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Hanukkah

Del número de diciembre de 2000 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Hanukkah O Januká significa “inauguración” y también se conoce como “La festividad de las luces” o “La festividad de las velas”. Es una festividad judía que comienza el 25 del mes hebreo Kislev y dura ocho días, hasta el 2° día de Tevet. Este año eso corresponde al 22 y 29 de diciembre respectivamente. Hanukkah conmemora la victoria de los Macabeos (guiados por un hombre llamado Judas) sobre los sirios helenistas, cuyo rey era Antioco. Éste no permitía que se cumpliera con los preceptos bíblicos, como por ejemplo: el respeto al sábado, y no permitía la circunscición. Además exigió que se pusiera en el Beit Hamikdash (templo) una estatua de Zeus, Dios de los Griegos, en cuyo honor se sacrificaba cada tanto un cerdo. Antioco proclamó: “Quien respete la religión judía morirá”. Los griegos recorrieron todo el país obligando a los habitantes a sacrificar cerdos en honor a Zeus. Cuando llegaron a la aldea de Modin, donde vivía el sacerdote Matatías Asmoneo, éste se sublevó al grito de “los que están por Dios y por su santa Ley que me sigan”. Judas, el Macabeo, su hijo, se distinguió en la lucha. Después de varias victorias se encaminó a Jerusalén, conquistándola y recuperando el templo, que estaba semidestruido.

El altar principal estaba profanado por el culto pagano. Inmediatamente limpiaron el lugar, destruyeron el altar de Zeus y edificaron un nuevo altar para Jehová. Se comenzó la ceremonia de inauguración o Hanukkah, a los 25 días del mes de Kislev, tres años después de que hubiera sido implantado en el templo el culto de Zeus.

La victoria en sí fue considerada un milagro, pero la leyenda judía da una explicación adicional a los rituales de Hanukkah. Una vez que se apoderaron nuevamente del Monte del Templo en Jerusalén, tenían que volver a dedicar el templo. Los macabeos quitaron el altar pagano y los animales inmundos. Buscaron si había un aceite puro y especial para encender el candelabro, pero, según la leyenda, sólo encontraron una jarra de aceite sacramental, suficiente para un día. Oraron a Dios dando gracias por su libertad. Entonces ocurrió un gran milagro. El aceite continuó encendido durante ocho días. Es por esa razón que Hanukkah se celebra para recordar la captura del Templo y el milagro del aceite, y dura ocho días.

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