En la escuela conocí a un joven. Éramos amigos, pero él dejó de hablarme y de saludarme. Comencé a orar por esto, comprendiendo que Dios crea a todas Sus ideas para que sean perfectas, y que estas ideas se comprenden las unas a las otras perfectamente. Seguí pensando de este modo. Ahora él me saluda, y yo creo que ése es un gran paso.
Si todos los jóvenes recurrieran a Dios, verían que Él es Vida, y no anda en drogas ni violencia. Dios nos consuela y protege.
Luanda, Angola
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