Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

La Sala de Lectura de la Christian Science: Un lugar de descubrimiento

Del número de febrero de 1999 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


A Mediados de la década de los 1970 visité una Sala de Lectura de la Christian Science y mi vida cambió por completo. Mi hija era pequeña y yo quería comprarle un regalo. Compré unas grabaciones de niños que cantaban y leían pasajes de los escritos de Mary Baker Eddy. Las voces de los niños me inspiraron tanto, que inicié un viaje espiritual para descubrir a la niña que había en mi hija y a la que yo llevaba dentro. Aunque había asistido a una Escuela Dominical de la Christian Science durante mi niñez, nunca había realmente reclamado mi propia espiritualidad hasta ese momento.

Con el correr de los años desde esa experiencia he tenido muchas oportunidades de trabajar en la Sala de Lectura. En este trabajo he conocido gente de todos los niveles sociales, y casi todos buscaban respuestas y soluciones espirituales.

Mary Baker Eddy capacitó a las Salas de Lectura de la Christian Science para vender y exhibir su libro Ciencia y Salud (véase Manual de La Iglesia Madre, pág. 64). A través de los anuncios y exhibiciones de las Salas de Lectura, el público está reconociendo que allí pueden descubrir quiénes son realmente y encontrar respuestas que los ayuden en su búsqueda espiritual.

La Sra. Eddy escribe en su libro No y Sí: "Las dos palabras más grandes en el vocabulario del pensamiento son Cristiano y Ciencia". Las Salas de Lectura de la Christian Science permiten a la gente aprender más acerca de estas dos palabras y cómo aplicarlas en su vida.

Hace unos años tuve una experiencia que me ayudó a demostrar que la Sala de Lectura es un lugar de descubrimiento. Era el día antes de Navidad. La Sala de Lectura daba hacia un centro comercial lleno de autos y gente que iba del almacén a la librería y al salón de belleza.

Pero la Sala de Lectura estaba vacía. Después de una hora, no había venido nadie. Al principio pensé que sería un día muerto, estando tan cerca de Navidad, y continué orando. No obstante, nadie entró. Luego recordé que la Sra. Eddy dice en el capítulo "La oración" en Ciencia y Salud: "La experiencia nos enseña que no siempre recibimos las bendiciones que pedimos en la oración. Hay cierta incomprensión acerca del origen de toda bondad y bienaventuranza, y de los medios para alcanzarlas, pues si así no fuera recibiríamos con seguridad lo que pedimos. Las Escrituras dicen: Pedís y no recibís, porque pedís mal" (pág. 10).

Comprendí que debía de haber estado orando mal, y que de otro modo la gente hubiera entrado a la Sala de Lectura. Oré a Dios con humildad una vez más. Entonces recordé una frase de Escritos Misceláneos: "¿Oh, que sintáis este toque?" Esc. Mis., pág. 306. En ese pasaje la Sra. Eddy se refiere a los ángeles, pero yo pensé en el toque sanador del Cristo. Mi oración entonces se transformó en "Oh, que esta comunidad sienta este toque del Cristo hoy, en la cola del almacén, cuando envuelve los regalos en su casa, en el auto, etc". Mi trabajo no era lograr que el gente entrara a la Sala de Lectura, sino ver que el Cristo, la Verdad, ya estaba presente en la comunidad y que todos podían sentir el toque divino en su vida.

Mi oración se transformó en una que incluía a toda la humanidad en un solo afecto. Mary Baker Eddy escribe en No y Sí: "La oración verdadera no es pedir a Dios que nos dé amor; es aprender a amar y a incluir a todo el género humano en un solo afecto".No y Sí, pág. 39. Me di cuenta de que la sola presencia de la Sala de Lectura en la comunidad ya era una confirmación de que Dios está presente en la comunidad todo el tiempo.

De pronto, la Sala de Lectura se llenó de gente. Se había transformado en un lugar de descubrimiento. Un lugar donde podían descubrir lo que son y siempre han sido. Un lugar de respuestas sanadoras. Al aferrarme a mis oraciones había aprendido que nadie está fuera del cuidado de Dios.

Del mismo modo que la Sala de Lectura me había ayudado a descubrir quién era yo cuando estaba buscando respuestas, las Salas de Lectura de la Christian Science de todo el mundo, hoy responden a las necesidades espirituales de sus comunidades dando a conocer Ciencia y Salud, siendo de ese modo un lugar de descubrimiento para todos.

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / febrero de 1999

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.