Mientras Estuve casada tenía una hermosa casa, buenos automóviles y mucho dinero: mi vida era muy cómoda. Además, el trabajo de mi esposo le daba a mi familia prestigio y respeto en la comunidad.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!