Cuando Me Dieron a conocer la Christian Science, la adopté de inmediato. Sentí como que el Cristo se había manifestado de una manera gentil y tranquila en mi vida, trayéndome paz y confianza. Tuve muchas experiencias de curación e inspiración, pero quiero relatar una que aún hoy mantiene mi confianza en Dios y en las enseñanzas de esta Ciencia.
Recordé que la única adhesión es la Mente divina.
Hace unos años, nuestra hija, que entonces tenía siete años, salió con sus hermanos y algunos amigos a andar en bicicleta. Pocas horas después, nuestro hijo mayor llegó corriendo, diciendo que su hermanita había tenido un accidente y que se había lastimado seriamente una pierna. El chico estaba visiblemente preocupado.
Calmé su temor diciéndole que ella estaba bajo el cuidado de Dios. Agradecí a Dios porque los niños ya tenían una preparación espiritual, que habían recibido en la Escuela Dominical de la Christian Science.
Inmediatamente después, llegó un hombre trayendo en brazos a mi hija. Era médico. Según dijo, las heridas necesitaban algunas puntadas y había una fractura expuesta. Recomendó que se le sacaran rayos X.
Pero nuestra hija inmediatamente dijo que quería tratamiento en la Christian Science. Elevé mi pensamiento a Dios en busca de guía. Entonces fui al teléfono y llamé a una practicista de la Christian Science y le pedí que tratara a la niña mediante la oración. Cuando terminé de hablar con ella, la herida había dejado de sangrar. La cubrimos con una venda.
Mi hija y yo hablamos del cuidado infinito que Dios le estaba brindando. Recordamos que ella es la amada hija de Dios, hecha a Su imagen y semejanza. Repetimos la oración que la Sra. Eddy escribió para los niños pequeños (Escritos Misceláneos, pág. 400). Dice así:
Padre-Madre Dios,
en Tu amor,
guárdame al dormir,
guía mis pies al ir
de Ti en pos.
La niña durmió bien toda la noche, pero al día siguiente algunos familiares expresaron temor, diciendo que deberíamos haberla llevado al hospital. Entonces tuve que orar un poco más y reconocer que Dios es la única Mente, que trae sólo el bien a Sus hijos. Por lo tanto, ningún pensamiento puede impedir la curación.
Recordé que la única adhesión es la Mente divina. Estas palabras de Ciencia y Salud me dieron confianza: "La adhesión, la cohesión y la atraccción son propiedades de la Mente. Pertenecen al Principio divino y sostienen el equilibrio de esa fuerza del pensamiento que lanzó a la tierra en su órbita y dijo a la ola orgullosa: 'Hasta aquí y no más'" (pág. 124).
Otro pensamiento que me ayudó mucho fue la idea de que la verdad espiritual restaura la armonía. Esto me vino al leer el pasaje de Ciencia y Salud que dice: "La Ciencia divina del hombre está tejida en una sola tela unificada, sin costura ni rasgón. La mera especulación o superstición no se apropian parte alguna del divino vestido, mientras que la inspiración restituye el vestido entero de la justicia de Cristo" (pág. 242).
En ese momento tuve la certeza de que la oración había sido eficaz. La niña podía caminar y pocos días después estaba sana. La curación fue completa, permanente y no quedaron cicatrices. Diez días más tarde la niña asistió a una boda, y bailó toda la fiesta.
Estoy muy agradecida a nuestro Padre-Madre Dios, y a nuestra Guía, Mary Baker Eddy, quien nos dio este tesoro de la curación mediante el Cristo. Y estoy especialmente agradecida a los maestros de la Escuela Dominical por las maravillosas verdades que enseñan a los niños.
São Paulo, SP, Brasil
