El Portero del edificio donde vivo siempre saluda con mucha alegría cuando uno entra o sale del edificio: "Buenos días, Señora. Buenas tardes, Señor". No importa si es de mañana, de tarde o de noche, él realmente quiere desear un buen día.
En los diferentes idiomas y culturas hay una gran variedad de expresiones que se utilizan para saludar. En el Medio Oriente, en épocas bíblicas, y hasta hoy, las salutaciones muchas veces tienen la frase, "La paz sea contigo", o "La paz sea con vosotros". Del mismo modo, muchos saludos en el Antiguo Testamento empiezan con esas palabras. A través de los siglos se volvieron tan comunes, que ahora casi nadie presta atención a lo que esas palabras quieren decir. No obstante, hay algo muy profundo en el acto de desear paz, esa paz que el mundo tanto necesita hoy en día.
En muchos lugares hay conflictos armados entre las naciones, o guerras entre facciones dentro de un mismo país o región. A veces el simple hecho de salir de casa parece peligroso debido al elevado índice de criminalidad, o al terrorismo. Es como si la sociedad estuviera en guerra consigo misma. Sería muy bueno, y también muy valioso, afirmar en oración la idea de "La paz sea contigo", todas las veces que nos encontramos con alguien. Sería mucho mejor que decir simplemente "¡Hola!"
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