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Defensora de la mujer

Del número de enero de 2000 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


En Este Último Año del siglo se está celebrando el papel fundamental que ha cumplido la mujer en la cultura, los negocios, el arte, los deportes y la política, y se está reconociendo a Mary Baker Eddy cada vez más como una pionera con un mensaje poderoso y duradero que aún hoy es importante.

Mary Baker Eddy se destacó históricamente en muchas áreas tradicionalmente dominadas por el hombre. Sus logros como escritora, editora, sanadora, maestra, oradora, descubridora espiritual y fundadora religiosa, fueron tan notables, que cuando falleció en 1910 era una de las mujeres más famosas de los Estados Unidos.

Ciencia y Salud, y el sistema de curación que describe, ha tocado la vida de hombres y mujeres desde que fue publicado por primera vez. Este libro fue escrito por una mujer que vio la importante contribución que han hecho las mujeres al oponerse al materialismo, que según ella es la causa primordial del pecado y el sufrimiento. En este libro ella escribe: “Las hipótesis materialistas desafían a la metafísica para batirse en combate final. En este período revolucionario, como el joven pastor con su honda, la mujer se adelanta para luchar contra Goliat”.Ciencia y Salud, pág. 268.

La autora de Ciencia y Salud dice lo siguiente de las ideas de su libro: “Dios bondadosamente me había estado preparando durante muchos años para que recibiera esta revelación final del Principio divino absoluto de la curación mental científica”.Ibid., pág. 107. ¿Es posible que esta misericordiosa preparación incluyera las lecciones que la autora tuvo que aprender con los desafíos que enfrentó como mujer del siglo XIX? Entre ellos: tuvo limitado acceso a una educación formal, fue madre sola (viuda) en una época donde las mujeres carecían de derechos civiles básicos; le quitaron a su hijo en contra de su voluntad porque estaba mal de salud, y no tuvieron en cuenta su opinión sobre lo que se debía hacer con él; y tuvo que depender de la buena voluntad de su familia para tener un hogar. También estuvo enferma en muchas ocasiones durante la primera mitad de su vida.

Cuando los sistemas de ayuda humana fallan, como le ocurrió a Mary Baker Eddy, el apoyarse totalmente en Dios sigue siendo una opción, y ella demostró que es la opción más viable de todas. En un momento dado, mediante la inspiración que había obtenido al leer la Biblia, sanó rápidamente de los efectos de un accidente casi fatal; había percibido algo nuevo sobre la realidad absoluta. Ella siempre había leído y amado las Escrituras, pero su curación la llevó mucho más allá del paradigma del punto de vista tan comúnmente predicado de la Biblia, y eso le permitió percibir, probar y enseñar el significado espiritual y el poder sanador subyacentes. Tras su descubrimiento, la Sra. Eddy quiso compartir con los demás lo que había descubierto. Y para hacerlo tuvo que superar los obstáculos que enfrentó como mujer, en lo que, por lo menos en apariencia, era un mundo de hombres. No obstante, ella estaba convencida de que Dios le estaba exigiendo que hiciera saber al mundo que su descubrimiento, la Christian Science, era eficaz, y que Él mismo le daría la fortaleza para comprender y probar aún más la verdadera relación que tenía ella (y todos los demás) con Dios. Convencida de esto, fue superando una limitación tras otra. Dio conferencias en público, escribió y publicó Ciencia y Salud, enseñó Christian Science a clases formadas por destacados hombres de negocios, jueces y ministros, escribió y publicó revistas, y fundó un diario de nivel mundial.

La Sra. Eddy demostró, de éstas y otras maneras, que se podía percibir y experimentar fácilmente que la naturaleza de la mujer entraña completa libertad. También alentó a otras mujeres a que demostraran lo mismo para ellas mismas. En una ocasión, una estudiante que ella había nombrado para dar conferencias sobre la Christian Science, le dijo que no tenía mucho éxito porque no era un hombre. La Sra. Eddy amonestó a la estudiante por resignarse a tal situación, y le dijo que ella debía “elevarse a la altura del verdadero concepto de la naturaleza de la mujer”. Véase Conocimos a Mary Baker Eddy (Boston: The Christian Science Publishing Society, 1991, págs. 60-61. Y que si así lo hacía le llegarían las invitaciones para que diera conferencias, como le había ocurrido a la Sra. Eddy. Y así fue. La estudiante, Annie Knott, llegó a tener mucho éxito en lo que antes se pensaba que era una ocupación exclusivamente de hombres.

El “verdadero concepto de la naturaleza de la mujer” —espiritual y perfecta como es el verdadero concepto del hombre— es uno de los grandes conceptos sanadores que la Sra. Eddy presentó al mudo teológico y a toda la humanidad. No tenía ningún reparo en llamar “Padre” a Dios, no obstante insistía en que Dios también debía ser adorado y comprendido como Madre. Escribió en Ciencia y Salud: “En la Ciencia divina no tenemos tanta autoridad para considerar a Dios masculino como para considerarlo femenino, porque el Amor imparte la idea más clara de la Deidad”.Ciencia y Salud, pág. 517. “La mujer ideal corresponde a la Vida y al Amor”.ibid.

Mary Baker Eddy era realista, y abogaba para que hubiera justicia para las mujeres. En Ciencia y Salud declara: “Si un marido disoluto abandona a su esposa, ciertamente debiera permitírsele a la agraviada y tal vez empobrecida mujer cobrar su propio salario, celebrar acuerdos comerciales, proveer bienes inmuebles, depositar fondos y ser dueña de sus hijos sin que nadie intervenga”.ibid., pág. 63.

Como idealista espiritual, la Sra. Eddy trabajó por nada menos que la liberación de todos los pueblos, no sólo de las leyes opresivas sino de la opresión del punto de vista materialista y limitado, que ella consideraba que era la causa fundamental de todos los problemas de la humanidad. Consideraba que la libertad era un derecho divino que nos pertenece a todos, que deriva directamente de la relación eterna que cada individuo tiene con Dios, la Verdad divina. Ella escribió: “La Verdad trae los elementos de la libertad”.ibid., pág. 224.

Al ser la primera en presentar la prueba práctica del poder liberador de la Verdad, la Sra. Eddy demostró su propia libertad para lograr todo lo que Dios la impulsaba a hacer. Fue así como demostró el potencial ilimitado de la verdadera naturaleza de la mujer.

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