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Cómo dejé de fumar

Fumé alrededor de siete años

Del número de noviembre de 1999 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Comencé a los quince, cuando estaba en la secundaria. A esa edad fumar es algo muy común, y se hace con mucha inocencia. Se te hace que fumar te da cierta importancia, especialmente cuando te encuentras con otros chicos que fuman. También se piensa que hacer algo prohibido, desobedecer un poco las reglas, es divertido.

Cuando tienes quince años, también te presionan un poco los amigos. Formas parte de cierto grupo y te ofrecen un cigarrillo. Es difícil decir que no. A esa edad, yo no tenia mucha confianza en mí misma. No tenía una norma que seguir. De manera que comencé a fumar porque me ofrecían cigarrillos. Pensaba: "Un cigarrillo de vez en cuando no me va a hacer nada".

Pero más tarde en la escuela secundaria superior pensaba que fumar me ayudaría con el estrés y la fatiga que me causaban los exámenes. Como trabajaba bastante, sentía que el cigarrillo me ayudaba a estar más tiempo despierta, y que me daba la fuerza para trabajar más duro. También, como era joven, creía que el tabaco me ayudaba a mantenerme delgada porque me quitaba el apetito. Y cuanto más fumaba, tanto más cosas positivas le encontraba.

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