Todos queremos que nos acepten como somos, sin condiciones. Así sentimos que nos valoran y que somos importantes. Sentimos que estamos aportando algo a la sociedad. No obstante, a menudo la gente se basa en la forma del cuerpo, el sexo, la religión, o el vecindario para aceptar a los demás.
Pero, ¿es necesario que cambiemos para que nos acepten? A veces, con el pretexto de hacerlo en nombre del "amor", los familiares tratan de moldearnos de acuerdo con su ideal de cómo deberíamos ser. Y nos sentimos presionados a hacerlo. Eso me ocurrió a mí.
Me sentía solo en la escuela. No me identificaba con ninguno de los grupos que había. Mis padres pensaron que algo andaba mal, porque no tenía una vida social como la que ellos habían tenido en la escuela. No les gustaba mi apariencia personal y me exigieron que la cambiara. Eso me molestó mucho y me hizo sentir todavía más solo. Ansiaba que me aceptaran, pero el tratar de ser algo que "yo" no era, me parecía superficial. Buscaba desesperadamente una solución.
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