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La crianza de los niños

Del número de agosto de 1999 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Las Patas del elefante recién nacido se doblaron porque su peso era mayor de lo normal; y como no podía ponerse de pie para mamar, le iba a ser imposible sobrevivir. Su madre y su hermana mayor trataban de levantarlo con sus trompas y colmillos. También caminaban lentamente delante de él, como para mostrarle que haga lo mismo. Cuando el resto de la familia abandonó el área para ir en busca de alimento y agua, ellas permanecieron con el bebé. Animado por el esfuerzo persistente, él mejoró día tras día, y a los seis días, ya estaba en pie y fuera de peligro.

Este es un ejemplo del cuidado amoroso que brinda la familia, con el que ciertamente muchos nos podemos identificar. La crianza es una labor que da muchas satisfacciones, pero que a menudo presenta muchos retos. Cuando nuestro niño necesita ayuda, ¿es el instinto animal o el ingenio humano lo que realmente lo saca adelante? No es ninguno de ellos, como Ciencia y Salud lo explica: "La noción de que la naturaleza animal pueda dar fuerza al carácter, es demasiado absurda para tomarla en cuenta, al recordar que por ascendencia espiritual nuestro Señor y Maestro sanó enfermos, resucitó muertos y hasta ordenó a los vientos y a las olas que lo obedecieran. La gracia y la Verdad son mucho más potentes que cualquier otro medio y método".Ciencia y Salud, pág. 67.

Encontramos muchos ejemplos maravillosos de todo esto en las curaciones que realizó Jesús. Pero, ¿qué había detrás de sus palabras para que éstas tuvieran tal autoridad? Puede haber sido la comprensión que tenía Jesús de la inmortalidad del hombre, de su naturaleza inmutable como la imagen y semejanza de Dios. Refiriéndose a la semejanza del hombre con Dios, la Sra. Eddy escribe: "Si Dios es justo y eterno, el hombre como Su semejanza es recto en bondad y perpetuo en la Vida, la Verdad y el Amor".Escritos Misceláneos, pág. 79. El identificarnos a nosotros y a los demás de este modo, es decir, como los hijos espirituales de Dios, tiene un efecto salvador.

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