Este Mes, se celebrarán las primeras Olimpiadas del milenio, en Sydney, Australia. Organizadores y atletas de todo el mundo se han estado preparando para que estos juegos sean muy especiales. Esperan celebrar la llegada del milenio con lo mejor del deporte y con una buena organización.
La expectativa es tal, que se ha llegado a pensar que la gente terminará sintiéndose defraudada. Aunque nadie quiere que las cosas salgan mal, ¿qué podemos hacer si las cosas no salen como se planearon? ¿Acaso podemos disfrutar de este espectáculo sin sentirnos defraudados? Recuerdo que una vez asistí a unos Juegos Olímpicos donde hallé una respuesta muy útil.
Cuando comenzaron los juegos había muchos problemas. La cobertura periodística en mi país era tan negativa, que la mayoría de la gente, yo entre ellos, se sentía muy insatisfecha. Habíamos esperado con mucha ansiedad esta ocasión tan especial, y en cambio nos sentíamos amargados y tristes. Cuando comencé a sentirme así, supe que era hora de orar por mí y por la Olimpiada.
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