Desde Su Infancia, Mary Baker Eddy se interesó en la curación espiritual. Cuando era niña, realizó varias curaciones por medio de su fe en Dios, las cuales están bien documentadas por sus historiadores.
Por aquel entonces, la gente que la conocía nunca pensó que llegaría a escribir un libro que iba a sanar a millones, restableciendo el método de curación usado por el Maestro Cristo Jesús. Tampoco imaginaron que fundaría una iglesia con filiales alrededor del mundo, que crearía varias revistas y publicaría un diario internacional. Sin embargo, eso fue exactamente lo que hizo, en una época en la que se esperaba que las mujeres, en general, fueran seguidoras y no líderes.
La primera mitad de su vida, de 1821 a 1866, fue de preparación para la inmensa labor que realizaría posteriormente. En 1843, un año después de haberse casado, su esposo murió antes de que su único hijo naciera. Durante su viudez tuvo que depender de la caridad de los demás para tener un hogar. Diez años después, se casó por segunda vez con un dentista ambulante que le fue infiel. El matrimonio no pudo darle el hogar estable que ella anhelaba, y perdió la custodia de su hijo. El matrimonio acabó en divorcio veinte años después. Durante este difícil período, la mala salud la llevó a buscar intensamente la curación física.
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