Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

Curación de semi-invalidez

Del número de febrero de 1999 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Las Curaciones en la Christian Science son permanentes. Hace más de cincuenta años tuve que permanecer en cama gravemente enferma. Después de dos operaciones quirúrgicas, los médicos me dijeron que sería semi-inválida toda mi vida. Durante esta enfermedad comencé a buscar el significado de la vida, tratando de encontrar a Dios, quien daría respuesta a mis preguntas. Mientras estaba hospitalizada en otra ciudad, pregunté a los religiosos que me visitaban, acerca de Dios, pero sus respuestas nunca me resultaron satisfactorias. No podía creer en un Dios que traía dolor y sufrimiento al hombre para castigarlo o para acercarlo a El, o por cualquier otra inconcebible razón, no importara quien lo dijera.

Cuando regresé a casa del hospital, tuve la seguridad de que debía haber un método de curación que me sanaría por completo.

Entonces una amiga de mi madre, a quien no había visto en muchos años, me vino a visitar. Su cara estaba radiante y tan llena de amor que instantáneamente le dije: "Quiero lo que tú tienes". Y ella me contestó: "Christian Science".

Fue maravilloso enterarme de que Dios es todo Amor, que bendice, redime y sana al hombre del pecado, la enfermedad y la muerte. Este sí era un Dios que yo podía conocer, amar y adorar. Ella me dio tres declaraciones de verdad a las que debía aferrarme: "Dios en Amor", "Dios es Vida, mi vida", y "Dios es el único poder". Embebí mi conciencia de estas verdades como una planta sedienta. Mi alimento diario era el estudio de las Lecciones Bíblicas que se encuentran en el Trimestral, y leí con dedicación la literatura de la Christian Science, así como libros sobre la vida de la Sra. Eddy.

Nunca volví a tomar las medicinas que me habían recetado, aunque hubo ocasiones en que tuve que batallar con el temor cuando me aparecían los síntomas físicos. Pero a medida que me aferraba con constancia a la Verdad, los síntomas comenzaron a disminuir y desaparecieron en seis meses. Mi curación completa se produjo cuando estaba visitando a unos amigos en el campo. Una noche tuve los síntomas de un ataque al corazón, que pareció superarme. Mis amigos no eran Científicos Cristianos y supe que habría una enorme confusión si trataba de llamar a un practicista de la Christian Science. Entonces en medio de los pensamientos temerosos, una voz callada dentro de mí me dijo: "Yo estoy mucho más cerca que un practicista". Yo respondí de inmediato: "Sí, Padre, lo sé", me di vuelta en la cama y me dormí. Sané por completo.

Desde entonces he vivido una vida plena, ocupada y activa, sin ningún tipo de limitación física. Con el correr de los años, he sanado de envenamiento por comida, resfrío, torcedura de un tobillo, bursitis en un hombro, dislocación de un disco y hemorragia. Me quebré un hueso de la pierna que sanó únicamente con cirugía mental, y he sido protegida de lastimarme en accidentes de autos. Algunas curaciones fueron rápidas, otras tomaron tiempo, pero cada una de ellas aumentaron mi comprensión de Dios y mi relación con Él.

Cuanto más estudio la Ciencia del Cristo, más profunda es mi gratitud y aprecio por nuestra querida Guía Mary Baker Eddy, por su vida consagrada a dar esta Ciencia a un mundo que anhela espiritualidad.



Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / febrero de 1999

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.