Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

El valor de la oración persistente

Del número de agosto de 1999 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


La curación de enfermedades es parte fundamental de las enseñanzas de la Christian Science. Es normal para un estudiante de esta Ciencia recurrir a Dios para buscar y encontrar soluciones a sus problemas físicos y demás problemas de la vida diaria. Esta entrevista que tuvo con , de ciudad de México, salió al aire en el programa radial del Heraldo.

Cuando terminé la preparatoria fui a estudiar a una universidad que está fuera de la ciudad donde yo vivía. Tuve que ir a vivir a una casa de asistencia por un tíempo donde le dan a uno los alimentos y dónde dormir. Fue entonces cuando se me presentó una enfermedad contagiosa que adquirí sin romper ninguna regla moral.

Cuéntanos cómo ocurrió eso. Bueno, resulta que yo en esa casa normalmente me bañaba para ir a la escuela, y ese día no tenía una toalla, no sé qué le había pasado a la mía. Pedí una toalla prestada a la persona que atendía la casa y, efectivamente, me la prestó. Me sequé con esa toalla y me fui para la escuela. Pero ese mismo día un poco más tarde, comencé a sentir cierta picazón en la íngle. Al principio como que no le puse mucha atención, pero al pasar los días esto fue insistente. Comencé a notar la aparición de una situación que a la vista no era normal, una inflamación; el aspecto no era muy agradable. Entonces me di cuenta de que aparentemente había un problema mayor. Y desde ese momento recurrí a Dios y empecé a orar por esa situación.

Para ti, recurrir a Dios no era nada nuevo. ¿No es cierto? Porque lo habías aprendido en la Escuela Dominical, y sabías quién era Dios, ¿no es así?

Sí. De hecho asistí a la Escuela Dominical desde que tenía tres años, hasta que cumplí los veinte. Y pues, el hecho de conocer un poquito de Dios cada día era una cosa normal para mí.

En la Escuela Dominical de la Christian Science habías aprendido que éste es el Dios del que nos habla la Biblia, un Dios que no castiga, que nunca quiere el mal para ti, y tampoco tiene un temperamento malo. Sino que es el Principio divino.

Sí, nosotros aprendemos en la Christian Science que Dios es un ser absoluto, un ser invariable, un ser que es como es y no cambia; y con eso me refiero a que no sucede que a veces está contento, y otras veces enojado. Dios es perfecto y solamente expresa las cualidades de perfección como son, la alegría, el poder, la gloria, el amor hacia Sus hijos. Es la Mente, la Vida y no puede cambiar.

Yes así como oramos. Afirmando que somos los hijos de Dios, ¿no es cierto?

Claro, es reconocer lo que somos para Dios, como Dios nos ve a nosotros. Eso es orar.

Bueno, oraste, y ¿qué empezó a ocurrir?

Yo empecé a orar y desde el principio tuve mucha confianza en Dios, en la realidad de Dios ante cualquier problema. Tuve que luchar contra algunas situaciones que parecían oponerse o eran difíciles de vencer, ya que constantemente sentía un ardor y una picazón; y me esforzaba por vencer el temor de que parecía ser una enfermedad peligrosa, o muy fuerte o que podía tener consecuencias. Ése era un pensamiento que constantemente quería entrar, y que siempre tenía que ponerle un alto. No debía entrar en mi pensamiento porque simplemente no venía de Dios y no tenía por qué aceptarlo. Tuve que luchar con eso durante una o dos semanas, durante las cuales en un principio parecía no ceder, parecía incrementarse. Sin embargo, yo sentía confianza en Dios, y algo que me ayudó mucho fue saber que yo era inocente, que no había hecho nada que pudiera justificar en mi propio pensamiento el haber adquirido algo así. Yo era puro y Dios lo sabía y me protegía. Para mí esto era injusto y como tal no tenía por qué permanecer. Es más, era importante no estar viendo constantemente la evidencia, porque eso era darle poder a la situación. Tenía que ver lo que realmente estaba pasando, mi Principio, mi ser real era lo que tenía que ver. Después de dos semanas, el problema finalmente desapareció. Esta curación se produjo hace unos siete u ocho años, y no se ha vuelto a presentar.

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / agosto de 1999

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.