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En busca de respuestas espirituales

Del número de enero de 2000 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


...en Brasil

Una Manana estaba escuchando la radio, y me sorprendí cuando el locutor informó, entre otras noticias locales e internacionales, que Marte estaba sufriendo tormentas muy serias con vientos de 560 km/h. Esto me hizo pensar cómo ha avanzado la tecnología, hasta el punto de que nos informa lo que está ocurriendo en el planeta vecino. De hecho, hemos avanzado tanto en el estudio de lo que llamamos “espacio exterior”, que estamos descubriendo nuevas estrellas y galaxias remotas.

Pero, ¿qué podemos decir del “espacio interior”? ¿Acaso la gente se conoce mejor a sí misma? ¿Está encontrando las respuestas a las preguntas más profundas, tal como “¿Quién soy yo?” “¿Cuál es el propósito de mi vida?”

Algunas personas ya han encontrado respuestas satisfactorias a esas preguntas leyendo Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras. Su autora, Mary Baker Eddy, pasó muchos años buscando respuestas a las preguntas más profundas que se hace la humanidad. Fue una investigadora incansable toda su vida, y comprendió a través de su propia experiencia por qué la gente busca algo más allá del materialismo, más allá de las preguntas de ayer; busca soluciones que sean espirituales y duraderas. Muchos que leen Ciencia y Salud hoy encuentran que las palabras de la Sra. Eddy surgen directamente de su propia búsqueda, y son una respuesta directa a la búsqueda de respuestas espirituales que muchos se hacen hoy en día. En la primera página de Ciencia y Salud, por ejemplo, la autora escribe: “La Verdad, independiente de doctrinas y sistemas consagrados por el tiempo, llama a las puertas de la humanidad. La conformidad con el pasado y el frío convencionalismo del materialismo se están desmoronando”.Ciencia y Salud, pág. vii. En Brasil, este anhelo de encontrar soluciones más profundas es muy evidente. La gente está buscando algo que traiga curación espiritual a cada aspecto de su vida.

Hace unos meses, tres amigos míos fueron a una conferencia auspiciada por una organización de diferentes religiones, sobre la Teoría de la Evolución y la Biblia. Justo después de la conferencia, hubo un período de preguntas y respuestas. Mis amigos notaron que había un hombre que hacía preguntas muy profundas al orador; no obstante, las respuestas no parecían satisfacerlo. Cuando terminó la reunión, uno de mis amigos se acercó a esa persona, habló con él sobre Ciencia y Salud, y le dijo que le enviaría un ejemplar. Después de recibirlo, este hombre comenzó a suscribirse a la edición en portugués de El Heraldo de la Christian Science. Comentó que estaba muy contento con Ciencia y Salud, y que ya lo había leído de tapa a tapa dos veces. También dijo que de cierta manera, había descubierto un nuevo mundo que debía explorar y que el libre lo estaba ayudando a comprenderse mejor a sí mismo.

Otra amiga, que había estado trabajando durante diecisiete años como maestra y luego como directora de escuela, percibió que el mensaje de Ciencia y Salud puede realmente dar consuelo y ayudar a mucha gente. Un año antes, la conserje de la escuela donde ella trabajaba, había sido hospitalizada. Otra empleada de la escuela fue al hospital a visitarla y le dijeron que la conserje estaba gravemente enferma de leucemia y que los médicos no le daban más que tres meses de vida. Cuando mi amiga se enteró de esto, quiso de todo corazón ayudar a la mujer. Los médicos se habían dado por vencidos, y mi amiga le ofreció Ciencia y Salud, para que lo leyera mientras estaba en el hospital. Después de un mes, la conserje dejó el hospital y regresó a la escuela donde vivía. Tres meses más tarde, volvió a su puesto de conserje. Siempre que otras personas le contaban a la conserje que tenían familiares enfermos, ella les comentaba cómo Ciencia y Salud la había ayudado a ella, y recomendaba el libro a todos.

Mi amiga Rut tambíén tuvo la oportunidad de dar Ciencia y Salud a una de las maestras compañera suya y al vice-director de la escuela. En un período de seis meses, dio un total de seis libros a gente que nunca antes había oído hablar de Ciencia y Salud. Estaba más atenta al pensamiento que busca ayuda y anhela tener una comprensión espiritual más profunda de la bondad de Dios.

La observación de Mary Baker Eddy: “Esta era aspira por el principio perfecto de las cosas...”,Escritos Misceláneos, pág. 232. es un anticipo de ese pensamiento que busca espiritualidad. La gente anhela comprender el “universo” que tiene dentro y busca curación, una paz duradera, un sentido más claro de la presencia de Dios en su vida. Como resultado de esta búsqueda, muchas personas han encontrado que los conceptos sanadores de Ciencia y Salud las ayudan a comprender el “espacio interior” como ninguna otra cosa puede hacerlo. En las palabras de la autora, Mary Baker Eddy: “...la demanda de este libro aumenta constantemente”.The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany, pág. 305.

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