individuales que forman una sinfonía. Y suponte que una de las pequeñas notas decide dejar la sinfonía, pensando que no vale nada porque es muy pequeña en comparación con toda la pieza musical. Piensa que nadie va a extrañar su presencia si decide irse. Pero su ausencia de la música provocaría un gran problema, porque la sinfonía no sería completa y todos se darían cuenta de la ausencia de esa nota. El compositor de esa pieza musical específicamente pensó en esa nota y la creó, y sabía que debía estar allí para que la armonía de la sinfonía fuera completa. Tú vales tanto como esa nota. La creación de Dios no está completa sin ti.
No eres una depresión en la creación de Dios, sino una expresión del amor, propósito, salud. Dios, la Mente, no creó una mente separada de Sí Mismo. Él tiernamente ama y guía a cada miembro de su rebaño. No olvida ni deja de lado a nadie. Dios se está comunicando constantemente con cada uno de Sus hijos (es decir tú y yo). No ha dejado, ni nunca va a dejar de amarnos y mostrarnos nuestra verdadera identidad y propósito. Una de nuestras cualidades como hijos de Dios es la habilidad para reconocer la voz de nuestro padre —y seguirla. El mensaje de amor de Dios es claro y directo. Nunca podemos estar confundidos ni nuestro receptor puede estar apagado. Dios es lo suficientemente poderoso como para romper y atravesar cualquier obstáculo.
La depresión no pertenece a nuestra individualidad. Nuestra verdadera identidad no puede dejar de desear lo que es bueno y proviene de Dios. De manera que tu curación es inevitable. Es para la gloria de Dios. Estás rodeado por los brazos del Amor.
Una vez que desaparece la depresión, no nos tenemos que preocupar de que vuelva. Dios está siempe contigo, un apoyo firme y constante. La depresión no es una ola del océano que siempre estamos tratando de vencer. El amor de Dios es como un faro donde puede que las olas rompan, pero el faro sigue de pie y brillando. Y tú nunca puedes perder de vista ese amor y luz.
Bueno, que te vaya bien. Más tarde sigo.
Muchos saludos,