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Mary Baker Eddy Descubridora y Fundadora de la Christian Science

Del número de septiembre de 2000 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Después de publicar Ciencia y Salud, Mary Baker Glover se dedicó a revisar su libro y a sanar a los enfermos. Ella ya estaba enseñando a unos pocos estudiantes cómo sanar.

Sintiéndose segura de que su revelación era la verdad, ella pensó que las iglesias cristianas establecidas, aceptarían de inmediato su obra de curación. Pero en lugar de eso, varios ministros religiosos la acusaron de que su obra le faltaba el respeto a Dios.

Muchos criticaron Ciencia y Salud. Algunos pensaban que era raro que una mujer hubiera escrito un libro sobre religión. Mientras que otros elogiaban lo que había hecho.

En 1876, Mary Glover conoció a Asa Gilbert Eddy, quien la fue a ver buscando ayuda porque tenía una enfermedad al corazón. Él estudió con ella, y tiempo después se casaron. Ella acostumbraba llamarlo Gilbert con afecto. El Sr. Eddy fue el primero de los estudiantes de Mary en anunciarse públicamente como “Científico Cristiano”.

Mary organizó a sus estudiantes en una Asociación de la Christian Science. Encontró un nuevo hogar en Boston. Y allí disfrutó de la visita de su hijo George. Era la primera vez que se veían en veintitrés años. Madre e hijo se querían mucho, pero pensaban de manera muy diferente. Antes de irse, George le dijo a su madre que su hija de tres años era bizca. Mary le contestó: “George, estás totalmente equivocado, sus ojos están lo más bien”. Cuando George regresó a su casa, habló sobre esto con su esposa junto a la cama de su hija. Ellos la despertaron y sus ojos estaban derechos.

A todo esto, Mary se había dado cuenta de que las revolucionarias ideas teológicas de Ciencia y Salud, sólo serían bien recibidas por el público en una nueva y revolucionaria religión. Y en 1879, ella y sus estudiantes formaron una iglesia. Posteriormente los estudiantes invitaron a la Sra. Eddy para que fuera su pastora. Fue así como se estableció la Iglesia de Cristo, Científico.

En 1903, la Sra. Eddy fundó El Heraldo de la Christian Science, que se publicó primero en alemán.

Para entonces, el método de curación de la Sra. Eddy estaba atrayendo a un número cada vez mayor de estudiantes, por lo cual en 1881, ella fundó el Colegio Metafísico de Massachusetts. La gente estaba ansiosa de asistir a sus conferencias y a los servicios religiosos. Muchos de ellos buscaban sanar de sus enfermedades.

Al mismo tiempo que daba conferencias y sermones en varias ciudades y enseñaba la Christian Science a nuevos alumnos, Mary Baker Eddy continuaba revisando Ciencia y Salud.

En una ocasión, mientras daba conferencias y enseñaba en la ciudad de Washington, la Sra. Eddy y su esposo asistieron a la iglesia donde concurría el Presidente de los Estados Unidos. Al término del servicio les presentaron al ministro de la Iglesia, quien les preguntó si podía visitarlos en algún momento. Ellos le pidieron con que así lo hiciera. Una tarde, pasó varias horas escuchando a la Sra. Eddy explicando las verdades de la Biblia. Cuando se acercó la hora de la cena, lo invitaron para que se quedara. Les dijo que se quedaría para disfrutar de la compañía, pero que los médicos le habían dicho que tenía cáncer de estómago y que sólo podía ingerir líquidos. Este comentario conmovió tanto a la Sra. Eddy, que le dijo que ésa era una buena oportunidad para probar lo que habían estado hablando durante la tarde. El ministro tuvo sus dudas, pensando que comer la cena lo mataría. Sin embargo, la Sra. Eddy le recordó lo que habían dicho sobre la Verdad e insistió en que podía comer sin sufrir las consecuencias. El ministro se sentó con ellos a la mesa, y muy pronto durante la conversación se olvidó por completo de sí mismo y de sus temores. Comió ensaladas, carnes y postres. Cuando terminó la cena, se dio cuenta de lo que había hecho y tuvo miedo. Pero Mary le aseguró que él estaría muy bien. Y así fue. Nunca más volvió a tener problemas en el estómago.

Los Eddy regresaron a Boston después de una exitosa estadía en la ciudad de Washington. Lamentablemente, Gilbert estaba enfermo. Ella quiso tratarlo mediante la oración, pero Gilbert, pensando en lo ocupada que estaba ella, le aseguró que oraría por sí mismo y que todo estaría bien. Muy pronto después, él falleció.

La Sra. Eddy estaba profundamente apenada y necesitaba estar sola. Fue entonces que un estudiante le ofreció una casa que tenía su familia en Vermont. Mary pasó un mes allí, en compañía de este estudiante y otra persona. Esos días de oración y soledad la ayudaron a recuperar su fortaleza y sentirse en paz. Regresó a su casa con renovada devoción a su Causa.

Los que siguieron fueron años de mucho trabajo. Mary Baker Eddy se la pasó enseñando, escribiendo y predicando en su iglesia. En 1883, fundó la revista The Christian Science Journal. La Christian Science estaba creciendo, no obstante en 1889, ella tomó la decisión de cerrar el Colegio y disolver su Iglesia. Se había dado cuenta de que debía dedicarse totalmente a hacer otra revisión de Ciencia y Salud. Estas acciones dejaron perplejos a sus alumnos, quienes no estaban seguros de que fuera una buena decisión. En respuesta, ella les escribió: “La Sra. Eddy... se está tomando unas vacaciones, las primeras en veinticinco años”. Después se mudó a una propiedad que había comprado en Concord, New Hampshire, a la que llamó “Pleasant View” (Vista Placentera). Allí, comenzó la revisión 50 (quincuagésima) de Ciencia y Salud.

Tres años después, reorganizó La Iglesia Madre, o The First Church of Christ, Scientist, con 32 miembros. Esta iglesia era completamente diferente a la anterior. La Sra. Eddy ordenó que la Biblia y Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras serían el Pastor de su Iglesia. Decidió que la Iglesia y estaría gobernada por una Junta Directiva. Ella escribió un Manual con Estatutos para su Iglesia y para sus miembros. The First Church of Christ, Scientist, en Boston, y las muchas filiales, llevarían su descubrimiento a gente de todo el mundo.

Mary Baker Eddy vio la continua necesidad de tener revistas y publicaciones periódicas que diseminaran el mensaje de la Christian Science Entonces en 1898 estableció la revista semanal Christian Science Sentinel, y en 1903 Der Herold der Christian Science, una revista en alemán. Hoy el Heraldo se publica en varios idiomas.

En 1894, se terminó la construcción del Edificio Original de La Iglesia Madre. Gracias a las contribuciones de sus miembros, ya estaba completamente paga antes de su inauguración. Tan sólo ocho años después, la congregación había crecido tanto, que se vio la necesidad de construir un edificio más grande. La Sra. Eddy apeló una vez más a sus miembros, y la Extensión de La Iglesia Madre, fue inaugurada, libre de deudas, en 1906.

El éxito de la Christian Science tanto en los Estados Unidos como en el exterior, hizo que surgieran celos y sospechas sobre la Iglesia y esta Líder de 85 años. Mary Baker Eddy fue objeto de falsas sospechas en los diarios. Gente que se oponía a su Iglesia, divulgaron los rumores de que ella era incapaz de manejar sus asuntos. Persuadieron al hijo de ella, George, y a una nieta, a que hicieran un juicio con el propósito de obtener el control de las finanzas de la Iglesia. El juez nombró a tres hombres para que determinaran si ella era competente para manejar sus asuntos. En señal de respeto por su edad, estos hombres la entrevistaron en su casa. Su capacidad, sabiduría y rapidez mental, los impresionaron muchísimo. El pleito fue denegado.

En 1908, la Sra. Eddy y toda la gente de su casa, se mudaron al área de Chestnut Hill, ubicada muy cerca de Boston. Aunque hizo esto para disfrutar de una atmósfera más tranquila a la edad de 86 años, ella continuó con su obra. La experiencia que había tenido con los diarios sensacionalistas, le habían demostrado que era necesaria la creación de un diario que fuera objetivo y serio. Y ese mismo año cumplió su visión ordenando a la Junta Directiva de su Iglesia que fundara The Christian Science Monitor.

El 10 de diciembre de 1910, la Sra. Eddy no se sentía bien; no obstante, como era su costumbre, salió a dar un paseo en su carruaje. Cuando regresó escribió en un papel sus últimas palabras: “Dios es mi vida”. Dos días después falleció en paz.

A muy temprana edad, Mary Baker había expresado su deseo de escribir un libro. Pero nunca se podría haber imaginado que ese libro traería bendiciones a toda la humanidad en cada rincón del mundo.

“Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre”. Juan 14:15, 16

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