Cuando Mi Hijo tenía dos años, un día observé que uno de sus párpados estaba inflamado debido a la presencia de lo que parecía ser un orzuelo.
Oré para comprender que mi hijo moraba en Dios.
A través de mi estudio de la Christian Science había aprendido que Dios, como Amor infinito, es el único poder que mueve a toda Su creación y que se manifiesta en nuestra vida espiritualizando nuestros pensamientos. Esto significa que al ir comprendiendo que el Amor divino está siempre con nosotros, que nos protege y siempre responde a nuestras necesidades, nuestra forma de pensar va cambiando. Nuestros pensamientos agresivos, el temor y el odio se desvanecen, mientras que aparecen cualidades como paciencia, benignidad y amor.
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