Me Encantan las películas de acción. Sin embargo, reconozco que en el pasado fueron una mala influencia para mí. Tal vez esto sea porque las películas de acción a menudo dan la impresión de que la violencia es una solución para los problemas; que la respuesta siempre está en golpear y hasta matar a los enemigos. Pero esto no es verdad. Por lo general, la violencia sólo empeora las cosas. Las hace mucho peor.
Un día, un compañero de la universidad se enojó conmigo por una tontería, y me dijo que me rompería la cara. Comencé a imaginarme una pelea espectacular, con patadas, golpes y todo, y al final yo ganaba, por supuesto. Tuve que hacer un verdadero esfuerzo para poder salir de ese mundo imaginario. Sabía en mi corazón que la violencia nunca es la respuesta. Aun si ganaba la pelea, lo más probable era que mi compañero buscara vengarse, y el problema seguiría..
Yo sabía que tenía que mantener la calma y ser afectuoso para encontrar una solución. Leí el artículo "Amad a vuestros enemigos", por Mary Baker Eddy (Escritos Misceláneos, pág. 8), y me esforcé por ver a mi compañero de la manera que Dios, el Amor, lo ve. Lo perdoné mentalmente, y comencé a tener buenos sentimientos hacia él. Dejé de imaginar una pelea entre los dos.
Cuando me encontré con él nuevamente, yo ya estaba mentalmente preparado para no reaccionar negativamente. Pero él me ignoró. Entonces decidí que era mejor no hablarle. Después de unos seis meses, inesperadamente, me habló de una manera amistosa y no mencionó el incidente que habíamos tenido. Después de eso fuimos nuevamente buenos amigos.
A menudo, las películas de acción no sólo muestran falsamente que la violencia es la solución al problema, sino que también sutilmente muestran que la violencia es una manera de demostrar fortaleza. Pero mi experiencia me probó lo opuesto, que la verdadera fortaleza es realmente la fortaleza espiritual. No mediante la violencia, sino mediante la amabilidad, el amor y la sabiduría.
Todavía me gustan algunas películas de acción, pero ahora estoy alerta al enfoque negativo que presentan de la vida. Y oro para reconocer que la influencia que Dios tiene sobre mí y sobre todos —la influencia del amor de Dios— es infinitamente más fuerte que la de cualquier película. Y que los pensamientos llenos de amor y paz que provienen de Dios son mucho más poderosos que cualquier otro pensamiento.
São Paulo, Brasil
