Me Encantan las películas de acción. Sin embargo, reconozco que en el pasado fueron una mala influencia para mí. Tal vez esto sea porque las películas de acción a menudo dan la impresión de que la violencia es una solución para los problemas; que la respuesta siempre está en golpear y hasta matar a los enemigos. Pero esto no es verdad. Por lo general, la violencia sólo empeora las cosas. Las hace mucho peor.
Un día, un compañero de la universidad se enojó conmigo por una tontería, y me dijo que me rompería la cara. Comencé a imaginarme una pelea espectacular, con patadas, golpes y todo, y al final yo ganaba, por supuesto. Tuve que hacer un verdadero esfuerzo para poder salir de ese mundo imaginario. Sabía en mi corazón que la violencia nunca es la respuesta. Aun si ganaba la pelea, lo más probable era que mi compañero buscara vengarse, y el problema seguiría..
Yo sabía que tenía que mantener la calma y ser afectuoso para encontrar una solución. Leí el artículo "Amad a vuestros enemigos", por Mary Baker Eddy (Escritos Misceláneos, pág. 8), y me esforcé por ver a mi compañero de la manera que Dios, el Amor, lo ve. Lo perdoné mentalmente, y comencé a tener buenos sentimientos hacia él. Dejé de imaginar una pelea entre los dos.
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